A todos aquellos que han buscado explicación a sus desventuras vitales en el mundo de los sueños. Los que han sabido ver que allí, entre la niebla, existen explicaciones para conocer mejor la piel en la que habitamos. Gustará también a todos los amantes de la ficción contemporánea que basa su interés en la fuerza de la reflexión de sus personajes.
A aquellos lectores que prefieren las novelas de mayor extensión para poder entrar más en profundidad en los temas que se plantean. Tampoco será del gusto de aquellos que creen que se internan en una novela de ciencia ficción clásica pero que se encuentran algo mucho más íntimo y personal. No entretendrá tampoco a aquellos que reniegan de los sueños como fuente de autoconocimiento y, quizás, de algo más profundo.
“Mediante los sueños… Cadalso cuenta con un alojamiento donde el paciente, una vez a la semana, ha de dormir controlado por nuestros expertos. Cada habitación está formada por un cubículo creado con pantallas y sistemas de sonido para incitar al sueño más personalizado. Mediante tus deseos, creamos esos sentimientos en la naturaleza de tu fobia. Te despertarás y habrás soñado, por ejemplo…, con una fantástica cena con la persona que más añoras en el medio del bosque, o con un familiar perdido en una habitación convertida en un paisaje natural. Y así es como acabarás vinculando el temor de los árboles con tu deseo más codiciado. Una noche a la semana durante un mes es la duración total del tratamiento, al final de cada sesión te administrarán un fármaco experimental testado con óptimos resultados. La pastilla será la encargada de que no acabes confundiendo los sueños con la realidad”.
Hoy traemos a la trinchera de las reseñas literarias, Mateo en el Cadalso de Néstor Barbosa. Novela corta de cuerpo cinematográfico y alma reflexiva. Pese a sus escasas ciento y pocas páginas, el autor enreda una trama onírica en la que realidad y ficción se toman de las manos en un camino tortuoso de superación y exploración. Cóctel de redenciones y expiaciones varias en los brazos de un Morfeo, que psicoanaliza a sus personajes en un bucle laberíntico del que es muy difícil desprenderse. Desde el trampantojo del título del libro, que insinúa pero no muestra, hasta su conclusión epistolar, recorremos recovecos y lugares que no aparecen en las tertulias cotidianas de mesa camilla.
Aquí se darán cita la complejidad de los resortes de la mente, las fobias personales y las herramientas para afrontarlas y, en su caso, superarlas. Una carrera contrarreloj antes de que los débiles pilares de la realidad se quiebren en una aluminosis de ansiedad y falta de control que lleven al protagonista a un pozo sin fondo de imposible recuperación. Si es complejo entender los mecanismos de la mente durante la vigilia, igual o más difícil es encontrar respuestas para los sueños. Desde los sueños recurrentes, a los lúcidos o los premonitorios, pasando por las experiencias extrasensoriales, la parálisis del sueño, y los innumerables interpretaciones del contenido de los mismos. Seremos testigos del mundo que empieza cuando el cerebro desconecta de la “realidad” y entra en un mundo flexible, caprichoso, desregularizado y camaleónico. Es posible que la última barrera del conocimiento del ser humano se halle en la mente y en cómo los sueños van conformando nuestras vidas. Y es aquí precisamente donde Nestor Barbosa enarbola el pendón de la ficción contemporánea para hablarnos de las amarguras y de los traumas que brotan súbitamente en el protagonista de esta historia. Y como todo tiene solución, acudirá a un método parecido al de Total Recall, basada en el libro de Philip K. Dick, Podemos recordarlo por usted al por mayor (1966). Mediante sesiones hipnóticas el paciente irá abriendo sus poros y sus chacras hacia un conocimiento que no le había sido revelando con anterioridad dado su hermetismo sentimental. Durante este alejamiento de la realidad a lo David Lynch en Twin Peakso de la controvertida serie televisiva Black Mirror (¿San Junípero?), el protagonista irá entendiendo cuál es su lugar en el mundo, cómo superar sus miedos y su incertidumbre de género, así como la forma de afrontar la muerte como parte del camino que debe recorrer.
Este relato de Néstor Barbosa es un camino de introspección del propio escritor, un “laberinto” de David Bowie plagado de formas cambiantes y personajes variopintos. Entra en juego también el aspecto más metaliterario de su protagonista. El arte de la creación y los fantasmas del resultado de la obra que su Golem interior quiere clamar al mundo… Sus inquietudes, sus pasiones y sus desasosiegos. Así, autor y protagonista irán de la mano en un camino de descubrimiento en pareja de paso firme, pero de futuro incierto. Desde la emoción de las relaciones de amistad y de pareja, a la añoranza de los tiempos perdidos, a la comprensión de las cuestiones fundamentales de la existencia humana, Mateo en el Cadalso nos transporta a la duda, a la debilidad del alma, a la búsqueda de un punto de agarre en donde asirse, al encuentro con las preguntas de nuestra genealogía que hicieron estos lodos de aquellos barros. Esta obra nunca deja de profundizar en la esencia del ser humano, de sus logros, sus anhelos, sus batallas y sus pérdidas.Mediante un complejo programa terapéutico de reprogramación mental de la fobia recurrente del protagonista se irán desvelando, no solo el sistema de curación, sino otros aspectos ocultos de su memoria, que nos llevarán a un desenlace donde los distintos estratos de la realidad y de la ficción se tocan.
El tono del relato es muy visual. Abundan los diálogos y los cambios de escena. Esto, unido a su escasa extensión, consigue que se puedan acercar todo tipo de lectores. No se trata de un sesudo tratado de ciencia-ficción o de fantasía (aunque la tiene) sino que se acerca a una narrativa contemporánea basada más en personajes y en situaciones y no tanto en largas descripciones de sucesos de la arquitectura novelada. En su sencillez radica su notable equilibrio entre varios géneros. Insinúa más que enseña. No recorre todas las líneas argumentales para saciar al lector con todas las respuestas a sus preguntas, sino que deja la puerta abierta a diversas interpretaciones. Al igual que Leonardo Di Caprio se internaba en los sueños en Inception (Origen – Christopher Nolan, 2010), Néstor Barbosa se introduce en nuestro subconsciente y nos invita a soñar despiertos con la aparente premisa onírica que nos plantea. Aunque esta encierra en su interior un mensaje muy reconocible sobre la identidad, el sufrimiento y el anhelo de plenitud que todos los lectores entenderán perfectamente.
Al final, la vida es sueño y los sueños, sueños son.