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LA INVASIÓN DE LOS SOMBRÍOS

LA INVASIÓN DE LOS SOMBRÍOS

TÍTULO: LA INVASIÓN DE LOS SOMBRÍOS.
AUTOR: JORDI VILLALOBOS. AQUÍ
EDITORIAL: EDICIONES PROUST 2016. AQUÍ
PÁGINAS: 342.
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ

– SINOPSIS:
¡Mejor novela SweekStars 2017 en castellano!
Un hechizo que lo puede cambiar todo, un romance inesperado, una guerra inevitable, dos historias entrelazadas…¡Los sombríos acechan!
Quieren conquistar toda Frienia. Orcos y humanos, después de muchos años en guerra, deben aliarse para hacer frente al nuevo enemigo común. La forzada unión entre Syriel, el príncipe humano, y Lirieth, la princesa orco, será el sello de esa alianza. Pero entre ellos empieza a surgir un verdadero romance que se ve enturbiado con una sospecha de traición.
¿Esconde Lirieth algo oscuro en su pasado? La nueva alianza y sus enemigos, intentarán captar dragones y otros poderosos aliados para reforzar sus filas. ¿Conseguirán los príncipes reunir un ejército robusto para poder combatir a los sombríos? Dos mil años antes un perverso mago llamado Mazorik, conocedor del peor hechizo de magia negra que puede existir: Linderiun Tesarien Racem
Planea dominar a todas las razas de Frienia: elfos, humanos, enanos, medianos, gigantes y sombríos. ¿Conseguirá alguien desbaratar sus planes?Dos historias que se entrelazan, en medio de guerras, traiciones, romances, intrigas y aventuras, concluyendo en un desenlace sorprendente.El inicio de una saga que te hará disfrutar la fantasía
– AUTOR:
Mi nombre es Jordi Villalobos, un informático que está iniciando un incierto camino como escritor de novelas fantásticas. He tardado unos seis años en acabar mi primera obra Linderiun tesarien racem: La invasión de los sombríos. Estudié Ingeniería en Informática de Sistemas y actualmente ejerzo de responsable de proyectos en una importante compañía del sector. No sé si alguna vez podré cambiar mi profesión por la de escritor, eso dependerá del escurridizo éxito, pero me apasiona escribir y lo seguiré haciendo mientras tenga ideas que teclear, de hecho, ya estoy iniciando la segunda parte de Linderiun tesarien racem.
– GUSTARÁ:arrow-145786__340.png
A los que se dejaron la infancia entre mundos de fantasía, diversos seres y criaturas de cuento y devorando la serie de dibujos animados de dragones y mazmorras. A todos ellos, que ya crecidos, siguen viviendo en verdes prados de hierba alta, en cascadas ocultas de cristalina agua, en castillos que esconden terribles secretos entre sus antiguos sillares o en mares lejanos donde se hallan increíbles tesoros. Para toda una generación de “neverlanders” que ya se ponen corbata o calzan zapatos de tacón pero que aún guardan una daga élfica atada al cinto bajo la chaqueta.
– NO GUSTARÁ: arrow-145782__340.png
A todos aquellos a los que les gusta tener los pies en la tierra (no en la Media) y que se alejan de cualquier personaje que no se puedan encontrar en una estación de tren de una polucionada gran ciudad. Así como a los puristas y exquisitos del género que piensan que después de J.R.R. Tolkien no hay nada más que escribir.
– LA FRASE:
“Jamás pensé ver alma tan pura y bondadosa en un ser de raza orca ni profesar tanto amor entre un orco y un humano. Grande y oscuro es el secreto que guardas en tu interior y harías bien en no escondérselo más a tu amado, aunque es muy peligroso también el juramento que te ata a silenciarlo”.
– RESEÑA:
Un escritor español se ha calzado las botas de montar dragones y se ha embarcado en una alada fantasía plagada de criaturas que intrigan, luchan, mueren y aman en un mundo que les pertenece a todos y del que algunos quieren apropiarse para su uso y disfrute personal. Jordi Villalobos ha afilado su verbo y su acero (¿valyrio?) y cual montaraz embozado en su máquina Underwood nos golpea en las sienes con su obra. ¡Despierten! suenan trompetas de guerra. En Frienia todo es posible… Presten atención a Jordi, tiene una gran historia que contarnos.
Hablando de fantasía, espada, brujería y mundos plagados de criaturas mitológicas, no tenemos más remedio de acudir al jefazo de todo este asunto. Si bien Tolkien no inventó a la mayoría de seres que habitan en su fantástico mundo y ni siquiera originó las complejas historias que allí se cuentan (El Silmarillón, el Hobbit, El Señor de los anillos y el resto de la obra “menor” relacionada con la Tierra Media), lo que sí hizo es apropiarse por derecho (y, seguramente, para siempre) del relato y de su leyenda imaginativa.
Los orígenes de su mundo y de sus referencias se pierden en el albor de los tiempos. Tolkien bebió (y mucho) de mitos y leyendas. Buceó en el folclore y en los cuentos de hadas del norte de Europa y, como experto lingüista, aprendió (y aprehendió) de relatos y cuentos nórdicos perdidos. También incluyó en su obra la historia de la invasión germánica del siglo V de Gran Bretaña por los anglos, los sajones y los jutos. Añadió características de los pueblos vikingos junto con la inspiración que le produjo el poema Beowulf que cuenta la historia del héroe escandinavo que ayuda a Hrothgar, rey de los daneses, en su lucha contra el monstruo Grendel. La mitología nórdica fue una inagotable fuente de inspiración para Tolkien también, y una de sus obras más representativas son Los Edda, una colección de relatos escrita en 1220 por Snorri Sturluson, juez islandés que recogió todas esas historias tradicionales para enseñar lo que era buena poesía a su pueblo. Tampoco olvidemos las referencias en su obra al Macbeth de Shakespeare ni al ciclo artúrico, con Galdalf a la cabeza cual Merlín (¿el encantador?). Ni tampoco a la mitología griega, principalmente a Ulises como antecedente de Eärendil, el marinero, padre de Elrond y un medio elfo que viajó durante años por los mares.
Y de todo lo anterior lo que más se asemeja a la inmortal obra de Tolkien es El Cantar de los Nibelungos, un poema épico germano del siglo XIII que cuenta la historia de Sigfrido y su búsqueda del tesoro de los nibelungos (enanos que vivían bajo tierra). El tesoro está custodiado por un dragón y contiene un anillo de oro que está maldito. La historia de Sigfrido la narró Richard Wagner en su ópera El anillo del nibelungo. Aquí el enano Alberich roba el anillo de poder, oculto en el fondo del río Rhin (Ring en inglés significa anillo – ¿casualidad?) Esto nos suena bastante a la historia de Gollum.
Decíamos al comienzo de la reseña que Tolkien, aunque no inventó el mundo de La Tierra Media, lo que sí hizo es fijarlo para la posteridad, los caracteres de las distintas razas, las interrelaciones entre ellas y, sobre todo, la temática final de la obra. El poder como arma de opresión y desgaste mental de su portador, la ecología, la desmesurada industrialización, el amor que franquea el tiempo y las condiciones sociales, la devastación de la guerra, la camaradería y la vida sencilla en el medio rural, las cruentas luchas intestinas entre las propias filas y, principalmente, la lucha del individuo anónimo contra el mundo entero. El camino del héroe más complicado y espinoso siempre aparece en su obra. Y si Tolkien fijó la letra, Peter Jackson nos clavó en la retina el dibujo, color y matices de los personajes y paisajes con su trilogía cinematográfica de El Señor de los anillos (y, la menos lograda, aunque interesante, El Hobbit). Con ambas obras en el imaginario colectivo ahora a ver quién se atreve a escenificar un mundo del que casi todo se ha dicho y que conocen tan bien los amantes del género fantástico (además en estos momentos el triple salto mortal es más complicado. Todo gracias a George R.R. Martin con su Juego de Tronos, que aunque tenga un tono más “folletinesco” no deja de ampliar el legado de Tolkien, sin elfos esta vez, pero con enano, hombres que ansían más el poder que el mismísimo Sauron y dragones que harían sudar al mismísimo Smaug).
Tolkien, desde sus contemporáneos hasta hoy en día, sigue generando inquietudes en la mentes de muchos escritores que no han tenido reparo alguno en acudir a su mito inmortal y casi bíblico para seguir por los caminos que su imaginación les ha ido dictando. Escritores como Patrick Rothfuss, Steven Erikson, Andrzej Sapkowski, Tracy Hickman y Margaret Weis, C.S. Lewis, Brandon Sanderson, Robert Jordan, Robin Hobb, R.A Salvatore, Laura Gallego y Christopher Paolini… y, entre todos ellos, también se ha atrevido a entrar en este fantástico mundo el español Jordi Villalobos, con una obra atrevida, directa y muy cinematográfica.
En La invasión de los Sombríos (Sombríos vs Caminantes blancos, ¿quién ganaría?) Linderiun Tesarien Racem, tenemos a nuestro alcance, una vez más y con sabor patrio, una vuelta al mundo de fantasía que a tantos nos ha cautivado desde nuestra niñez. Y esto, siempre es una grata noticia. Lo primero (que suele ser el final en otras obras) es empezar por los amores aparentemente imposibles del príncipe humano Syriel y su prometida, la princesa orco Lirieth que nos recuerda una vez más a la prosa tolkeniana de la historia de Lúthien, una elfa inmortal y el humano Beren o la más conocida, de Arwen y Aragorn.
Jordi Villalobos, nos arroja sin paracaídas en un mundo repleto de intrigas, venganzas y pactos secretos que llevarán a sus protagonistas al límite. Nos plantea un juego de conveniencias y acuerdos entre razas que rompe la idea preconcebida de lo que siempre nos ha representado la literatura fantástica sobre la raza orca. Además la insignificancia de la mujer en dicha raza tradicionalmente inmunda, aquí cobra un protagonismo que desarmará las disposiciones del ávido lector.
El autor emplea la técnica de la doble línea narrativa para llevarnos de un punto a otro y acabar convergiendo en un escenario final planificado y profusamente explicado. Al contrario de otros compañeros de género, Jordi Villalobos planifica su novela desde el plano más entusiasta de la acción, en lugar de con una descripción más pormenorizada de la tierra, personajes y costumbres de Frienia. Esto descargará de peso a los menos aficionados al género fantástico, pero podría dejar con ganas de mayor profundidad a los más exigentes. Es la diferencia entre la novela juvenil y la que emprende el salto a mayores y complejas tramas, capas, trasfondos, reflexiones, alcances, etc. Pensamos que La invasión de los Sombríos se puede quedar en tierra de nadie y, por lo tanto, ser apta para todo tipo de lectores. Algunos echarán en falta complejidad, violencia y casquería, mientras que para otros les será suficiente. Cuestión de gustos.
¡Ah! y Frienia tiene mapa y todo. No busquéis La Comarca arriba a la izquierda, ni Mordor abajo a la derecha. Soltad lastre, resetead el disco duro y enfrentaos a los Sombríos, a los secretos secretísimos, a los amores imposibles y a la bella historia de unas piedras singulares que son el pilar fundamental de las intrigas que atormentan el presente y por las que luchan los protagonistas… Por cierto, los tambores resuenan en lontanza, parece que la continuación de esta novela estará en breve en las manos de aquellos incautos que como nosotros siempre hemos querido vagar libres por tierras extrañas.
Suerte Jordi, que los Sombríos te acompañen.


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