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RESEÑA: HASTA QUE LA MUERTE NO NOS SEPARE – JESÚS GARZÁS – ÉRIDE EDICIONES, 2021.
TÍTULO: HASTA QUE LA MUERTE NO NOS SEPARE.
AUTOR: JESÚS GARZÁS – WEB – LINKEDIN – TWITTER – FACEBOOK
EDITORIAL: ÉRIDE EDICIONES, 2021 – WEB
PÁGINAS: 226.
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– SINOPSIS –
¿Qué pasaría si al morir tuvieras la posibilidad de vivir tu vida de nuevo? ¿Y si a priori fueses el único con recuerdos de tu anterior existencia? En esta tesitura se encuentra Ángel, el protagonista de nuestra historia. Esta oportunidad que, sin saber cómo, le ha sido concedida, dará inicialmente lugar a algunas situaciones cómicas, pero a medida que pase el tiempo también le abocará a una lucha constante entre la vida pasada y la presente, entre la oportunidad de redimirse de algunas desgracias que ocurrieron en su anterior existencia y la posibilidad de vivir una totalmente nueva y plena, consiguiendo que nos preguntemos en cada página:¿Qué haría yo en su lugar? En definitiva, el lector de Hasta que la muerte no nos separe se encontrará una historia divertida, tierna sin ser ñoña, llena de nostalgia, humor, drama, interrogantes, y amor en el sentido más extenso de la palabra.
– AUTOR –
Ha pasado la mayor parte de su vida escribiendo en los huecos que le dejaban las otras actividades profesionales con las que paga sus deudas, especializándose así en contare historias cortas: artículos en diferentes blogs, monólogos para su grupo de humor, Críticos Cítricos, y también, durante dos temporadas, para la televisión, en concreto para “El club de Flo”. Con la edad empezó a despertarse espontáneamente a las 7 de la mañana incluso en fin de semana, y encontró allí un hueco donde dar salida a esas historias más largas que rondaban por su cabeza. En 2018 publicó “Los besos que no se dan”, su primera novela, con Éride. Ahora publica “Hasta que la muerte no nos separe”.
– GUSTARÁ
A los lectores que les interesan los asuntos cotidianos, pero observados desde la óptica de una ficción que permite plantearse más preguntas que respuestas. Novela para todos aquellos que degustan con fruición los what if (¿qué pasaría si…?). A los amantes de los juegos de sentimientos que van, vienen, se moldean, cogen impulso… Lectura para todos aquellos que piensan que las cosas se pueden hacer de varias maneras y que no hay un camino trazado y marcado para los pasos dados.
– NO GUSTARÁ
A todos aquellos que no terminan de interesarse por la fusión de géneros. Hasta que la muerte no nos separe parte de una premisa fantástica, pero toma unos derroteros de tragicomedia sentimental y de reflexión interna con un protagonista que se encuentra entre dos tierras y que no termina de adaptarse a ninguna de ellas. Tampoco será la lectura predilecta de los lectores de contenidos más cercanos a la pura fantasía novelada.
– LA FRASE 
«…Si pensase que existe un ente divino, desde luego que no se podría negar que se gasta una ironía fina. Pero, a mi edad, y con todo lo vivido, tiendo a creer que el universo en sí es un ser vivo autónomo, con mecanismos internos para corregir sus propios errores, con una utópica aspiración a alcanzar el equilibrio en cada uno de sus átomos. Átomos binarios. Hoy recuerdo dos vidas, y pronto no recordaré ninguna».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: Hasta que la muerte no nos separe de Jesús Garzás. Una fábula contemporánea sobre las segundas oportunidades (nunca tan literales como en la presente novela), los sinsabores y las aristas que acontecen a aquel que parece que tiene todas las cartas ganadoras en su mano. Incluso al que le han chivado las preguntas del examen puede que los nervios le atenacen en el momento de afrontarlo, ya que una cosa es la teoría y otra la práctica. La presente novela pica de varios clásicos narrativos para introducir una concepción diferente en el abordaje de la eterna pregunta del ¿qué ocurriría si pudiera cambiar el pasado y tomar decisiones diferentes? Estamos ante el eterno dilema del causa/efecto físico, cósmico y filosófico que con respecto a la narración ficticia se ha explorado en numerosas variantes. En el apartado fantástico tenemos obras como El cielo se equivocó (Emile Ardolino, 1989), Reencarnación (Jonathan Glazer, 2004) Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993), Destino final (James Wong 2000), Al filo del mañana (Doug Liman, 2014) o las inmortales: ¡Qué bello es vivir (Frank Capra, 1946), basada en el cuento de The Greatest Gift (El mayor regalo), escrito por Philip Van Doren Stern en 1943 y Cuento de Navidad (Charles Dickens, 1843). Respecto a los clásicos viajes en el tiempo tenemos un plantel amplísimo que transita desde H.G Wells hasta Stephen King, pasando por Robert Zemeckis y el Ministerio del tiempo de Pablo y Javier Olivares; y sin olvidarnos del Anacronópete de Enrique Gaspar publicado en 1887 (publicado trece años antes de la insigne obra de Wells. Así que, por tanto, es posible decir con razón que la primera máquina del tiempo literaria es española). En otro apartado de Hasta que la muerte no nos separe está el plano más humorístico e irreverente con el ejemplo de ¡Mira quien habla! (Amy Heckerling, 1989). De todo esto hay en esta obra. Jesús Garzás pone su granito de arena a este género literario en el que, con poco que se le agite al lector, este entrará al trapo y empatizará con la lectura, ya que todos tenemos varios cruces de caminos vitales en los que nos gustaría saber qué hubiera pasado si hubiéramos escogido la otra senda.
La premisa de Jesús Garzás podría extenderse hasta el infinito ya que solo con la descripción de la reexperiencia vital y el acompañamiento de las peripecias revividas por el protagonista daría para una obra hercúlea. En cambio, nos enfrentamos con un relato vitalista que alcanza poco más de doscientas páginas. La consecuencia será que mientras unos lectores echarán en falta ciertos momentos clásicos de la infancia y juventud a los que meterles mano dado el punto de vista de la narración que se presta a ello otros, en cambio, apreciarán que, tanto por el tono como por la profundidad, el relato mejora en agilidad, cercanía y fluidez. El abanico de circunstancias que puede abordar un autor en este tipo de recorridos personales puede ir desde el somero apunte a la pormenorización de cada acto, suceso y recuerdo. El lector tendrá que enjuiciar si los puntos en los que incide el autor son aquellos en los que le gustaría detenerse en el tiempo o si son mas bien otros. Difícil circunstancia cuando la vida de cada lector ha pasado por mil y una aventuras que quieren ser rescatadas del olvido de la mocedad, además de otras muchas que quieren ser olvidadas.
Una vez puesta la premisa encima de la mesa y echada a rodar surgen las primeras incidencias. El protagonista pretende conseguir lo mejor de creerse el poseedor de todas las cartas de la baraja. De un lado disfrutar de su posición de conocimiento y poder sobre su vida (como diría el poeta William Ernest Henley en su poema Invictus en 1875: «Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino, ni cuántos castigos lleve a la espalda: Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma») y, de otro, modificar, subsanar o, al menos, dulcificar algunos de los momentos que le recuerdan momentos tristes y aciagos. Pero, cual recurso narrativo clásico de fábulas y cuentos, quererlo todo tiene consecuencias. Ya lo apunto Stephen King en 22/11/63 (seguramente una de las mejores y más desconocidas obras sobre los viajes en el tiempo): «…el pasado se resiste a ser cambiado, es obstinado». Esta obstinación puede venir de su propio razonamiento cósmico intrínseco por el cual las sendas ya transitadas han dejado una marca que no puede ser borrada. El caso es que aquellos insensatos que se enfrentan al cosmos pueden encontrarse con cambios más profundos e involuntarios, muy alejados de sus deseos iniciales. El protagonista de esta novela, consciente de que sus planes no son tal cual los había previsto, tendrá que lidiar con una nueva realidad que ya no es amigable y en la que ya no es tan fácil agarrarse a lo que le da sentido a su propia existencia (cabe recordar aquí la famosa Constante de la serie Lost entre Desmond y Penny).
Hasta que la muerte no nos separe nos habla de las segundas oportunidades de manera literal, pero con un trasfondo claramente metafórico ya que, en una sola vida se pueden tener tantas oportunidades como trenes pasan por penúltima vez y cruces de caminos existen. Trata sobre el poder de las decisiones tomadas, las responsabilidades de las mismas (ya saben <<un gran poder conlleva una gran responsabilidad>>), las cambiantes formas de relacionarse y los pequeños detalles que modifican aleatoriamente el resultado aunque las condiciones iniciales sean las mismas. También encontramos el tema recurrente de los recuerdos, de los fallos de la memoria y de las mentiras autoaceptadas para sanarnos de aquello que nos dolió en el pasado. Construimos toda una vida en función de unos recuerdos que, en ocasiones, son erróneos o falsos. Creemos en sucesos que no se desarrollaron como realmente ocurrieron y, a no ser que alguien que estuvo allí nos saque de nuestra cerrazón, seguiremos aceptando nuestras propias <<verdades>> sobredimensionadas (acuérdense de aquel famoso incidente del programa Sorpresa, Sorpresa de 1999, que no ocurrió pero que todo el mundo dijo haber visto). Hasta que la muerte no nos separe indaga (aunque podría haberlo hecho más profundamente) en los falsos recuerdos y en cómo marcan el carácter y la personalidad del adulto. En el mundo de la infancia suceden una serie de vínculos con lo misterioso y lo fantástico que con la madurez se borran o quedan aletargados.
La presente obra, aunque con elementos claramente fantásticos o de ciencia ficción en su premisa principal, huye de la narrativa al uso del género para entrar en un terreno más introspectivo, con trazas de realismo mágico latinoamericano. El relato abraza también momentos líricos, humorísticos, algo de crítica y cinismo contemporáneo, pero sin caer en lo grotesco. Tanto la trama como el contenido se alejan del suspense novelístico para introducirnos en un plano más sentimental de idas y vueltas románticas en donde el protagonista es testigo de cómo todo cambia, para que nada cambie. En un juego de espejos caprichoso en el que mirarse surgirán giros inesperados del destino y un doblez de recuerdos con los que lidiar y no perder la cabeza por el camino en la eterna búsqueda de la serenidad de la aceptación. Lo importante no son las <<first dates>>, sino las <<last dates>>.
RESEÑA: LA DAMA PÁLIDA – MARIO PELOCHE – EUROPA EDICIONES, 2021.
TÍTULO: LA DAMA PÁLIDA.
AUTOR: MARIO PELOCHE – TWITTER – YOUTUBE – INSTAGRAM – FACEBOOK – LINKEDIN
EDITORIAL: EUROPA EDICIONES, 2021.
PÁGINAS: 142.
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– SINOPSIS –
Este es el relato de una vida salvaje, auténtica, apasionada, sensible y cruel hasta el paroxismo; el clamor más visceral y salvaje de libertad que pueda darse. Esta es la historia de una niña obligada a ser mujer de golpe y a la que le brotaron espinas; de la heredera de Artemisa, una hija de la Luna, la virgen oscura, sacerdotisa y diosa de su propio culto sanguíneo. Esta es la crónica de Erzsébet Báthory de Ecsed —condesa sangrienta para el vulgo, dama pálida para los que habitaron su mundo— narrada desde su memoria, su cubil y su nido; de los casi cinco años que pasó emparedada en su propia habitación, rememorando el amor por sus hijos y la obsesión por sus niñas; la traición, la derrota y su victoria, la última, sobre la propia muerte.
– AUTOR –
Mario Peloche Hernández (Cádiz, 1975) ha pasado la mayor parte de su vida en Extremadura. Es licenciado en Biología por la Universidad de dicha comunidad. En cuanto a sus novelas publicadas, “Hécate” (Atlantis, 2013) fue su primera novela, seleccionada como finalista en la V Edición de los premios “La Isla de las Letras 2014” dentro de la categoría de Fantasía y Ciencia Ficción. A continuación llegó el relato largo de misterio victoriano “Ojos negros sobre el Támesis” (Tau Editores, 2017) y la novela de ficción sobrenatural “El molino de Dios” (Esdrújula ediciones, 2017). A principios del año 2018 se produjo la reedición revisada de “Hécate” (Tau editores). Ha sido finalista del premio de relato Domingo Santos (2017), organizado por la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror, y obtenido el segundo premio en el concurso de microrrelato de las II Jornadas Góticas de Cáceres. Además ha publicado varios relatos en distintas revistas y publicaciones, tanto impresas como digitales, y otros han sido recogidos en diferentes antologías.
– GUSTARÁ
A los aficionados al género “vampírico” en todas sus variables. A quienes se hacen preguntas sobre los nexos entre la ficción y la realidad, canalizados por la voluntad, la investigación o la imaginación de un autor. A los que agradan los textos cuidados, de redacción elegante. A los incondicionales de la novela de terror en cualquiera de sus variables y a los aficionados a la novela histórica en cualquiera de sus vertientes. A quienes aprecian las situaciones de acción y de intriga con final previsible en la parte histórica pero incierto en los aspectos ficticios. A quienes gustan bucear e investigar en narraciones reconocibles en lugares y espacios temporales distantes.
– NO GUSTARÁ
A quienes gustan otros géneros, ausentes de líquido vital derramado violentamente. A los racionalistas históricos que prefieren una clara delimitación entre hechos y ficción. A los que abominan la violencia de cualquier género, especialmente la ejercida sobre los más débiles. A los que se sobresaltan con los ruidos nocturnos después de una lectura truculenta. A los enemigos de gatos y espejos sospechosos.
– LA FRASE 
«Conozco que te mueve el dolor y la sangre, pero hasta ahora has sido niña amedrentada que se contentaba con impartir castigos. Yo te convertiré en mujer, en sacerdotisa, en diosa. Haré que viertas sangre en virtud de la sangre, y que des muerte en virtud de la muerte».
– RESEÑA
La Dama Pálida es el relato biográfico de Erzsébet Báthory de Ecsed, la Condesa Sangrienta. Una mujer marcada desde la infancia por sus ataques de “rabia intensa” quizás debidos, o confundidos, con la epilepsia. Mario Peloche Hernández nos aboca, en un relato intenso, a lo que fue realmente su vida y su muerte según las crónicas, a lo que pudo haber sido, a lo que ella pensó que era, a lo que percibieron sus colaboradores, familiares y allegados, a lo que contemplaron, con horror, sus coetáneos. El autor nos sumerge, desde el principio, en una novela histórica, de impecable construcción, donde las fronteras de lo auténtico y lo imaginario se difuminan de forma que dotan al conjunto de tal solvencia y verosimilitud que permiten al lector abstraerse de todo lo que no tenga ante los ojos. Mario Peloche inicia su narración describiendo la ejemplarizante sentencia de un juicio en Hungría, en los inicios del siglo XVII, que según algunos nunca se celebró, donde da debida cuenta de las escalofriantes condenas con que serán castigados la propia condesa y sus más inmediatos cómplices y colaboradores.
Es verdad que la historia ha deparado multitud de siniestros criminales cuyas abominaciones son difíciles de cuantificar. Resultaría un propósito estéril, y carente de sentido, establecer un ranking al respecto, pero no es descartable que algún “instituto de estudios” se lo proponga algún día. En ese caso probablemente nos encontraríamos a la Condesa Sangrienta solo por debajo de Hitler, Stalin, Pol Pot y algún otro “mayorista del crimen”, incluido su antepasado Vlad Tepes. Pero La Dama Pálida quedaría muy por encima, en protervia, del mismísimo Nerón o de Calígula; de Jack el Destripador, terror de Whitechapel; del psicópata anético Charles Milles Manson; del Barba Azul, del cuento de Charles Parrault; o del Hannibal Lecter, de la novela de Thomas Harris (genial papel cinematográfico encarnado por Anthony Hopkins), y también de su prototipo real el “Dr. Salazar”.
Sobre Erzsébet Báthory hay cuantiosa documentación histórica que “no deja lugar a dudas” sobre su personalidad y truculentas “aficiones”. Pero el caso es que su vida transcurre en un periodo oscuro y turbulento donde la historia, como tantas veces, la escriben los poderosos y las ambiciones podrían dar lugar a libelos de sangre que satisficiesen la codicia de reyes endeudados. Resulta llamativo el contraste de que hace gala la protagonista entre el execrable trato a sus víctimas y el afecto mostrado hacia sus seres más queridos, como su venerado padre el conde Jorge Báthory de Ecsed, o su marido, el conde Ferenc Nadasdy, conocido como El Caballero Negro de Hungría. Especialmente hacia su primogénita Ana y sus otros tres hijos: Úrsula, Katherina y Pablo. Parece una constante, en la realidad y en la ficción, que todo villano depravado tiene sus afectos en compartimentos estancos. La brutal potencia del personaje de la Condesa Sangrienta ha hecho correr tanta tinta que seguramente supera la cantidad con que ella inundó de sangre su bañera y tantas dependencias de su castillo del horror. Tanta literatura, de variable calidad, que hará ardua la tarea de examinarla toda para los más intrépidos aficionados. El cine no le ha ido a la zaga y es tal la profusión de filmes que la tienen como protagonista que dejamos al lector interesado en manos de las filmotecas y los buscadores de Internet.
Para nuestra suerte, el relato de Mario Peloche Hernández nos ofrece el contrapunto a tanto menudillo gore, obligado “por definición” dada la naturaleza del tema y del personaje, pero muchas veces gratuito “por afición” de sus múltiples narradores. En este caso, sin hurtar ni un ápice a la rudeza de la trama, ni esconder una gota de líquido vital, (la tortura de la dama metálica podría dar fe de ello), el autor simultanea una clara visión del conjunto y de su escenario histórico, al tiempo que nos conduce hacia el interior de los actores del drama. Con La Dama Pálida “hemos topado”. La narración, con un lenguaje, un estilo y un “tempo” incardinados como un guante, consigue que el lector pueda introducirse y escarbar en la mente, los recuerdos y las reflexiones, de los principales personajes implicados y visualizar nítidamente el truculento escenario que la condesa dejó al mundo, como macabra impronta de una existencia alucinada y cruel. Mario Peloche Hernández nos lleva “del rey abajo”, Matías II de Habsburgo, en una cadena secuencial magnética, hasta la friegasuelos Kata. Todos los estamentos sociales quedan retratados, desde la nobleza cortesana al clero parroquial. Por la novela desfilan multitud de plebeyos y siervos, pérfidos cómplices, carceleros, bufones y brujas, sicarios y víctimas. De casi todos ellos encontramos cumplida e interesante referencia y, de los principales, una disección psicológica, que nos permite verlos desde dentro tal y como ellos se perciben.
Al lector se le brindan múltiples caminos, que auguramos satisfactorios, para el estudio, la reflexión, el sobrecogimiento, la polémica o el simple divertimento. Cualquier cosa menos la indiferencia.
MAL NACIDO – FRANCISCO JAVIER OLMEDO VÁZQUEZ – AUTOPUBLICACIÓN, 2019.
TÍTULO: MAL NACIDO.
AUTOR: FRANCISCO JAVIER OLMEDO VÁZQUEZ.
WEB – YOUTUBE – INSTAGRAM – TWITTER – FACEBOOK
EDITORIAL: AUTOPUBLICADO, 2019.
PÁGINAS: 401.
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– SINOPSIS –
«¿Le ha ocurrido alguna vez que adquiere un billete de ida y vuelta a un destino definido y, cuando se ve obligado a regresar, acaba en un lugar muy distinto del que había partido?
A Broxton sí le sucedió».
Jerry Broxton, atormentado por el hartazgo de una sociedad podrida, anodina y superficial, recibe de manera inesperada una jugosa oferta de trabajo que le promete romper para siempre los grilletes que lo mantienen encadenado al hastío. Una propuesta que lo hará viajar hasta lugares imposibles para la razón, donde, lejos de aproximarse al futuro que siempre anheló, acabará enfrentándolo a su verdadera y aterradora naturaleza.
A pesar de todo, el destino tras su retorno no es lo más extraño que se hallará tras este insólito adelanto. Lo más sorprendente, si cabe, es que alguien haya podido alguna vez regresar de allí.
Esta es una historia de revelación; una historia de horror cósmico y de belleza incomprensible; una historia donde el protagonista es, a la vez, su propio antagonista, y en la que se hallarán personajes con inquietudes tan alejadas de lo medianamente concebible, que serán capaces de tallar por la fuerza una mueca de sobrecogimiento en el rostro del lector.
Esta es la historia de Broxton, y puede que también la tuya.
– AUTOR –
Francisco Javier Olmedo Vázquez es un autor cordobés nacido en 1980 y enamorado de la literatura de terror sobrenatural alejada de ese hastío comercial repleto de zombis, vampiros y hombres lobo.
Allá por sexto curso de la antigua E.G.B., su profesora de lengua aplaudía la imaginación que solía plasmar en sus textos de redacción libre —aunque es cierto que no acababan de convencerle sus temáticas de corte tétrico y lúgubre; no eran propias de un chiquillo de tan corta edad—. Intuía —la profesora— en el autor una facilidad para la escritura y la inventiva, por lo que le invitaba —por no decir obligaba— a escribir las obras de teatro que se representaban en su colegio cada año en navidad.
Mucho más tarde, ya en el bachillerato —el antiguo—, el autor tuvo un reencuentro fortuito con su profesora. Tras el entusiasmo propio de un hecho tan emotivo, la mujer preguntó con interés: «¿has seguido escribiendo?». La respuesta, lamentablemente, le produjo una rotunda decepción. Y es que sí, escribía, pero no más allá de las historias de fantasía que hacían de guía para las partidas de juegos de rol a las que jugaba con sus amigos del insti.
Sus hazañas como escritor de tres al cuarto cesaron durante el lapso de tiempo que comprendió entre la adolescencia y los dieciocho años. No encontraba la vía adecuada para dar rienda suelta a su creatividad. En el año 1998, el autor comenzó la carrera de Ingeniería Informática —aunque siempre amó las letras, prefirió el estudio de la ciencia—. Fue ahí, en la primera semana del primer curso cuando conoció a su amigo Juan Luís Pérez de Luque —hoy doctorado en lengua inglesa por la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba—, el cual le presentó a uno de los grandes de la literatura de terror sobrenatural: Howard Phillips Lovecraft.
Lovecraft puso ante el autor las herramientas para encauzar ese ideario irreal que tenía en mente atrapado desde la infancia, esa imaginería del inconsciente a la que no podía dar rienda suelta. Quedó fascinado por su cosmogonía, por la mitología que se creó a su alrededor. Tras leer la práctica totalidad de su narrativa, fue explorando su círculo de autores más reconocidos: Derleth, Howards, Ashton Smith, Bloch, Poe, Machen, W. Chambers, Ligotti… El autor optó por seguir la senda que ya marcaron esos otros Grandes escribiendo pequeños relatos de corte lovecraftiano, pensados en un principio para él mismo y para todo aquel de su círculo de conocidos que quisiera leerlos.
Al fin, una vez su prosa se encontraba lo suficientemente depurada, el autor se atrevería a escribir la primera de sus novelas: Bajo nuestros pies. Nunca pensaría que sus historias pudieran salir más allá de ese círculo íntimo de familiares y amigos. Fue la insistencia continuada de los que le leyeron, y el descaro que aportan la edad y la experiencia, los que hicieron le atreverse a poner el manuscrito de su primera novela en manos de una editorial. Desde ahí, y una vez el autor se hizo con un interesante número de fieles lectores, siguió publicando —esta vez, de manera completamente independiente— sus nuevas obras.
Fco Javier Olmedo, gracias a su ópera prima, sería galardonado con el Premio Forolibro 2018 a la mejor novela del año.
– GUSTARÁ
A los amantes de la buena literatura y, en concreto, a los del género de lo fantástico y lo tenebroso. Mal nacido será del interés de aquellos que siguen la pista de este autor y que ya conocen su estilo, así como de los nuevos lectores que se quieran acercar a sus pozos de locura ramificados en amenazantes tentáculos lovecraftianos.
– NO GUSTARÁ
A todos aquellos lectores a los que no les interesa el presente género. Tampoco será de la predilección de los que se quieran acercar a esta lectura buscando la sencillez y la agilidad de fórmulas trilladas y sobreexplotadas. Mal nacido explora y profundiza en las formas, la mitología, la cosmología y el lenguaje; y se aleja de mordiscos y zarpazos de mercadillo. El autor construye y solicita la complicidad de un lector, activo y despierto.
– LA FRASE 
«Algunos peones encaraban temerosos con su rostro de trapo hacia las cuencas vacías de su príncipe pródigo. En cambio, otros muchos desfilaban por sus flancos haciendo muestras de la más absoluta y osada indiferencia. Y es que las labores en los Reinos de Yghaygha son tan productivas como eternas resultan sus jornadas. Los infatigables artesanos delegan en sus vasallos más infames la recogida de los materiales con os que dar forma a sus prodigiosos sueños. Sueños que el hombre puede creer como representaciones grotescas de los espantos más atávicos, cuando la realidad es que en los dominios del Devorador de Estrellas no existe hueco para la consternación: sólo se admite la belleza verdadera. Una belleza forjada sobre columnas de huesos erigidas con el dolor de las almas que una vez los poseyeron. Incluso el más loable de los siervos acaba tornado en producto si la calidad de su ofrenda no es del gusto del maestro escultor. En los reinos de Yghaygha no hay desecho, no hay despojo, no hay residuo. Sólo existe la materia prima».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: Mal nacido, de Francisco Javier Olmedo Vázquez. Una novela de horror cósmico (y humano) que vuelve a transitar por las obsesiones tentaculares de este autor cordobés. De lo inefable, «de aquel que no debe ser nombrado» (ni invocado), del terror que se le queda corto el gótico y se pasa al barroco, de la sombra que te acompaña cuando llegas caminando solo a casa de madrugada y escuchas el doble eco de tus pasos, de lo que está más allá del universo conocido pero que asoma sus bigotes por la rendija de una hoja doblada de un ajado cartapacio encerrado bajo llave en una librería, de lo que pugna por alumbrar ante la mirada desconsolada de una madre primeriza, de lo que rasca el interior de las paredes detrás del cabezal de la cama, de las garras del destino que amordazan y te retan a que sigas caminando. La literatura de Francisco Javier Olmedo son sensaciones. Este autor pone sobre el tapete una baraja repujada, ampulosa, bruñida y abigarrada por los bordes y de un notable gramaje, para que el lector elija el juego al que quiera encomendarse. Del más sencillo y lineal, al más profundo y reflexivo. Hay tantas lecturas como tipos de lectores se acerquen a estos apuntes carpetovetónicos que exudan fuegos fatuos si se les exprime como marca el canon y la receta del grimorio correspondiente. Aunque serán aquellos que ya vengan leídos de casa los que aprovechen en profundidad el precio del ticket de la entrada (de amazon) a este gabinete de curiosidades. Entren, eso sí, de uno en uno. Alone in the dark.
Hay muchos elementos que diferencian a un autor de otro, desde el mainstream/convencional al indie/independiente. Desde aquel que abre una franquicia de casquería al que hace llamar a Jean-Baptiste Grenouille para que almibare de <<Amor y psique>> una boutique decimonónica; del que escribe por despecho o para cortejar a una damisela al que profesionaliza el oficio para ganarse los garbanzos, del que alecciona desde las letras de su púlpito al que humildemente entrega lo que tiene para entretener a un público cada vez más devastado por las consecuencias del terrible día a día rutinario. Todos ellos pulsan teclas, se agitan cuando las escenas corren desenfrenadas por su mente, reniegan del resultado de plasmarlas en el papel, suben al cielo en la primera lectura y bajan al infierno en la relectura; hablan por los codos de sus proyectos o los esconden bajo siete cerrojos si no les prenden fuego antes tras poner fin a su regurgitación de palabras fruto de la ira, la necesidad, la supervivencia, el orgullo, el envalentonamiento, la reivindicación o los gritos en el espacio donde solo un xenomorfo puede oírte. Unos apenas dedican breves trazos en el tren camino del trabajo, otros, en cambio, encuentran la locura en la sobrexposición a las letras: <<«Del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio»>> que diría el español más universal. Todos viajan en la eterna rueda del negro sobre blanco: rugiendo, ladrando, buscando su camino, su espejismo de paz, su meta lejana, su comprensión última de las cosas, su primera acepción de la palabra escatología. <<¿Así que quieres ser escritor?>> que declamaría el señor Bukowski con una copa en la mano… Y de todo este piélago cacofónico como un viajero más, traza su particular ruta Francisco Javier Olmedo, con lo que a nuestro juicio es su mayor, que no única, cualidad: EL RESPETO.
RESPETO: Con el lector y con su propia obra. Como el diablo que se encuentra en los detalles este autor mima su proyecto y con ello al lector. Es del tipo de personas que no hablan a los niños como si les faltara un hervor sino que van de frente respetando a su interlocutor y tratándole como se merece. Vivimos en un mundo cada vez más digital en el que la multitarea es lo habitual en cualquier actividad de ocio. En el aspecto audiovisual los productores se han percatado de que en una sociedad con déficit grave de atención, las series televisivas de veinte o cuarenta minutos funcionan estupendamente ya que no se necesita mucha retentiva para seguir la narración (las ovejas entran, las ovejas salen). Circunstancias culturales contemporáneas que son las que son. Resultado lógico de condicionamientos sociales y educativos, maleables según lo que indiquen Anna Wintour o Paolo Basile. Pues así las cosas, nadando a contracorriente por en medio del Yangtsé, todas estas modas y condicionantes se las pasa Francisco Javier Olmedo por el forro de los eones. Él, como si fuera un árbitro de un derbi futbolístico de los años ochenta, esquiva el lanzamiento de objetos desde la grada de las líneas maestras de los consejos editoriales, protegiéndose bajo el escudo de su convencimiento de que la purga y el cercenamiento de las ideas literarias no podrán traspasar el núcleo duro de su memoria primigenia. Si fuera William Wallace gritaría en el tajo y ante los ojos del verdugo: ¡Antes muerta que sencilla!, y si fuera el señor Valdemar seguro que intentaría narrar su novela desde el más allá antes de que el artificio hipnótico se evapore y se convierta en ceniza. Noten como trata un «padre» a su «hijo» en las páginas interiores al realzar la obra con ilustraciones. Con el mérito añadido de que, la presente obra, solamente se puede adquirir en amazon donde, hablando en líneas generales, el acabado (maquetación, tipología de letra, corrección, artes interiores, cubiertas, etc) dejan mucho que desear. Fíjense también en la portada de cada capítulo, luego lean lo siguiente «A su avance, sobre sus flancos se levantaban ahora altas paredes que se adivinaban apuntaladas con las ciclópeas osamentas de criaturas propias de las eras más pretéritas. Enfoscadas con la materia desecada de seres que entonces habitarían del otro lado del umbral, grotescos motivos se revelaban estampados por su superficie sin dejar un resquicio de estructura sin algún tipo de ornamentación».
El nombre de la novela tiene una doble lectura. A priori, al primer vistazo salta el improperio o el insulto ¡Mal nacido!, pero claro, la intención del autor es otra más relacionada con el gran spoiler de los años setenta (Rosemary´s baby / La semilla del diablo de Roman Polanski). Y de ahí a los límites de la imaginación del autor.
Las escenas de la novela son tratadas con el mimo característico de este autor que emplea todos los sentidos para su descripción y desarrollo. Emplea el olfato de los hermanos Cohen para detectar la motivación de cada personaje y lo enraíza con la rareza atmosférica de un David Lynch trasnochador. Muestra el tacto del ritmo de los latidos del corazón pero esconde a quién pertenece el órgano. A colación del presente volumen (ya lo verán/leerán) viene el ejemplo de Los pájaros de Alfred Hitchcock, película que si hoy en día no se pone en contexto no se entenderá el miedo y desasosiego que ejerció en el espectador de los años sesenta (antes de que el slasher unido al jump scare, «saltar del susto» o «sobresalto» dominaran el género fantástico y de terror). La atmósfera de «lo raro» dejó paso a lo explícito. Ahora, Francisco Javier Olmedo reivindica la escena de una bandada de cuervos, posados sobre unos columpios de un parque infantil, sin desvelar sus intenciones hasta que es demasiado tarde. La falta de respuestas y la máscara bajo la que se esconde el monstruo dan más miedo que el propio monstruo (recuperen la reflexión final sobre este asunto en la película de Joel Schumacher, Asesinato en 8mm).
Respecto al lenguaje y al tono descriptivo empleado es marca de la casa que Francisco Javier Olmedo nos asfixie con el buen empleo de ambos elementos para impedir que el lector transite someramente por el texto sin que sea sometido a los designios del mismo. En esta ocasión no es diferente, aunque sí es verdad que, en relación a la anterior novela que reseñamos del mismo autor: «Bajo nuestros pies», en la presente hay más espacio para una narración ágil y cercana al público más generalista. Pero claro, el autor, hace que te confíes y cuando bajas la guardia se la saca… La pluma, y una vez más nos golpea sensorialmente con toda la ferocidad de los cañones de Navarone (lo entenderán al llegar al capítulo XIV).
En Mal nacido nos encontramos con una comunidad de una pequeña ciudad en apuros y, sin llegar, a las numerosas interacciones entre sus miembros, pieza principal en obras de Stephen King como La Niebla, Tommyknockers, La cúpula -algo del aislamiento de este título también tiene la presente- o Salem´s Lot, sí encontramos el miedo comunitario. Y como toda comunidad, las desavenencias, las rencillas, los cambios de opinión y la crisis existentes producirán, en La Casa del Señor, que salga el auténtico superviviente interior lejos de los rigores de la educación y las conveniencias sociales. El mejor ejemplo de lo anterior es la señora Carmody (La Niebla). Personaje que justifica los terribles acontecimientos lovecraftianos que están sucediendo en el exterior del supermercado como un castigo divino para los pecadores allí congregados.
En Mal nacido seremos testigos de la adoración, ¿pero a quién? Leeremos sobre la importancia de un libro como portal hacia lo sagrado, ¿pero quién o qué responderá detrás de ese portal? Observaremos el culto a Dios, ¿pero a cuál? Ritos reglados, profanos, paganos, tentaciones, promesas y ansias de conexión con la divinidad pondrán a cada personaje ante su reflejo en la eternidad y en el cosmos. En el panteón de Francisco Javier Olmedo todas las llamadas tienen respuesta, no se pierde ni una sola de ellas. Pero las respuestas no siempre tienen por que llegar en tu mismo idioma. Recuerden lo ocurrido cuando se abrió el arca de la alianza. De allí salieron bellos cantos de sirena que, inmediatamente, se transformaron en el peor de los infiernos. La única vía de salvación para Indy y Marion fue cerrar los ojos atados al palo mayor cual Ulises. La belleza arrebatadora, a veces, solo es una ornamental celada.
Mal nacido es un cóctel muy potente que bebe de muchas premisas y homenajea escenas y situaciones clásicas del cine y de la literatura. Pero por encima de todo ello plasma el amor del autor por lo inefable, por lo que se encuentra más allá del portal del mundo conocido y que espera ser invocado para alzarse a recuperar su trono. Quizás es el propio autor el primero en esperar ansioso al ser primigenio de turno para hacerle unas cuantas preguntas.
<<Bienvenido, Mr. Yghaygha. Bienvenido Malaquías, el mensajero de Dios>>.
«Huye, Adso, de los profetas y de los que están dispuestos a morir por la verdad, porque suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes que la propia, y a veces en lugar de la propia.»
Fray Guillermo de Baskerville.
PERROS, GATOS Y ASESINATOS – EDITORIAL EXLIBRIC, 2019
TÍTULO: PERROS, GATOS Y ASESINATOS.
AUTOR: Z.C. BENÍTEZ – INSTAGRAM – FACEBOOK
EDITORIAL: EXLIBRIC, 2019 – WEB
PÁGINAS: 122.
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ
– SINOPSIS –
Cádiz es el escenario de esta intrincada historia donde la aparición de un misterioso felino supondrá el inicio de una serie de crímenes que cogerán de imprevisto al doctor Carlo Fontana, a quien parece va a serle difícil tener una vida tranquila.
– AUTOR –
Nacido en Cádiz en octubre de 1979, José «Zé» Carlos Benítez, ya mostraba admiración por la lectura y la escritura a una edad muy temprana. Amante del carnaval de su ciudad y carnavalero desde que vino al mundo, se refugió en la escritura para escapar de la depresión, siendo precisamente en ese mundo de oscuridad y tinieblas donde nace este libro. Aunque forma parte de un grupo de teatro, le habría gustado estudiar arte dramático y animación 3D; sin embargo, no renuncia a ninguno de sus sueños, ya que, como se suele decir, mientras hay vida, hay esperanza.
– GUSTARÁ
A los amantes del relato corto y la novela negra breve. A los que gustan ver las situaciones con los ojos de varios intervinientes. A quienes desean pasar un rato entretenido sin complicaciones. A los que se sienten como en casa transitando por escenarios y localizaciones reconocibles. A los que agrada el lenguaje sin artificios.
– NO GUSTARÁ
A los que prefieren temáticas exentas de violencia en cualquiera de sus formas y manifestaciones. Tampoco gustará a los taurófilos que se sientan concernidos o maltratados por las opiniones de algún personaje. A los que aburre el género negro ligero de atormentadas reflexiones.
– LA FRASE 
«En el casco histórico de Cádiz, hay una calle que se llama Adolfo de Castro, situada cerca del Teatro Falla y la Alameda. Bien, pues casi al principio de esa calle hay una plaza pequeña que se llama plaza de la Oca. Ahí vivo yo, en el número uno, bajo izquierda. Me pareció un bonito lugar para mudarme, para vivir tranquilo. Y así es.»
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: Perros, gatos y asesinatos, de Z. C. Benítez, una narración corta para encuadrar en el género negro-policíaco, con múltiples referencias a una ambientación geográfica reconocible, que aporta credibilidad y contrapeso a la ficción. Tomar una cerveza en la calle Arbolí quizás nos daría una pista y, tal vez, la Sorpresa. Quizás transitar con un veterinario por la calle José del Toro nos abocaría a la Tierra Media y al auténtico Sauron. Podríamos alojarnos en el Hotel de Francia y París con la esperanza de encontrarnos con algún torero. En cualquier caso Z.C. Benítez comparte con nosotros su visión, y casi el tacto, de la entrañable ciudad de Cádiz. La familiaridad con la que un lector gaditano en particular y uno español en general verán reflejados notas y tintes del día a día de la cultura andaluza realza la ficción que aquí nos presenta el autor, la hace reconocible y palpable a lectores que gustan de moverse por territorios y culturas conocidas. Seremos testigos de localismos varios y de un amplio despliegue, tanto del callejero gaditano como de formas y giros propios de la zona.
El estilo narrativo, ágil y directo, al alcance de todo tipo de lectores, contribuye a una fácil y amena lectura, adobada con descripciones, pinceladas humorísticas y verosímiles situaciones cotidianas en una clínica veterinaria. En la sociedad actual marcada (ya antes de la pandemia actual por el Covid-19) por el distanciamiento social, la «cercanía» digital y el aumento de las viviendas unipersonales, ha aumentado la estadística de mascotas en los hogares que hacen, en muchas ocasiones, de sustitutos de compañías más, digamos, molestas; que responden, ponen pegas, tienen manías u otro punto de vista de las reglas de la convivencia. En cambio, los animales, son el último reducto del amor incondicional y el consuelo de sus compañeros humanos. Se produce, irremediablemente, la reflexión de quién es más bestia e irracional: las personas o los propios animales que solo les ata el instinto y no la maldad. De ahí, que haya ciertos pasajes jalonados de la sensibilidad hacia las mascotas que cada día más son la piedra angular de la realidad de muchas almas solitarias.
Las inevitables licencias literarias de la novela hacen del uso bajo demanda del polígrafo de la policía un asunto asumible con naturalidad, así como el peculiar comportamiento de algún miembro de dicho cuerpo. La obtención, móvil en mano, de algún que otro truculento video y su uso posterior por alguno de los personajes podría cuestionarse en el mundo real, pero el universo literario y la ficción tienen su propio y maravilloso espacio. Añade incluso trazos, quizás gruesos, de erotismo que aportan mordiente a la trama. Un conjunto digerible y disfrutable. Por otra parte los personajes mantienen, en general, la debida coherencia con sus propias acciones y comportamientos e, incluso, con sus contradicciones y delirios. El lector puede encontrar puntos de afinidad con algunos o rechazo con otros, pero difícilmente la total indiferencia. Así que con esos mimbres está tejida una narración que hace honor a su título. Los perros, los gatos y los asesinatos deambulan por la historia acaparando protagonismo. En la parte animal, el perro Sauron y la gata Darkness (que podría salir del imaginario de Jaume Balagueró) se llevan la palma y circundan el triángulo que conforman el Dr. Carlo Fontana, su ayudante Rocío y su novia Marina.
La novela de Z.C. Benítez nos entretiene con las anécdotas y tribulaciones cotidianas del Dr. Fontana en el ejercicio de su profesión de veterinario y en su distribución de afectos y tiempo libre. Situaciones complicadas o dramáticas se tiñen con un tinte humorístico gracias a su expresiva narrativa y, cuando más confiados estamos, se nos sumerge de sopetón en el macabro escenario de los asesinatos. Desde ese momento será difícil cerrar el libro sin haberlo terminado de un tirón.
LA INVASIÓN DE LOS SOMBRÍOS – JORDI VILLALOBOS – (EDICIONES PROUST 2016)
TÍTULO: LA INVASIÓN DE LOS SOMBRÍOS.
AUTOR: JORDI VILLALOBOS. AQUÍ
EDITORIAL: EDICIONES PROUST 2016. AQUÍ
PÁGINAS: 342.
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ
– SINOPSIS:
¡Mejor novela SweekStars 2017 en castellano!
Un hechizo que lo puede cambiar todo, un romance inesperado, una guerra inevitable, dos historias entrelazadas…¡Los sombríos acechan!
Quieren conquistar toda Frienia. Orcos y humanos, después de muchos años en guerra, deben aliarse para hacer frente al nuevo enemigo común. La forzada unión entre Syriel, el príncipe humano, y Lirieth, la princesa orco, será el sello de esa alianza. Pero entre ellos empieza a surgir un verdadero romance que se ve enturbiado con una sospecha de traición.
¿Esconde Lirieth algo oscuro en su pasado? La nueva alianza y sus enemigos, intentarán captar dragones y otros poderosos aliados para reforzar sus filas. ¿Conseguirán los príncipes reunir un ejército robusto para poder combatir a los sombríos? Dos mil años antes un perverso mago llamado Mazorik, conocedor del peor hechizo de magia negra que puede existir: Linderiun Tesarien Racem
Planea dominar a todas las razas de Frienia: elfos, humanos, enanos, medianos, gigantes y sombríos. ¿Conseguirá alguien desbaratar sus planes?Dos historias que se entrelazan, en medio de guerras, traiciones, romances, intrigas y aventuras, concluyendo en un desenlace sorprendente.El inicio de una saga que te hará disfrutar la fantasía
– AUTOR:
Mi nombre es Jordi Villalobos, un informático que está iniciando un incierto camino como escritor de novelas fantásticas. He tardado unos seis años en acabar mi primera obra Linderiun tesarien racem: La invasión de los sombríos. Estudié Ingeniería en Informática de Sistemas y actualmente ejerzo de responsable de proyectos en una importante compañía del sector. No sé si alguna vez podré cambiar mi profesión por la de escritor, eso dependerá del escurridizo éxito, pero me apasiona escribir y lo seguiré haciendo mientras tenga ideas que teclear, de hecho, ya estoy iniciando la segunda parte de Linderiun tesarien racem.
– GUSTARÁ:
A los que se dejaron la infancia entre mundos de fantasía, diversos seres y criaturas de cuento y devorando la serie de dibujos animados de dragones y mazmorras. A todos ellos, que ya crecidos, siguen viviendo en verdes prados de hierba alta, en cascadas ocultas de cristalina agua, en castillos que esconden terribles secretos entre sus antiguos sillares o en mares lejanos donde se hallan increíbles tesoros. Para toda una generación de «neverlanders» que ya se ponen corbata o calzan zapatos de tacón pero que aún guardan una daga élfica atada al cinto bajo la chaqueta.
– NO GUSTARÁ:
A todos aquellos a los que les gusta tener los pies en la tierra (no en la Media) y que se alejan de cualquier personaje que no se puedan encontrar en una estación de tren de una polucionada gran ciudad. Así como a los puristas y exquisitos del género que piensan que después de J.R.R. Tolkien no hay nada más que escribir.
– LA FRASE:
«Jamás pensé ver alma tan pura y bondadosa en un ser de raza orca ni profesar tanto amor entre un orco y un humano. Grande y oscuro es el secreto que guardas en tu interior y harías bien en no escondérselo más a tu amado, aunque es muy peligroso también el juramento que te ata a silenciarlo».
– RESEÑA:
Un escritor español se ha calzado las botas de montar dragones y se ha embarcado en una alada fantasía plagada de criaturas que intrigan, luchan, mueren y aman en un mundo que les pertenece a todos y del que algunos quieren apropiarse para su uso y disfrute personal. Jordi Villalobos ha afilado su verbo y su acero (¿valyrio?) y cual montaraz embozado en su máquina Underwood nos golpea en las sienes con su obra. ¡Despierten! suenan trompetas de guerra. En Frienia todo es posible… Presten atención a Jordi, tiene una gran historia que contarnos.
Hablando de fantasía, espada, brujería y mundos plagados de criaturas mitológicas, no tenemos más remedio de acudir al jefazo de todo este asunto. Si bien Tolkien no inventó a la mayoría de seres que habitan en su fantástico mundo y ni siquiera originó las complejas historias que allí se cuentan (El Silmarillón, el Hobbit, El Señor de los anillos y el resto de la obra «menor» relacionada con la Tierra Media), lo que sí hizo es apropiarse por derecho (y, seguramente, para siempre) del relato y de su leyenda imaginativa.
Los orígenes de su mundo y de sus referencias se pierden en el albor de los tiempos. Tolkien bebió (y mucho) de mitos y leyendas. Buceó en el folclore y en los cuentos de hadas del norte de Europa y, como experto lingüista, aprendió (y aprehendió) de relatos y cuentos nórdicos perdidos. También incluyó en su obra la historia de la invasión germánica del siglo V de Gran Bretaña por los anglos, los sajones y los jutos. Añadió características de los pueblos vikingos junto con la inspiración que le produjo el poema Beowulf que cuenta la historia del héroe escandinavo que ayuda a Hrothgar, rey de los daneses, en su lucha contra el monstruo Grendel. La mitología nórdica fue una inagotable fuente de inspiración para Tolkien también, y una de sus obras más representativas son Los Edda, una colección de relatos escrita en 1220 por Snorri Sturluson, juez islandés que recogió todas esas historias tradicionales para enseñar lo que era buena poesía a su pueblo. Tampoco olvidemos las referencias en su obra al Macbeth de Shakespeare ni al ciclo artúrico, con Galdalf a la cabeza cual Merlín (¿el encantador?). Ni tampoco a la mitología griega, principalmente a Ulises como antecedente de Eärendil, el marinero, padre de Elrond y un medio elfo que viajó durante años por los mares.
Y de todo lo anterior lo que más se asemeja a la inmortal obra de Tolkien es El Cantar de los Nibelungos, un poema épico germano del siglo XIII que cuenta la historia de Sigfrido y su búsqueda del tesoro de los nibelungos (enanos que vivían bajo tierra). El tesoro está custodiado por un dragón y contiene un anillo de oro que está maldito. La historia de Sigfrido la narró Richard Wagner en su ópera El anillo del nibelungo. Aquí el enano Alberich roba el anillo de poder, oculto en el fondo del río Rhin (Ring en inglés significa anillo – ¿casualidad?) Esto nos suena bastante a la historia de Gollum.
Decíamos al comienzo de la reseña que Tolkien, aunque no inventó el mundo de La Tierra Media, lo que sí hizo es fijarlo para la posteridad, los caracteres de las distintas razas, las interrelaciones entre ellas y, sobre todo, la temática final de la obra. El poder como arma de opresión y desgaste mental de su portador, la ecología, la desmesurada industrialización, el amor que franquea el tiempo y las condiciones sociales, la devastación de la guerra, la camaradería y la vida sencilla en el medio rural, las cruentas luchas intestinas entre las propias filas y, principalmente, la lucha del individuo anónimo contra el mundo entero. El camino del héroe más complicado y espinoso siempre aparece en su obra. Y si Tolkien fijó la letra, Peter Jackson nos clavó en la retina el dibujo, color y matices de los personajes y paisajes con su trilogía cinematográfica de El Señor de los anillos (y, la menos lograda, aunque interesante, El Hobbit). Con ambas obras en el imaginario colectivo ahora a ver quién se atreve a escenificar un mundo del que casi todo se ha dicho y que conocen tan bien los amantes del género fantástico (además en estos momentos el triple salto mortal es más complicado. Todo gracias a George R.R. Martin con su Juego de Tronos, que aunque tenga un tono más «folletinesco» no deja de ampliar el legado de Tolkien, sin elfos esta vez, pero con enano, hombres que ansían más el poder que el mismísimo Sauron y dragones que harían sudar al mismísimo Smaug).
Tolkien, desde sus contemporáneos hasta hoy en día, sigue generando inquietudes en la mentes de muchos escritores que no han tenido reparo alguno en acudir a su mito inmortal y casi bíblico para seguir por los caminos que su imaginación les ha ido dictando. Escritores como Patrick Rothfuss, Steven Erikson, Andrzej Sapkowski, Tracy Hickman y Margaret Weis, C.S. Lewis, Brandon Sanderson, Robert Jordan, Robin Hobb, R.A Salvatore, Laura Gallego y Christopher Paolini… y, entre todos ellos, también se ha atrevido a entrar en este fantástico mundo el español Jordi Villalobos, con una obra atrevida, directa y muy cinematográfica.
En La invasión de los Sombríos (Sombríos vs Caminantes blancos, ¿quién ganaría?) Linderiun Tesarien Racem, tenemos a nuestro alcance, una vez más y con sabor patrio, una vuelta al mundo de fantasía que a tantos nos ha cautivado desde nuestra niñez. Y esto, siempre es una grata noticia. Lo primero (que suele ser el final en otras obras) es empezar por los amores aparentemente imposibles del príncipe humano Syriel y su prometida, la princesa orco Lirieth que nos recuerda una vez más a la prosa tolkeniana de la historia de Lúthien, una elfa inmortal y el humano Beren o la más conocida, de Arwen y Aragorn.
Jordi Villalobos, nos arroja sin paracaídas en un mundo repleto de intrigas, venganzas y pactos secretos que llevarán a sus protagonistas al límite. Nos plantea un juego de conveniencias y acuerdos entre razas que rompe la idea preconcebida de lo que siempre nos ha representado la literatura fantástica sobre la raza orca. Además la insignificancia de la mujer en dicha raza tradicionalmente inmunda, aquí cobra un protagonismo que desarmará las disposiciones del ávido lector.
El autor emplea la técnica de la doble línea narrativa para llevarnos de un punto a otro y acabar convergiendo en un escenario final planificado y profusamente explicado. Al contrario de otros compañeros de género, Jordi Villalobos planifica su novela desde el plano más entusiasta de la acción, en lugar de con una descripción más pormenorizada de la tierra, personajes y costumbres de Frienia. Esto descargará de peso a los menos aficionados al género fantástico, pero podría dejar con ganas de mayor profundidad a los más exigentes. Es la diferencia entre la novela juvenil y la que emprende el salto a mayores y complejas tramas, capas, trasfondos, reflexiones, alcances, etc. Pensamos que La invasión de los Sombríos se puede quedar en tierra de nadie y, por lo tanto, ser apta para todo tipo de lectores. Algunos echarán en falta complejidad, violencia y casquería, mientras que para otros les será suficiente. Cuestión de gustos.
¡Ah! y Frienia tiene mapa y todo. No busquéis La Comarca arriba a la izquierda, ni Mordor abajo a la derecha. Soltad lastre, resetead el disco duro y enfrentaos a los Sombríos, a los secretos secretísimos, a los amores imposibles y a la bella historia de unas piedras singulares que son el pilar fundamental de las intrigas que atormentan el presente y por las que luchan los protagonistas… Por cierto, los tambores resuenan en lontananza, parece que la continuación de esta novela estará en breve en las manos de aquellos incautos que como nosotros siempre hemos querido vagar libres por tierras extrañas.
Suerte Jordi, que los Sombríos te acompañen.
– NO NOS HEMOS PODIDO RESISTIR A PONER DRAGONES Y MAZMORRAS AQUÍ –