– GUSTARÁ:
A aquellos que van más allá de una trama política y bélica en sus lecturas y que valoran notablemente que el autor “se moje” y exponga sus motivos e inquietudes éticas y morales en un mundo cada vez más mediatizado y convulso. Interesará a aquellos lectores que prefieren que las historias que les narran no sean unidireccionales, sino que tengan varios puntos de vista para que puedan confrontarlos con sus propias inquietudes personales.
– NO GUSTARÁ:
La presente obra les sabrá a poco a aquellos lectores más acostumbrados al thriller con tintes cinematográficos y furioso en sus formas. También rebajará el interés de los que anteponen la complejidad narrativa y de la trama a las reflexiones y diferentes postulados aportados por los personajes como forma de asirse a una vida mediocre, esquiva y descorazonadora.
– LA FRASE:
“Iba amaneciendo despacio, tanto como la velocidad a la que avanzaban. Tal parecía como si, con toda la educación del mundo, pidiesen permiso a cada metro cuadrado de la tierra para pasar por encima y, al igual que el sol se alza cada mañana humilde, hasta convertirse en los protagonistas del escenario de las vidas de los habitantes del Desierto Naranja. Sabían perfectamente que, solo con humildad, se consigue llegar hasta el final ya que esta aporta la prevención necesaria para lograr la victoria”.
– RESEÑA:
Hoy traemos para reseñar el libro Las tres caras de la moneda de Jordi Belda Valls. Profundo diagnóstico, realidad ficcional, batalla de modernidad que elucubra la sociedad que nos ha tocado vivir, de los resortes que la sustentan y de la autopsia de los cadáveres que va arrastrando por el camino. El autor nos conmina a un ejercicio de posicionamiento incómodo tras las varias ofertas que nos ofrece en sus tres menús repletos de razones, circunstancias, reflexiones y verdades. Esta novela corta, más allá de la trama expuesta y de las propias peripecias narrativas, está acompañada por un profundo poso de cronista de batallas sociológicas en las que el autor mueve las marionetas de su teatro itinerante para despegar los párpados de aquellos que, tras sus muros y rejas electrificadas, defienden sus derechos a no ser molestados por otras visiones ni realidades alternativas.
Margarita Vázquez Campos y Antonio Manuel Liz Gutiérrez, firman el libro La noción del punto de vista, exponiendo un análisis integral de la composición del concepto. Nos indican que, aunque es crucial en muchos discursos, la noción no ha sido correctamente analizada. Afirman que los primeros filósofos griegos clásicos, Parménides y Heráclito entre otros muchos, discutieron la relación entre “apariencia” y “realidad”; cómo los diferentes puntos de vista se conectan con la realidad en la que nos movemos. El concepto de “punto de vista” es altamente complejo, irracional, multifuncional y ambiguo. Muchas cosas pueden ser juzgadas desde ciertos puntos de vista personales, tradicionales, éticos o morales. Concluyen que nuestro conocimiento sobre la realidad fijada en nuestro cerebro es, a menudo, inestable y relativo a un punto de vista fijo y concreto.
Las dos caras de la moneda, es el dicho popular que nos indica que una misma persona, hecho o circunstancia puede tener dos efectos contrarios, confrontados y, aparentemente, irreconciliables; son los dos polos de un imán que se repelen hasta el infinito, o el cara y cruz de dos realidades que estando pegadas nunca logran mirarse directamente a los ojos para entablar un punto de conexión y acuerdo. La tesis y la antítesis se intentan dar la mano por debajo de la mesa para que nadie se dé cuenta de que se buscan, pero no se encuentran sin la ayuda de la síntesis (la tercera cara de la discordia). Recuerden a Dos caras de los cómics de Batman que lucha por llegar a un punto de unión entre sus dos personalidades para poder conciliar un único parecer en la realidad. Este personaje padece una personalidad disociativa fruto de las malas experiencias y de los palos que le ha dado la vida. Héroe y villano que intenta alcanzar la tercera vía, aquella que le permita reconciliarse consigo mismo y con su entorno. Jordi Belda Valls introduce en su novela esta tercera vía. La que utilizará para explicarnos sus razones sociopolíticas de un tiempo convulso de corrientes de pensamiento, populismos de masas, noticias falsas (las mediáticas fake news), adoctrinamientos tecnológicos y explotaciones humanas desde el primer al tercer mundo.
La presente obra juega con tres momentos temporales y geográficos que son narrados de manera muy eficaz para la trama de la narración. Al ser una novela relativamente breve no queda un espacio significativo para seguir la progresión de los personajes, sino, más bien, para los devenires de sus caminos. Aquí es donde el autor hace más hincapié. Estas tres caras observan realidades diferentes en su cotidianidad, ya sea en lo más alto del escalafón del poder político, en la lucha de guerrillas de un país inestable o en los gajes del oficio del periodismo. Todos tienen sus ópticas bien afinadas pero se reflejan en espejos que únicamente les devuelven sus propias miradas y no las del contrario. Jordi Belda Valls se rebela (y se revela) contra un sistema injusto que bebe los aromas de su triunfalismo económico desgastando a todos los maltratados por el mismo. Un organigrama político henchido de desigualdad y de afrentas burocráticas laberínticas que dirige las voluntades del vulgo, afanándose por esquilmar los bolsillos y las ilusiones de los ciudadanos encasillados según su agenda de contactos. Tendremos la ocasión de asistir a un complejo entramado político, comercial y bélico que confluye en las distintas realidades en las que se pliegan los protagonistas para sobrevivir en un contexto que no permite llegar el segundo a la línea de meta.
La presente novela es un ejercicio reivindicativo y explicativo de la legítima lucha del individuo por seguir adelante, procurándose un estado del bienestar personal donde consagrar sus sueños e ilusiones. Lucha que tiene muchos frentes y donde el sistema democrático tiene mucho que avanzar en sociedades que aún se hayan asentadas en la Edad Media en legislación, confesionalidad y falta de protección a los más desfavorecidos (menores y mujeres principalmente). La empatía como forma de entendimiento, concordia y avance humano. Una novela dividida en tres ángulos que de manera tangencial buscan tocarse pero que en la mayoría de ocasiones chocan en un delirio universal de falta de comunidad. Jordi Belda Valls piensa que aún no está todo perdido y que la esperanza de la conciliación de intereses todavía es posible.