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TODAS LAS HISTORIAS ACABAN HABLANDO DE AMOR

TODAS LAS HISTORIAS ACABAN HABLANDO DE AMOR

TÍTULO: TODAS LAS HISTORIAS ACABAN HABLANDO DE AMOR.
AUTORA: EMMA TRILLES LAYUNTA. WEB TWITTER
EDITORIAL: BATIDORA EDICIONES. WEB
PÁGINAS: 203.
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ

– SINOPSIS:
En Todas las historias acaban hablando de amor, Emma Trilles nos transmite con toda cercanía el día a día de una consulta psicológica, a través de ocho historias basadas en hechos reales llenas de aprendizaje y superación; encuentros y desencuentros, amor y desamor… Un libro de divulgación lleno de color y de sentimiento.
Es un libro para sentir; hará que te identifiques o identifiques a personas queridas con muchos de los protagonistas de las historias que se cuentan. Te ayudará a ser más tolerante, a ver la vida desde diversos puntos de vista, a eliminar prejuicios, a entender el porqué de determinados comportamientos, quizás opuestos a los tuyos.
La vida son etapas, y para vivirlas y disfrutarlas en plenitud, se requiere aprender a gestionar emocionalmente los acontecimientos que nos ocurren de un modo sereno, viviendo el presente, pero sin perder de vista que algo maravilloso nos puede suceder en cualquier momento.

– AUTORA:
Me llamo Emma Trilles y desde que tengo uso de razón, me he sentido atraída por las personas y sus emociones, los comportamientos, las reacciones humanas, los sentimientos,…. mi gran fascinación.
Inicialmente me decanté por estudiar la Diplomatura en Magisterio, especializándome en Educación Infantil; los niños, otra de mis debilidades….. El entender como la educación que recibe el niño en sus primeros años de vida es fundamental para su desarrollo; para sus habilidades motoras, físicas y por supuesto psicológicas, como la educación recibida en los primeros años puede fraguar positiva o al contrario negativamente en la personalidad del adulto. Está inquietud me ha llevado a emprender el Proyecto CREZCO FELIZ, cuya misión es entrenar la inteligencia emocional en los niños; trabajar por la salud emocional de los más pequeños.
Tras finalizar Magisterio, sin dudarlo me matriculé para cursar la Licenciatura en Psicología y fue durante esos años donde me di cuenta de que efectivamente quería ejercer mi carrera profesional como psicóloga.
Un Posgrado en Dirección de Recursos Humanos y Organización hizo que mi trayectoria posterior se centrara en el mundo de los Recursos Humanos. Durante casi quince años he trabajado a nivel nacional para multitud de empresas, siendo mi especialidad el estudio la personalidad orientada a diversos trabajos.

– GUSTARÁ:arrow-145786__340.png
A los lectores de no-ficción que buscan incesantemente la veracidad de los hechos acaecidos a personas corrientes. Historias que abrazan la realidad que surge en cualquier situación y en la que pueden verse reflejados. También interesará a aquellos que quieran sentarse, aunque sea por un rato, en el sillón del psicólogo y ver lo que se cuece en el diván de enfrente. Vivir en primera persona lo que oye, siente, reflexiona y actúa metódicamente un profesional de la mente.

– NO GUSTARÁ: arrow-145782__340.png
A aquellos lectores amantes de la ficción novelada o a aquellos que los temas relacionados con la psicología en su vertiente más sentimental no les interesan. (Incluso aunque luego sean asiduos consumidores de novela romántica).

– LA FRASE:
“Yo la estaba observando y en ese momento su semblante empezó a cambiar, lo que me indicaba que en breves instantes me desvelaría el motivo real de su problemática. No me podía imaginar cómo iba a continuar la historia, y sentía cierta intriga…”.

– RESEÑA:
Solamente observando la edición del presente libro, ya adivinamos el trato profesional y rigorista de la obra. La línea pulcra y monocromática por la que apuesta Batidora ediciones hace de sincero continente de lo que nos vamos a encontrar en su interior. Ya desde la portada nos miran unos ojos sin más rasgos determinantes. No seremos capaces de saber qué nos dicen esos ojos, pues su falta de expresividad, junto con la ausencia de sonrisa, nos llevan a reflexionar acerca de la naturaleza de las historias que se encuentran en su interior. Esta primera mirada limpia y sin prejuicios nos llevará a escuchar lo que la mente de sus intervinientes nos quieren compartir. En su interior las ilustraciones de Antonio Valenzuela (Facebook), nos hacen acompañar a los personajes en sus realidades cotidianas y en su pugna por reflotar sus mentes del naufragio al que han sido sometidas sus vidas. Naufragio en que lo han perdido todo. La autora en un primer momento y mucho antes de que lleguen a tierra firme, intentará que consigan asirse a un salvavidas para coger aire, escupir el salitre, comenzar a nadar y, progresivamente, poner rumbo al futuro, incierto, pero prometedor.SoyLoProhibido-big.jpgGestión emocional + Autoconocimiento = Autoestima. Así nos plantea la autora la ecuación de la “felicidad emocional”. Sin ella, nos explica en su nuevo libro, la empinada cuesta del día a día no dejará de aumentar escalones mientras se pierde en las alturas. Son muchas las referencias que nos encontramos en el libro de Emma Trilles. Sea la resiliencia, el estoicismo o la propia cultura popular con las frase atribuida a varios autores “No podemos elegir las cartas que nos dan, pero sí cómo jugarlas” se entrecruzan en el albero de las atribuladas almas que nos presenta. Ya desde los tiempos bíblicos del metafórico relato de Saulo camino de Damasco, que tuvo que caerse del caballo para trascender a una nueva realidad y, por tanto, a un conocimiento nuevo, el hombre ha buscado la redención y la iluminación. Conversión de la que puede venir el dicho folclórico de “si te caes de un caballo, vuelve a montarlo inmediatamente, para que aprenda quien es el domador“. Lo que a lo mejor no nos han contado es que el caballo somos nosotros mismos y que la doma, en casos puntuales, debe ser tratada por un profesional. Muchas veces nuestra obcecación es tal, que ni siquiera sabemos que para auparse a la grupa hay que utilizar los estribos con desenvoltura y técnica depurada.
No podemos dejar la ocasión de nombrar el ejemplo de Nelson Mandela, encarcelado por razones políticas durante 27 años. Paradigmático ejemplo de resistencia ante la adversidad, gestión emocional y superación. Son ya clásicas las siguientes líneas escritas durante su cautiverio.

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

Cuando un individuo tiene claras sus prioridades y objetivos, luchará firmemente en su convicción. Sin embargo y, en caso contrario, la falta de metas, de ilusiones, de horizontes a los que llegar para hundir la bandera de la realización, conllevan en ocasiones una infinita ausencia, desasosiego y desorientación.
“Todas las historias acaban hablando de amor” es el título de la presente obra, aunque nosotros podríamos apostillar que todas las historias acaban hablando de miedo a la pérdida. El ser humano y, más concretamente el occidental, ha llegado a unas altas cotas de consumismo, conformismo y acumulación de bienes y sentimientos diversos que le impiden concretar y enfocar sus intereses en algo esencialmente tangible. De ahí nacen sus miedos. Se ve así mismo en un trono sobre una montaña de bienes y “personas” ganadas con el tiempo y el trabajo. Por ello tiene miedo, mucho miedo a perderlos, no por el hecho del valor que les otorga, sino por que el cambio que eso le produciría, modificaría su agenda diaria de pensamientos y sentimientos.
Se nos estropea el teléfono móvil, se retrasa el tren, cancelan tu serie favorita, retiran de la carta de postres “el pecado de chocolate”… vivimos imbuidos en el miedo a la pérdida. Y cada vez los condicionantes sociales nos alejan de las herramientas eficaces para afrontar con éxito la frustración o, simplemente, la flexibilidad para modificar los planes originales. Si este es el comportamiento para temas baladíes y de poca importancia, que no nos ocurrirá con los asuntos más relevantes como los de las relaciones personales más cercanas. En una sociedad en la que los padres envuelven en plástico de burbujas (ya lo anticiparon Los Simpson – a partir del 1:38;-)), el adolescente y después el adulto que a pocas batallas se ha enfrentado, no será capaz de encontrar su lugar en la cruenta batalla que le toca vivir en la jungla social. Tiene colmillos, pero se los han limado.
La gestión del cambio, el autoconocimiento y la responsabilidad personal son factores que indica la autora como pilares esenciales para afrontar lo que nos ocurre en momentos de desavenencias internas y externas. Con dichas herramientas podremos hacer frente con más papeletas (no pataletas) a los problemas de mayor calado, esto es: los sentimentales. Por las páginas de “Todas las historias acaban hablando de amor“, desfilan una procesión de sujetos atormentados por sus obras y decisiones: personajes infieles, individuos que han perdido toda esperanza en encontrar el amor, bien por su edad o bien por su condición física, integrantes de matrimonios que han caído en desgracia y no saben cómo remontar el vuelo, aventureros de sábanas pasajeras, sujetos que viven una doble vida o tienen una relación de dependencia, pacientes que, al fin y al cabo, no asumen una ruptura o bien no saben cómo provocarla o gestionarla adecuadamente. Emma indaga en la problemática de las situaciones de cada uno de ellos para averiguar las razones que les han llevado hasta allí, invitando a aquellos que están dispuestos a atarse fuerte el cinturón y embarcarse en el viaje, a que hagan fluir sus relatos sin censura alguna y, poder así, guiarlos en el duro trance de atravesar el túnel en busca de la luz de su futuro.
La zona de confort es un volcán que siempre está a punto de erupcionar. La vida y sus acometidas son cíclicas, siempre subiendo y bajando. Emma se lo recuerda a sus pacientes. Todo lo malo y todo lo bueno nos acabará pasando a todos los que socialmente vivimos acompañados de nuestros semejantes en este mundo incierto. De cómo logremos comprender los sentimientos, su alcance, su entorno, su limitación y su relación empática con el medio que nos rodea, radicará el éxito de nuestro bienestar.
Emma estructura su obra en tres partes. La historia del paciente: (son ocho en total) donde introduce durante la misma algún pequeño comentario a modo de apunte a mano en la sesión terapéutica. La metodología: a seguir para afrontar y superar el problema que se plantea en la historia personal de cada uno. La reflexión: de la que nos hace participes con sus pensamientos acerca de la materia tratada.
Por supuesto, esto no es una novela romántica ni de final feliz, ni de final trágico. No hay final, las historias que se cuentan llegan a medio cocinar y se despiden sin sellar el último capítulo. La autora llega justo en el momento de la intervención. Las vidas seguirán adelante. Unos casos tendrán un desenlace satisfactorio, otro no tanto, pero esto solamente lo sabe ella. Cancerbera del secreto de sus clientes que le depositan el mayor de sus tesoros: la verdad, a veces incómoda, que les hostiga y les aprisiona.
Emma escribe este libro en mitad de un deseo irrefrenable de hacerse oír. Dicen que las personas estadísticamente más felices son las que ayudan a los demás con sus problemas. Este mutualismo armónico engloba a todo el que entra dentro de su esfera… y así se construyen sueños y mundos mejores.
Que las historias y los dueños de las mismas sigan creciendo.


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