RESEÑA: EL EFECTO DOMINÓ – CARMEN MANZANERA – EDITORIAL CALIGRAMA, 2021.

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TÍTULO: EL EFECTO DOMINÓ.

AUTORA: CARMEN MANZANERA.

WEB –  FACEBOOK

EDITORIAL: EDITORIAL CALIGRAMA  – WEB

PÁGINAS: 288.

¿DÓNDE COMPRARLO?:  AQUÍ

 
 

 – SINOPSIS –

Lucía Scoop o Lucía Primicia o, por qué no, Lucía Escupe, es una periodista precaria apasionada de los blogs que consigue un trabajo de redactora en una ciudad mediterránea. De Madrid directa al mar profundo. Una muchachita de provincias, pero al revés. Una Jane Eyre actual, una outsider con mucho que decir. Una obrera del periodismo que luchará por hacerse un hueco en la profesión. Unos hechos sorprendentes la llevarán a otros y viajará a Suiza a deshacer un entuerto amoroso, correrá detrás de Uma Thurman, se hará experta en los entresijos del poder e investigará un importante caso de corrupción urbanística. El efecto dominó trata sobre la amistad solidaria entre mujeres, sin recovecos, sobre un enriquecimiento mutuo de cerebros, corazones y sensibilidades a través de su común amor por la cultura. Es la historia de una chica aguerrida, con un grupo de amigos adorables, que no quería, pero entiende por fin cuál es realmente su verdadera vocación.

– AUTORA –

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Carmen Manzanera es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, siendo una de las pocas periodistas españolas que ha conseguido entrevistar al pintor Antoni Tàpies. Tras finalizar sus estudios, vivió un año en Nueva York. Vivir en la capital del mundo abrió su mente, aprendiendo a verlo todo desde otra perspectiva diferente, más universal. Carmen ejerció como periodista en ABC y Diario 16, entre otros medios, bregándose también en agencias de publicidad. Más tarde, trabajó como profesora de Imagen y Sonido en un instituto de Formación Profesional. Desde hace unos años, vive con su hija y su gata en el campo, y las tres disfrutan de unas maravillosas vistas a la huerta. Le encanta cocinar y no puede evitar el ansia por acumular libros y revistas de gastronomía. Sin perder de vista el explorar el precioso entorno que la rodea, en la actualidad escribe su segundo libro.

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El efecto dominó gustará a todos aquellos lectores que vibran con narraciones cotidianas sin grandes ínfulas, giros artificiales ni forzamientos innecesarios. Será del interés de aquellos que estén próximos al periodismo o a la comunicación en cualquiera de sus vertientes. La presente obra presenta los retos del día a día sin necesidad de que los mismos sean grandilocuentes. Trata del complicado proceso de caminar hacia un lugar desconocido, pero con el amparo y el reflejo de los personajes con los que se topa la protagonista. Una novela que será del interés de lectores de las historias mínimas con componentes realistas, asimilables y empáticos.

– NO GUSTARÁ arrow-145782__340.png 

A aquellos lectores que se sustentan en la importancia del final y toman el desarrollo de la obra como un medio con el que llegar al gran colofón. En El efecto dominó el camino es igual o más importante que su fin. Por lo tanto, para aquellos que buscan un tono de suspense muy marcado con el que acompañar a los personajes puede que esta no sea su lectura predilecta. Tampoco lo será para aquellos que disfrutan de una primera persona narrativa con una fuerza reflexiva e introspectiva arrolladora. En esta obra el tono es el de la naturalidad y el del cambio de pareceres y no tanto el del barroquismo filosófico. A los lectores que no les seduzcan las vivencias cotidianas de una creadora de contenidos, de opinión e informadora no sacarán todo el potencial a la presente obra.

– LA FRASE vintage-1751222__340.png

«Menudo disgusto tengo. Aquí estoy en la redacción, sentada frente a mi ordenador, buscando información sobre las monas de pascua en internet porque Jorge me ha mandado realizar un gran reportaje central, a dos páginas y a todo color, sobre estas insignes creaciones panaderas. Órdenes imperiosas del señor director, así que a callar todo el mundo. Pero ¿cómo voy a escribir dos páginas tamaño sábana sobre las monas de pascua? Este es uno de los momentos que más odio del periodismo: cuando por fuerza tienes que entrar en el terreno de la imaginación, y sin que se note mucho, porque no tienes hechos y datos a los que agarrarte…».

– RESEÑAletter-576242__340.png

Hoy traemos para reseñar: El efecto dominó, de la periodista Carmen Manzanera. Una novela acerca del sinuoso camino que todo joven profesional debe recorrer antes o después para encontrar su sitio (aunque este no sea finalmente la idealización del que tenía en mente). Serán los azares de la vida, la suma de las decisiones acertadas y erradas y el poso que dejan las compañías de toda condición lo que hagan madurar el carácter de Lucía, la inquieta protagonista.
AUTOAYUDA-660x371Comentar que la presente obra está enclavada por la propia editorial en el género: autoayuda y desarrollo personal. Respecto a este concepto literario, relativamente moderno, tenemos opiniones encontradas. Se acostumbra a tratar este concepto relegándolo a un tipo de literatura, predominantemente de no ficción, de autores tan variopintos y heterogéneos como: Paulo Coelho, Deepak Chopra, Wayne Dyler, Daniel Goleman, Jorge Bucay, Spencer Johnson, Stephen R. Covey, Richard Bach, Ramiro Calle, Daniel Kahneman, Thomas Anthony Harris… Tan diferentes entre sí, pero todos categorizados en el mismo género. Y es que en este lugar se encuentran desde filósofos, neurólogos y psiquiatras de carrera, pasando por narradores amantes de las fábulas con moraleja, hasta algún que otro pseudo gurú que se gana la vida con mensajes que sabe que le son económicamente jugosos. Ante tal plantel el lector tiene que ser capaz de separar el grano de la paja y quedarse con el mensaje y la narración que mejor se le adapte. Si cogemos este término literario y nos lo llevamos a un plano más amplio nos encontramos que de «autoayuda», «autoconocimiento» o «autoexploración» están los clásicos cuentos de Esopo, Calleja, Andersen, Perrault o los hermanos Grimm. Ya solo con las fábulas de todos ellos tenemos un bagaje de conocimiento metafórico vital muy importante, tanto para el niño como para el adulto. Y así podríamos llegar a las enseñanzas de Charles Dickens, Virginia Wolf, las hermanas Bronte, Mary Shelley, Pérez Galdós, Honoré de Balzac, Pardo Bazán… y un largo etcétera. ¿No hay acaso autoayuda en la literatura en general? Interesante debate que podría suscitar este concepto, pero sigamos.
Para centrar el tiro diremos que el lector aquí encontrará una novela de ficción sin vestigios de una articulación dogmática, aleccionadora, doctrinal o docente acerca del fenómeno de la «autoayuda». La presente obra es una narración de ficción que se circunscribe a la clásica estructura del camino del héroe (heroína en este caso) en un espacio y tiempo contemporáneo y en una profesión muy actual: el periodismo y, por extensión, la relación del individuo con los medios informativos y el contenido volcado en el universo de las redes sociales. La protagonista de esta carrera de fondo se encuentra en un mundo que ha cambiado significativamente. La información se ha multiplicado y ramificado a un ritmo demasiado difícil de perseguir. Lejos están los diarios en papel matutinos y la edición de la tarde, en múltiples ocasiones solo reservada para noticias de gran impacto social. La radio ha quedado como una música de fondo de bares sin suscripción a canales de pago, para el sector del taxi o báculo para el adormilado trabajador esclavizado dentro de su pequeño espacio de intimidad en el atasco de cada mañana.
Ahora son las redes sociales y los blogs especializados los que cortan el bacalao con sus reglas novedosas y todavía pendientes de desarrollo hacia su consolidación en el siglo XXI como principal fuente de información. La noticia nace y muere dentro un espacio muy corto de tiempo, eso si no nace muerta, sepultada en actualizaciones, revisiones o matizaciones. No hay casi tiempo para las largas crónicas y los artículos de fondo. Las editoriales periodísticas menguan o son exquisitamente anodinas para no ofender o salirse de la línea que les da de comer vía subvenciones o vía patrocinadores. Mientras las paparruchas (fake news) o los cebos para hacer clic (clickbait) se expanden como un virus de difícil erradicación. Con este panorama existen profesionales que todavía creen en el arte de informar con veracidad y honestidad sobre el mundo que les rodea y que, ante este horizonte desolador, deben elegir entre flaquear y abandonar el barco o luchar contra Goliath.
margot-kidder-lois-lane-2No se nos ocurre mejor ejemplo sobre la personalidad de la protagonista de El efecto dominó que el de Lois Lane, la intrépida periodista del Daily Planet.  Desde su primera aparición en Action Comics #1 (junio 1938) se le ha dado a este personaje mil y una vueltas. Tiene unos rasgos que comparte con el personaje protagonista de Carmen Manzanera que han perdurado a lo largo de todos estos años: la búsqueda infatigable de la verdad, la independencia sobre interferencias externas, el espíritu insobornable y el excesivo arrojo en contra de la lógica de mantener indemne su integridad física. Es más, en la serie televisiva Superman & Lois de la plataforma HBO se puede trazar un cierto paralelismo con El efecto dominó cuando Lois se traslada de la gran urbe de Metrópolis a Smallville (el pueblo donde se crio Superman). Allí retomará su labor periodística en un pequeño periódico local. Lo primero que hará será meterse en líos cuando inicia la investigación de una trama de corrupción política. El paralelismo con la presente obra es claro. 
El efecto dominó utiliza una primera persona que apuesta por la inmersión para seguir las aventuras y desventuras de la protagonista. En su nuevo destino encontrará una compañera que vale para un roto y para un descosido y que le servirá de Cicerone de su nuevo hogar el cual vive a otra velocidad, en costumbres, forma de vida y características de sus vecinos. Ambas sustentarán la trama principal a la que se irán sumando personajes secundarios (con un plantel eminentemente femenino). Estos irán marcando el camino de la protagonista con los quebraderos de cabeza a los que se irá enfrentando. Respecto al tipo de primera persona elegida por la autora este se desarrolla de una forma muy digerible dando un espacio primordial al ámbito conversacional por encima de la introspección reflexiva y profunda. Así se consigue, no solo hacer respirar al conjunto de la narración, sino agilizarla para permitir conocer mucho mejor los intereses, necesidades, ideales y metas de la protagonista. Habrá tiempo también para reivindicaciones laborales, económicas y en el plano de igualdad, además de para el uso de la ironía y el humor con ciertos momentos salpimentados de fino esperpento.
Uno de los puntos fuertes de la obra es la forma de narrar las peripecias del día a día por Lucía, la protagonista. Se habla de relaciones, pero no es Sexo en Nueva York, se habla y mucho de periodismo, pero no es Lou Grant. Todo se desarrolla con la naturalidad de unos hechos que no se fuerzan para encontrar el suspense artificial con el que amarrar al lector. Las vivencias personales con las laborales se van intercalando. Vamos conociendo los distintos puntos de vista de los personajes y cómo han encarado sus profesiones, desde la vocación firme a la frustración de la rutina, desde las artes culinarias a las docentes. Surgen las reflexiones, los intercambios de pareceres y opiniones. En estos momentos el lector entrará en el juego y se posicionará con la suerte de cada una de ellas y las comparará con su propia vida. Son momentos de suspensión de la incredulidad, término que aparece en todos los manuales de narrativa y que indexa uno de los capítulos. 
8MEn el trajinar del día a día observaremos cómo la protagonista va creciendo y formando su tabla de salvación junto a los actores secundarios que le valen de sustento sentimental y de apoyo formativo. Lucía pone todo su empeño en seguir aportando soluciones innovadoras y de calidad en todos los proyectos que le van surgiendo. Aunque muchos de ellos parecen no tener el nivel de las capacidades que ella atesora no por ello deja de intentar hacer un excelente trabajo. Que este afán de superación se vea o no recompensado es algo que tendrá que averiguar el lector. También podrán observar cómo a lo largo de la obra hay gusto y afición por el cine, la música y la literatura con pequeños y grandes guiños y mucho oficio (incluso para una parte final algo más vertiginosa y peliculera). Cuando lleguen al final de este efecto dominó de causa/efecto podrán poner en contexto los «doce trabajos de Hércules del periodismo» y comprobar en qué medida se han cumplido a lo largo de la historia. ¿Le habrá valido la pena a Lucía meter las narices hasta las últimas consecuencias? Averígüenlo.

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