La estupidez de creerse a salvo pretende golpear conciencias sin ira y sin ensañamiento, las de todos lo que, desde una normalidad acomodada, creemos que algunas cosas solo les ocurren a los demás, nunca a nosotros mismos. Un error común, ese autoengaño al que nos aferramos para no tener que profundizar en lo que acontece a nuestro alrededor, para no tener que atender más que a lo fácilmente previsible. Los relatos que componen este libro están protagonizados por humanos con familia, trabajo, ilusiones y expectativas. Humanos de esos que nos empeñamos en llamar normales, como cualquiera de nosotros los que nos creemos a salvo. Y precisamente esto es lo que produce inquietud ya que obliga a reflexionar sobre la indeterminación del destino. Descubrir nuestra vulnerabilidad, averiguar que no somos capaces de mantener todas las facetas de nuestra vida bajo control, percibir con nitidez que siempre van a existir circunstancias imposibles de prever, puede hacernos perder pie, provocarnos miedo e inducirnos a vivir sin pararnos a pensar con el fin de preservar esa ilusoria y endeble tranquilidad.
– AUTORA –
Nació en Madrid en 1961. Ferroviaria y graduada en Educación Social, confiesa que su mayor pasión es la lectura, y esa fascinación que los libros ejercen sobre ella es la que le puso en camino hacia la escritura y, posteriormente, a la publicación de sus obras. Es miembro y fundadora del grupo de artistas Rincón del Arte y del grupo literario Chaflán de Letras. Forma parte de la Asociación de Escritores de Madrid y en 2020 fue nombrada miembro de la Academia Norteamericana de Literatura Moderna Internacional, con sede en New Jersey.
– GUSTARÁ
A los incondicionales de los relatos cortos, variados en la temática y bien construidos, que invitan a la reflexión, pero admiten una primera lectura cercana a lo meramente lúdico. A los observadores de la realidad cotidiana con capacidad para analizar y, en la medida de lo posible, rectificar los aspectos más negativos de su entorno. Para quienes disfrutan con estilos literarios despojados de artificios innecesarios.
– NO GUSTARÁ
A los que carecen de tiempo para dedicar a una lectura mínimamente exigente en lo conceptual. A los que prefieren los géneros de entretenimiento, aventuras, fantasía o misterio, dinámicos en el desarrollo y despegados de sentimientos y necesidades humanas cotidianas. A los que optan por literaturas barrocas con prolijas descripciones de personajes y escenarios. A los aficionados a la novela de acción más violenta y vertiginosa.
– LA FRASE
“Con La estupidez de creerse a salvo pretendo, además, golpear conciencias sin ira y sin ensañamiento. Las conciencias de todas esas personas que, desde una normalidad acomodada, creemos que algunas cosas solo les ocurren a los demás, nunca a nosotros mismos. Un error común, ese autoengaño al que nos aferramos, para no tener que profundizar en lo que acontece a nuestro alrededor, para no tener que atender más que a lo fácilmente previsible” (de la Nota de la autora).
– RESEÑA
Sentados frente al televisor contemplamos periódicamente, pero con dramática frecuencia, las declaraciones de alguna de las víctimas de accidentes de tráfico, lamentando amargamente estar condenadas a vivir en una silla de ruedas. Da igual que el accidente haya sido provocado por un fallo fortuito del vehículo (la menor parte de las veces), por otro conductor irresponsable o por la propia víctima. Siempre coinciden en que jamás hubieran esperado semejante desenlace. El mundo es seguro y ordenado porque no le prestamos atención hasta que se desploma sobre nuestras cabezas.Ese ejemplo es poderosamente llamativo y de sobra conocido, pero hay multitud de otros a nuestro alrededor que, de reparar en ellos con detenimiento, nos harían comprender la fragilidad del sistema físico y emocional en el que habitamos y en el que nos sentimos falsamente sólidos y seguros. Hay males que corrompen el alma lentamente y otros que provocan “la muerte súbita” sin que nadie, empezando por nosotros, parezca percibir y aún menos querer atajar.
De igual forma que el profesor de Ciencias de la Incertidumbre, Nassim Nicholas Taleb, nos ofreció en su libro “El cisne negro” un catálogo de acontecimientos imprevisibles con anterioridad a su eclosión, para encajar a posteriori, así Julia de Castro Álvarez nos muestra un catálogo de personajes con actitudes y comportamientos que, a poco que escudriñemos en nuestro entorno, podremos reconocer ocasional o mayoritariamente. Esto dependerá de nuestra situación como observadores, pero aún más de nuestro interés y grado de atención. Tal vez podríamos hablar de un “Cisne blanco”. ¿Pudieron preverse las consecuencias globales de la pandemia de Covid-19 en un gráfico “macro” y universal antes de ese fatídico año 2019? Probablemente la respuesta será negativa. Pero ¿pudieron minorarse sus efectos en cada uno de los millones de “cuadros micro”? ¿Cuántos se atrevieron a afirmar en 2022 que la Rusia de Putin invadiría Ucrania un par de semanas antes de producirse la triste agresión bélica? ¿Cuántos lo vieron venir y, realmente, trataron de evitarlo? Cisnes negros o cisnes blancos que no se supieron ver ni valorar.
Julia de Castro Álvarez toma algún ejemplo de estos dramáticos acontecimientos y nos habla de todo ello en su obra “La estupidez de creerse a salvo”. Nos invita a reflexionar presentándonos un caleidoscopio de vivencias y sensaciones cuyos protagonistas transitan por peripecias, ocultas en conjunto para la mayoría, pero que pueden estallarnos en la cara en cualquier momento y bajo cualquier forma. El llamado efecto mariposa o la caída de las fichas de dominó atisban casi desde cada página de su libro. La autora, como ella misma anuncia, renuncia a la ira o al ensañamiento y de manera ágil, normalmente amable en el estilo y en las formas, conduce al lector por caminos tan variados que recorren casi todos los pecados capitales y también algunas de las más valiosas virtudes humanas. Esta propuesta de Julia de Castro Álvarez, desarrollada en 15 breves relatos, puede mantener más vivo y vigilante a todo el que tenga la oportunidad de asomarse a sus páginas.
La estupidez de creerse a salvo describe con fluidez múltiples vericuetos que van de la política contemporánea, líquida y de bajo nivel, a la filantropía más generosa; del submundo de “la calle” al oropel de un pequeño Nicolás; de la miseria, en fardos de planeadoras, con un ominoso peñón de fondo, a la variopinta prostitución ejercida a tiro de piedra de la inmortal Acrópolis. Esta obra exhibe tanto los mecanismos “de trepa” de alguna jovenzuela sin escrúpulos como los recorridos introspectivos, autoanalíticos y parabólicos de otros, que acaban produciendo una extraña mezcla de procacidad e inocencia, con máxima exposición online.
También nos hace reparar en la funesta manía del dios Cronos con su inevitable degradación de la belleza humana que provoca, en algunos ingenuos, inútiles y crueles esfuerzos, casi todos acabados en “plastia” y frustración. La paranoia homicida también tiene cabida en estas páginas cuyo recorrido abarca también, o además, la pérdida de valores y la telebasura, que de alguna manera son vasos comunicantes contenedores de un mismo virus, sobre el que Julia Castro Álvarez pretende ponernos en guardia. Después de la lectura de La estupidez de creerse a salvo, la cacería de cisnes negros o blancos será de la exclusiva responsabilidad del lector.
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