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LA TERAPIA DE NEKA

LA TERAPIA DE NEKA

TÍTULO: La terapia de Neka.
AUTORA: Nekane AQUÍ
EDITORIAL: Autopublicación 2017.
PÁGINAS: 262.
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ

– SINOPSIS:
Nekane era una niña cuando su padre murió. Pero no fue la desaparición de ese hombre casi desconocido que ocasionalmente le daba un revolcón entre juegos lo que contrajo su alma. Han pasado los años y tras la ruptura con su novio, Neka ha caído en un pozo demasiado hondo para salir. En este pozo de desesperación y miedos ocultos, con la ayuda de su terapeuta, intentará descifrar que se esconde tras ese desánimo que alcanza la desesperanza. Y mientras ella busca la salvación en sus amigas, comienza a desenterrar esos recuerdos que sepultó cuando era una niña que se perdió en el infortunio de una muerte. Y el apretón de la mano de su madre, cuando el ataúd de ese desconocido descendía al negro foso ante ellas, atraviesa el tiempo como un relámpago. Y con ese recuerdo atraviesa también el tiempo la transformación de su madre en otra: porque durante aquel instante en que su madre le aferró la mano con todas sus fuerzas, ella supo que con el cuerpo de ese padre iba a quedar enterrada parte del alma de su madre. ¿Será Neka capaz de desenterrar aquella alma que quedó sepultada en el pasado? ¿Logrará que su madre vuelva a ser su madre y no esa otra mujer que la suplantó cuando ella era sólo una niña? NOTA DE LA AUTORA. Ante posibles dudas, quiero aclarar que “La Terapia de NEKA”, no es MANGA ni una lectura destinada únicamente a jóvenes y adolescentes. En su interior he pretendido plasmar las contradicciones más simples de nuestra sociedad. Las peligrosas distopías a las que nos arriesgamos cada día. Feliz lectura y dulces pensamientos.
– BIOGRAFÍA DE LA AUTORA:
De la misteriosa autora, Nekane, podemos aportar el siguiente decálogo para que la conozcáis un poco mejor. (Mantenemos su anonimato).
1.- Soy de San Sebastian, Donostia y tengo como veinti-tantos años desde hace unos poquillos y espero tenerlos siempre.
2.- Me encanta el deporte, el cine, el teatro, el ballet y los musicales… aunque me es difícil verlos ya que hay que ir a Madrid… aunque por suerte tengo alguna amiga loquilla por allí.
3.- Me encantan los animales… Y adoro a mi perro Nico… Es lo más guapo que hay… Aunque os confesaré que un tío mío siempre me dice: “los animales son hermosos y los humanos guapos…” Pero insisto, Nico es guapísimo.
4.- Me encanta salir por ahí, a tomar lo que sea vamos: reconozco que soy más búho que otra cosa.
5.- Me encanta debatir sobre lo que sea; desde las estrellas del firmamento a si son más guapos los rubios o los morenos.
6.- Reconozco que voté a Aitana en OT; es que siempre he imaginado a Neka como ella.
7.- Ya en plan aburrido, diré que he ganado algún concurso de cuentos y relatos.
8.- Que me encanta como escribe Víctor del Árbol (os lo recomiendo siempre) y que me encantaron las novelas “El tiempo entre costuras” y “Dime quién soy”… bueno y otras muchas más.
9.- Mi Blog es: https://laterapiadeneka.site123.me/
10.- Me encanta la lluvia en invierno y el sol en verano.
– GUSTARÁ:arrow-145786__340.png
A los adolescentes con las hormonas más revueltas que un vampiro donando sangre. También a aquellos que quieran comprobar el vértigo que sufre la mente de los individuos que se encuentran ante el abismo de la adultez, reaccionando de maneras muy atropelladas e irreflexivas. Todo ello siempre bajo el amparo, abrigo y enjuiciamiento de los camaradas de armas. Los amigos.
– NO GUSTARÁ: arrow-145782__340.png
A los lectores, que ya por edad, ya por haber pasado los vaivenes de los peores remolinos laberínticos de la adolescencia, han arribado a puerto seguro lejos de aguas procelosas, viéndose más interesados por temas más calmos en playas tranquilas. O al menos más previsibles y rutinarios.
– LA FRASE:
“Luego de milenios de reconcializaciones, las mujeres hemos aprendido que únicamente existe una forma de que la mujer despechada supere su rabia y el rencor hacia el homo cavernícola que la enamoró… Aguijonearla hasta que salga en su defensa y reconozca que aún bebe los vientos por el asqueroso cavernícola”.
– RESEÑA:
Hace pocos días publicábamos la reseña de la novela “La última negociación” de Patricia Bernardo, donde ya dimos nuestra opinión acerca del enmarañado juego de sentimientos que se traían entre sí los personajes de la novela de la escritora ovetense. Dicha novela se perfila en el tablero de juego a mitad de la partida. El final de la partida será al estilo de “Volver a empezar” – José Luis Garci – 1981. Amores crepusculares que narran en pasado sus vidas lastradas por los cruces de caminos, cosas que nunca se dijeron y miradas que buscan expiación en los albores del abrazo otoñal del tipo de la guadaña. Las relaciones que mas tarde madurarán e irremisiblemente acabarán en un parque dando de comer a las palomas, en una asistencia hospitalaria dejándose las hebras grises sobre la almohada con la mano apoyada sobre una persona que ha compartido los sinsabores de un proceloso viaje asaeteado de contratiempos y vicisitudes diversas o en un divertido baile de “los pajaritos” en algún complejo hotelero de Benidorm.
Pero ahora ese futuro queda lejano, extraño e inaccesible. Con la terapia de Neka empieza el camino, se pone el cronómetro a cero y suena el pistoletazo de salida en las mentes más jóvenes. Llega el momento de la jungla, de la guerra, de las carreras intempestivas a risotadas en busca de un taxi libre de madrugada, de las interminables sobremesas de domingo en las mesas de madera en la ribera de un río en primavera, o de los festivales de música electrónica alternativa en alguna cala de Santa Eulalia (Ibiza).
En el caso que nos ocupa, Neka y su reducido grupo de acérrimas amigas, deslenguadas y procaces, nos llevan a un lugar de tránsito. Deambulan todas en la sala de espera de un gran aeropuerto. Llegaron juntas con los primeros rayos de la adolescencia y, ahora, sin saberlo, tras muchas confesiones nocturnas, terapias de Cruzcampos y Oreos, planes concebidos en conjunción de carpetas forradas por ídolos pop y ansias de descubrimientos personales, se topan con la afronta de que cada una de ellas deberá tomar un vuelo diferente a destinos insospechados, salvajes, cruentos, solitarios y cargados con legajos de incertidumbres. Sus caminos se forjaron juntos, pero ha llegado el momento de marchar, todas lo saben, el destino no espera ni a princesas ni a sapos.
El tránsito, la cruzada de fe, el rito de paso, la ordalía de Dios, emerge en sus ya pisados senderos. El punto de no retorno les conmina a rendirse o a llenarse de heridas con las zarzas desolladoras de la vida. En esta adolescencia tendrán la oportunidad de gritar que están vivas y que se creen inmortales, (de ahí sus temerosas y, a veces, estúpidas decisiones). Bruñen sus días en la irreflexión de la batalla, intentando labrarse un lugar en un mundo que no entienden y que intuyen que les debe un billete en clase preferente. De esto culparán, con su verborrea pulsante y sintomática del embarazo fluyente de corrientes internas hormonales, a los enemigos, a los otros, a los diferentes, a aquellos que no piensan ni sienten como ellas, a aquellos que, en definitiva, les atraen e imantan a un juego del que solamente conocen el índice del reglamento pero en el que aún no saben jugar con desenvolvimiento. A los “homos“, los hombres. Son tales sus ansias de conocimiento y de exploración, que desechan y pisotean la paciencia reflexiva con tacones afilados, para jugársela en un paroxismo de “all in” con una simple pareja de sotas de corazones.
La novela, aunque pueda sacarle detalles interesantes un público más adulto, esta claramente encaminada a la etapa adolescente y su mirada es claramente femenina. Precisamente por ello el lenguaje y las situaciones son típicas de una fase vital en la que el cerebro se encuentra en una lucha encarnizada con un mundo que no entiende y que le es del todo extraño. Es el precio de romper el cascarón y querer volar (a veces), antes de cuenta, por unos cielos bravíos plagados de aves de rapiña.
Neka y sus amigas luchan por atravesar el mar tormentoso de la adolescencia, para intentar arribar a las playas del nuevo mundo de los adultos. Durante la marejada serán vapuleadas por incontables criaturas, boquearán indefensas en muchos momentos. Solamente se tendrán a ellas mismas como flotadores de supervivencia. Un día llegarán a aquellas costas y, tras limpiarse de salitre, de las algas y de la espuma de mar, mirarán hacia atrás y ya no podrán acordarse por dónde ni por qué han venido hasta aquí, a la tierra de los adultos y de los hombres…
…pero todavía no.


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