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EJES OPUESTOS

EJES OPUESTOS

– GUSTARÁ:
A los viajeros, y también turistas, que quieran conocer un Irán alejado de las zonas comunes que se ofrecen en los medios de comunicación, en ocasiones, tergiversadas por intereses espurios. Un país rico en su gente anónima pero todavía sometido al arbitrio de una pequeña clase dominante amparada en la teocracia y el conservadurismo. Gustará también a aquellos que buscan una guía de viajes diferente, cercana, directa y pegada a la realidad del día a día de las calles de Teherán.

– NO GUSTARÁ:
A los que prefieren recorrer el mundo bajo el amparo de Booking, Tripadvisor y las guías del Lonely Planet. Tampoco será del interés de aquellos que prefieren informarse por los medios de comunicación mayoritarios en los que, normalmente, todo es blanco o negro.

– LA FRASE:
“Y así nos condujo por la zona de Valiasr y Fereshteh, en donde nos mostró el sistema acuñado como Dor Dor entre los iraníes y que consiste en flirtear desde los automóviles con un particular código para interpretar cada señal: miradas, claxon e intermitentes servían para comunicarse con otros vehículos y peatones, lo cual suponía el punto de partida para tratar de lograr el ansiado número de móvil que permitiese llegar al siguiente paso, al resguardo de la escena pública. A partir de entonces, los mensajes establecen puntos de encuentro para intimar o ir de fiesta a algún local clandestino lejos de las miradas oficiales que persiguen los comportamientos inapropiados entre hombre y mujer”.

– RESEÑA:
Hoy traemos para reseñar, Ejes opuestos: Relato de un año en Irán, del viajero incansable y amante de la Historia, Miguel Garaizar. Con un juego de palabras sutil, el autor nos presenta la otra cara de la moneda de un país que forma parte del bautizado “eje del mal” por EE.UU., pero que él sitúa en el “eje opuesto”; aquel que desde fuera es muy difícil conocer y juzgar. Pues bien, el autor estuvo un año de inmersión en aquella cultura y decidió ponerlo todo por escrito. Y aquí lo tenemos.

Los libros de viajes se suelen dividir en dos formatos: aquellos que tocan más los asuntos relacionados con los interrogantes del ¿qué ver?, ¿dónde comer?, ¿qué visitar?, etc, y los que abordan asuntos más personales, íntimos o filosóficos. Los primeros están destinados al turista, los segundos, a los viajeros. La diferencia entre ambos estriba, en líneas generales, en que mientras los turistas se limitan a “coleccionar” lugares y caminos trillados, el viajero, baja al barro, se sale del camino establecido y evita, en la medida de lo posible, las aglomeraciones de los que buscan la foto y salen corriendo hacia su próxima captura. El viajero improvisa e indaga siempre en una constante búsqueda de la idiosincrasia y los folclores propios del lugar que visita. En la presente obra nos encontramos a un viajero metido, hasta el fondo, en una cultura completamente diferente a la suya. Pero, mientras recorre esas diferencias y ese “El choque de civilizaciones” que propugna el politólogo Samuel P. Huntington, nos va descubriendo que, en todos los países más allá de himnos, banderas y dirigentes, se encuentran ciudadanos anónimos que buscan y sienten de maneras parecidas, aunque les separen miles de kilómetros de distancia. (Por ejemplo: la rebeldía de la juventud es patrimonio común de toda la humanidad; otra cosa es que, mientras en algunos países forma parte de la estructura de la sociedad, en otros, es silenciada, regulada e, incluso, desposeída de sus derechos más vitales).

Miguel Garaizar nos mostrará, durante un año de beca ICEX, un país que se sale de los itinerarios habituales de visita. Su cultura, el fundamentalismo político y religioso de las élites gubernamentales y la violación de varios derechos fundamentales (la mayoría con nombre de mujer), hacen que no sea un destino atractivo para el turismo occidental. A pesar de todo esto, el autor nos mostrará que hay algo que va más allá de los clichés cargados de intereses publicitarios y de los filtros comerciales de los grandes tour operadores. Este recorrido nos llevará a un país que ve como el paso del tiempo y la introducción de la globalización digital entre los más jóvenes va minando el estricto conservadurismo del estado. Todas las naciones del mundo han pasado su personal y oscura Edad Media, hasta transitar hacia la (imperfecta) democracia. Irán, solamente necesita tiempo, ya que como nos hace ver el autor, aunque el cambio es lento, es palpable en las nuevas generaciones. Siguiendo la tónica general que sucede en el resto de los países, el laicismo y la relajación de las costumbres se van abriendo paso. La separación del estado y de la confesión islámica es un proceso que no parece que tenga visos de frenarse. La muerte de Dios, que auguraba Friedrich Nietzsche, parece estar cada día más cerca. Una de sus consecuencias es el relativismo moral y la falta de unión con el pasado y la cultura, aunque esto también es un problema, en el lento caminar hacia el futuro iremos viendo cuáles serán las consecuencias. A lo mejor el vacío de Dios lo han ocupado sectores nacionalistas, populistas y ultras; pero eso ya es otra discusión.

Seguramente lo más interesante del libro de Miguel Garaizar es la sencillez y la distancia con sus propios ideales sociopolíticos. El narrador nos contará en primera persona lo que ve, lo bueno y lo malo. Elimina los prejuicios que se acumulan frente a ciertos aspectos y elementos de la sociedad iraní. Todo ello mientras nos muestra su día a día con total naturalidad, con todos sus altibajos, sus excursiones por la capital, Teherán, y por el resto del país, con su novia, amigos y compañeros de trabajo. Su mirada recorrerá todos los estratos de la sociedad en la que acaba de aterrizar y nos contará todos sus miedos, reparos y dificultades a la hora de asimilar su nueva situación en un lugar totalmente ajeno a su mentalidad accidental. Aunque, es cierto que tiene a su favor su espíritu aventurero y su dilatada experiencia en viajes infatigables por medio mundo. Pudiera ser, que otra persona, hubiera tenido muchos más problemas en habituarse a esta nueva realidad.

Durante este año también visitará: Dubai, EEUU, Siria, Ayerbaiyán, India, Tailandia, Japón, etc. Estas escapadas servirán al lector para hacer de contraste con la particularidad del régimen iraní. Seremos testigos de un Irán pocas veces contado, ya que la presente voz no es de un periodismo interesado que busca, sino de un viajero que encuentra, en su cotidianidad, mil rincones y detalles. Los cuales compartirá con el lector, su cómplice de: excursiones de esquí, mercados y bazares de Teherán, con sus grandes diferencias respecto al regateo de otros países, museos, la historia más reciente desde la apertura a occidente con el autocrático Sha de Persia a la revolución islámica teocrática de finales de los 70 con Jomeini a la cabeza o las consecuencias de la guerra Irak/Irán de los años 80. No faltarán las visitas a Yazd, Isfahan, Tabriz, Persépolis, Shiraz, Abianeh, Natanz, etc. Un diario de atascos y conducción con un reglamento interno muy particular, jóvenes con sus propios códigos para saltarse la prohibición del ligoteo y la promiscuidad, las piruetas de la comunidad homosexual para no ser detectados, el estado de las mujeres iraníes que van adquiriendo muy poco a poco su sitio en una sociedad que las tiene ninguneadas, los productos que no están en los escaparates pero que son fácilmente adquiribles de estraperlo en la trastienda (música, cine, alcohol…), la relación a distancia del autor con su pareja con saltos y encuentros por diferentes países, el aprendizaje del farsi, la diferencia entre la apariencia pública y las fiestas privadas, incluso la aparición de una peculiar adaptación teatral de Bodas de sangre de García Lorca, versión iraní, con anécdota incluida, etc.

También contemplaremos el complicado equilibrio político interno iraní en unas elecciones donde el consejo de guardianes y la guardia revolucionaria iraní toman la última palabra y los gritos de fraude electoral de una parte de los votantes son sofocados inmediatamente con férrea violencia. Pequeños pasos para hacer un tránsito complejo entre el conservadurismo tradicional y el progreso que trae los nuevos tiempos. Si algo nos deja claro Miguel Garaizar es que no son tiempos de confrontación entre iguales cuando, en la mayoría de los casos, son los dirigentes de arriba los que nos enfrentan a los de abajo.

El autor, con la presente obra, nos expone lo que ha sido, seguramente, uno de los años más excitantes de su vida, al que pone voz, para aprendizaje de una realidad que es silenciada por occidente.


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