MÚLTIPLE, LA DESNUDEZ DEL ALMA DE LA PROTEGIDA DE KING KONG

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MÚLTIPLE, LA DESNUDEZ DEL ALMA DE LA PROTEGIDA DE KING KONG

Cuando vienes marcado en tu apellido con “Night” cambiado por su original “Nelliyattu” ya tienes mucha labor adelantada. El realizador de origen indio M. Night Shyamalan, (uno de mis preferidos, él a su vez lo es de Spielberg y de Hitchcock, vamos por lo tanto por buen camino) cuenta en su filmografía con los siguientes títulos en orden cronológico, (El sexto sentido, El protegido, Señales, El bosque, La joven del agua, El incidente, La Visita, Múltiple). Si bien dirigió dos películas anteriores a El sexto sentido, (Praying with Anger y Wide awake) y dos bodrios alejados completamente de sus intereses y debilidades, cosas del dinero, que es muy loable compañero en toda profesión, (After Earth y  Airbender: El último guerrero). ¿Qué se puede esperar de un joven que a sus diecisiete años ya había rodado cuarenta y cinco  prometedores cortos caseros? Pues que al menos la pasión y las ganas por el cine estaban naciendo a borbotones.
A Shyamalan le gusta jugar, y quiere jugar con todos nosotros, lo suyo no es el onanismo, pero sí el vouyerismo participativo. Sabe del poder del cine, y por ello conoce todos sus resortes y engranajes. Este conocimiento artesanal y personal hacen de su cine algo sincero y tramposo al mismo tiempo. La sinceridad la notamos en la cadencia y el mimo del movimiento de cámara, en el silencio de los espacios, en la música calmada y desasosegante al mismo tiempo, en los planos tratados con finura y energía, en el trabajo de enfoque de la mirada de los actores, en la preferencia por el espacio íntimo, en el inquietante y omnipresente “fuera de cámara”, y sobre todo, en la atmósfera de escasos espacios exteriores para realizar un ejercicio de interiorismo personal que mantiene la tensión narrativa en todo momento en las dianas de nuestras mentes. La trampa la notamos mayoritariamente en sus giros de guión y en su apuesta por el divertimento, (e incluso con espolvoreadas notas de humor). El conejo sale de la chistera y nos enfrentamos al truco final. Este “más difícil todavía” es el sello del autor, que sabe, que si no hay un gran fin de fiesta, el mensaje principal de su oratoria puede quedar diluido en el océano, y no quedará adherido a la impronta del subconsciente colectivo que es el objetivo principal de todo comunicador. Las ideas deben quedar ancladas en los receptores mediante el divertimento, no bajo el tedio ni la obligatoriedad, misma razón por la que odiábamos los libros que nos leíamos en el colegio, que una vez fuera, se han convertido en imprescindibles.
Si me preguntaran cuál es el tema principal de las películas de Shyamalan respondería que la protección de lo que más queremos y por extensión del núcleo más íntimo, la familia, que es amenazada diariamente por fuerzas externas, (Señales, La joven del agua, El protegido, El incidente) y fuerzas internas, (El sexto sentido, El bosque, La visita, Múltiple). Es precisamente el miedo, el vehículo que con más poder de convicción nos atenaza periódicamente y nos hace tomar bando, pendón y partido para protegernos de su influyente y subyugante actuación. Es la familia el último reducto “confiable” en el que podemos acudir siempre al amparo de las faldas de mamá o del músculo y fiereza de papá, (que los cánones, roles y modas hayan cambiado modernamente esta terminología, no quiere decir que tradicionalmente no haya sido así…feminazis alert!)
Es en la magnifica El bosque, donde nos enfrentamos al mayor de los secretos. El descubrimiento de los Reyes Magos, que el dinero no lo regala el cajero automático, que comer muchos dulces te crea caries, que ya no te tiran de los mofletes y te preguntan que ¿qué vas a ser de mayor?, ya nadie te cuenta cuentos al acostarte, ni quiere jugar contigo a indios y vaqueros. Tu tiempo ha pasado e intentar aferrarse a ello, solamente puede ser posible a base de amenazas y miedo. En El bosque, “los Reyes Magos” que acechan en las lindes del valle son los padres, y si descubres su secreto, solamente puedes obtener a cambio o frustración o libertad…pero como todos sabemos, los padres no quieren libertad para sus hijos, toleran todas las frustraciones de sus retoños siempre que con ello el aura de la protección recaiga sobre ellos. Así estamos programados por la “Pachamamma”.
Si el bosque es el paradigma de la sobreprotección, Múltiple es de alguna manera lo contrario. Aquí la familia es el oscuro agujero de debajo de la escalera, donde ni Harry Potter querría jugar a la Game Boy. ¿Qué hacer cuando el infierno está dentro de las sábanas de tu cama?, ¿qué salida existe cuando eres Sissy Spacek en Carrie, Haley Joel Osment en El sexto sentido, Ellen Page en Hard candy, Kevin Bacon en Sleepers, etc? La olla explota en algún momento y con ella saltan por lo aires todos los condimentos, todos los ingredientes desmenuzados y fracturados. En este punto se extienden por todos los confines de la mente conocida, (y desconocida), todas las personalidades, que en su pugna por la victoria y por acaparar la luz, modificarán para siempre al individuo, llevándole bien a la rendición o bien evolucionándolo hacia algo desconocido, algo nuevo, algo que pugna y late por salir a flote borrando todo lo anterior, creando una realidad alternativa. Es la redención por el sacrificio y la supervivencia maltrecha de una mente enferma, que se debate entre el abandono, la perdición y la locura o el nacimiento del Superhombre nietzscheliano.
James McAvoy y Anya Taylor-Joy redefinen el cuento de la Bella y la Bestia, (o acaso a la Bestia, ¿no le faltaba algún tornillo? Igual que se ponía a destrozar todo un castillo en un ataque de ira, se animaba risueño a jugar a tirar bolas de nieve acto seguido, para a continuación pillarse otro rebote de aúpa y mandarlo todo a la mierda de nuevo). Lo hacen con un honestidad digna de sus personajes y con una mirada mutua llena de temor y comprensión al mismo tiempo. Se conocen, se huelen sus vergüenzas y heridas, pero sin saber si pertenecen o no a la misma camada.
Atención, esta película no es El silencio de los corderos ni El coleccionista de amantes, ahí radica su milagro y su poesía. La jaula de la fiera indómita está adornada de múltiples capas y estratos. Si  rascas la pintura verás que el coche está repintado. La fiera es buscada, estudiada y clasificada incluso por la comunidad científica que introduce un curioso planteamiento acerca de quién es el que lleva la voz cantante y darwiniana de la evolución, (lean Soy leyenda de Richard Matheson), ¿son ellos o somos nosotros los que gozamos de pasajes de primera clase en la cúspide de la pirámide evolutiva? Ambos no podemos convivir en la misma arena del Circo Máximo.
Quizá en EEUU haya tenido tanto éxito de taquilla, cuando les puede el tema de la protección familiar malentendida, (en su caso a base de pistolas y demás polvorines caseros, que estadísticamente matan a más niños de los que defienden…otra vez aparece el miedo como motor del mundo, de la economía y de las empresas farmacéuticas y militares, entre otros sectores. Ya lo dijo Michael Moore). La diferencia se encuentra en los detalles, en el fondo del asunto. Si bien algunas subtramas aunque necesarias no están resueltas del todo con maestría, dicho contenido nos acerca al caso clínico a tratar.
Shyamalan no sale de Philadelphia para rodar sus películas, es consciente de que el miedo no se encuentra en lejanos países exóticos, cuevas inexploradas, castillos medievales o cementerios abandonados. El miedo, y sobre todo el miedo a la pérdida, se encuentran en tu ciudad, en tu barrio, en tu casa, en la mente de tus seres queridos. Es en el “Sancta Sanctorum” de tu existencia donde los tentáculos de Lovecraft se te ceñirán al pecho y por la espalda una sombra muy oscura, te susurrará al oído lo que realmente eres y nunca has querido escuchar. ¿Hacemos caso a las voces y a nuestro amigo imaginario, o lo dejamos pasar?
Shyamalan gusta o no gusta, pero no crea indiferencia, y eso es lo mejor que le puede pasar a un creador. Él habita por sitios oscuros y pergeña con su mirada corva un sistema de lugares interconectados que dotan al género fantástico de alma y cuerpo de ave nocturna que aletea silente a altas horas de la noche por los callejones de las ciudades en busca de los razonamientos y la maquinaria de la que están fabricadas las anomalías que a todos nos desvelan, nos inquietan y en último lugar nos obsesionan y nos enloquecen. Si bien puedo decir, con todo respeto al maestro, que se me ocurren hasta tres finales alternativos a “Múltiple”, que podrían gustar al respetable, (a mí al menos me hacen estremecer), seguramente los dejaré por escrito más adelante cuando las aguas vuelvan a la calma después de este viaje psiquiátrico y multidisciplinar.
Y por cierto, hay algo en la película que modificaría en parte la presente crítica, pero eso sería contar demasiado. Es algo que me hizo agarrarme a la butaca y decir por lo “bajini”, “no puede ser verdad!!!, madremíadelamorhermoso (todojunto)”…averígüenlo ustedes mismos y piensen en lo que podría llegar a ser, de ser cierto. Punto en boca.

 

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