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51 LIBROS RECOMENDADOS PARA EL ESTADO DE ALARMA
#EstadoDeAlarma Para entender mejor el comportamiento humano ante el confinamiento, el aislamiento, la cuarentena o las pandemias, hemos recomendado 51 lecturas relacionadas con estas temáticas, entre la entrada en vigor del estado de alarma y el 4 de mayo (día del comienzo de la fase 0 del desconfinamiento). #QuédateALeerEnCasa
DENTRO HILO: https://twitter.com/forolibro_com/status/1238667218893918208
LA CALLE DE LA MONTERA – GONZALO ARJONA – ESSTUDIO EDICIONES, 2018
TÍTULO: LA CALLE DE LA MONTERA.
AUTOR: GONZALO ARJONA – TWITTER – FACEBOOK – INSTAGRAM
EDITORIAL: ESSTUDIO EDICIONES – WEB
PÁGINAS: 350
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ
– SINOPSIS –
Dice la leyenda que allá por los años antiguos en los que reinaba Felipe III, en una calle de Madrid vivió una charra, viuda joven y muy bella que tenía distraídos los corazones de cuantos se acercaban a su calle para verla. Dicen, que los hombres se apostaban bajo su balcón cuando salía a regar las flores, para mirarla. Y que estos hombres se disputaban las hojas secas que caían a la calle, con tal fiereza, que hubo muertos a su puerta. Dicen, que grandes del reino hicieron que se marchara y dicen, que al marcharse maldijo aquella calle diciendo que siempre a esa calle irían los hombres a buscar a las mujeres bellas. Pero es una leyenda. Esta es la historia de Isabel, viuda que se marchó de Salamanca huyendo de su belleza y en Madrid su hermosura fue su cárcel; es la historia de Blas, un viejo pícaro y borrachín que vende cuentos por los mesones; de Rodrigo, hijo bastardo de un hombre tan poderoso como el rey al que manejaba. También es la historia de una carta perdida y de una traición. En la villa y corte de Madrid, ‹‹Donde todo se compra y todo se vende, desde el amor hasta la muerte››. También es la historia de una calle, a la que el pueblo de Madrid le puso por nombre ‹‹calle de La Montera››.
– AUTOR –
Nací un día de mayo del año cuando mediaba el siglo pasado, en Tetuán, en Marruecos, de los amores de una algecireña morena y guapa y un jimenato alto y rubio que estuvieron repartiéndose amor desde el día que se conocieron. A los ocho años me traen a Madrid y aquí viví, crecí, estudié, trabajé y me enamoré; también me desenamoré y me volví a enamorar. De formación técnica, lector incansable y furibundo, comienzo a escribir muy joven, de aquella época no queda nada, eran cosas escritas en los cuadernos, en papeles, donde pillaba, casi todo frases, principios de historia que luego no seguía, o seguía en otro cuaderno que después perdía. Siempre en mi desorden. Es ya de mayor, cuando la vida me serena y me sujeta a la silla que decido escribir más en serio y comienzo con relatos y cuentos que comparto con grupos de escritura, eran los años 2005, 06 y 07; en 2008 publico un libro de cuentos llamado “Cuentos de medianoche”. A pesar de que el trabajo era muy absorbente, siempre saco tiempo para escribir, son las noches y las madrugadas robadas al sueño y los fines de semana los que aprovecho para escribir, siempre relatos y cuentos cortos. Después vino la etapa del trabajo en Argelia y se detiene la creación, intento escribir pero se me niegan las musas, deberían estar asustadas por el ambiente raro y claustrofóbico de aquel país difícil.
A mi regreso a España, después de seis años, retomo la escritura con fuerza, publico mi primera novela en Amazon KDP, en formato papel y digital “Cielos de Carbón”, una trepidante novela de misterio en París, con terrorismo internacional incluido. Publico por el mismo medio un mes más tarde “Siete bestias y una nube” una recopilación de relatos cortos. Mantengo activo un blog que se llama Reflejos, donde escribo periódicamente cualquier cosa que se me ocurra. Y ahora acabo de publicar mi nueva novela “La calle de la Montera”, cuyo comienzo se remonta allá por el año 2006, donde empiezo a documentarme y voy escribiendo los primeros encuadres, eligiendo lenguaje, y forma de presentar la novela. Este proyecto queda detenido durante los años argelinos y retomado de nuevo en junio de 2017, y con todo lo que tenía documentado y escrito logro terminarla el 29 de diciembre de 2017, después de muchas horas de silla y sacrificio. Hoy está editada gracias a Fussion Editorial.
La calle de La Montera es una novela costumbrista, al más puro estilo “galdosiano”… ese fue el motivo que alegaron al rechazarla en una de las editoriales a las que envié el manuscrito. Narra la historia de Isabel de las Cuevas, una mujer valiente, viuda de un teniente de los Monteros de Cámara del Rey, bellísima y muy joven, que vino a instalarse en Madrid, huyendo de la prisión en la que se había convertido su pueblo tras el fallecimiento de su marido. Es tan bella que los hombres llamados por su belleza ocupan su calle para verla y como consecuencia, las prostitutas detrás de ellos, lo que convierte aquella calle en coso de disputas y peleas y hasta de muertes. Tiene a bien la fortuna poner en manos de Isabel una carta que es vital para los planes de los enemigos del Duque de Lerma, valido del rey, que intentan derrocarle y llevarle ante la justicia por malversación, corrupción y apropiación indebida de bienes de la corona. Este hecho pone su vida en peligro.
La historia está narrada en su mayor parte por Blas, un viejo y pícaro mendigo, a un señor castellano que acompaña a sus sobrinos a Alcalá para que estudien en la universidad. Don Álvaro, el noble castellano tiene que velar toda la noche para que Blas, entre frasca y frasca de vino le relate la historia de su vida en la casa del duque de Lerma, al que sirvió y de lo que su cedió en aquella calle para que el pueblo de Madrid acabara llamándola La calle de la Montera. Blas es un pozo de sabiduría popular y lo va demostrando a lo largo de todo su relato con citas, refranes y dichos. Se educó en casa noble, pero es consciente de cuál es el sitio donde le ha tocado vivir, Tiene un alto sentido del deber y de la fidelidad hacia sus señores y no duda en poner su vida en peligro si con ello ha de salvar la de su señor. Cada personaje de esta novela tiene su porqué, nadie se queda fuera de la trama y todos son necesarios para dar cobertura a la historia, y puedo decir que me he sentido muy cómodo con ellos y son ellos y no otros los que me han guiado por los intrincados caminos de este Madrid de capa y espada, de bolsa y coleto, de envidias y amores, para encontrar la salida y poder poner fin a esta historia.
– GUSTARÁ
A los aficionados a la novela histórica en cualquiera de sus vertientes. A quienes aprecian las situaciones de acción y de intriga con final previsible por la parte histórica pero incierto por la parte ficticia. Satisfará a los que disfrutan reconociendo lugares, marcos y paisajes que permanecen, aunque sea, estratificados por Chronos y cubiertos con su pátina menos etérea y más rotunda.
– NO GUSTARÁ
A quienes prefieren una clara delimitación racionalista entre hechos y literatura. A los puristas del Siglo de Oro en todas sus facetas y manifestaciones, especialmente en las formas literarias, incluido el uso arcaico del lenguaje.
– LA FRASE 
“—Se nos fue la noche Maese Blas, y la historia sin su final.
—Aún queda tiempo. El fin de la historia se acerca, y cuanto más cerca está más se aviva mi memoria y más se me revuelven las entrañas recordándola. Lo que pasó nos cambió la vida a todos; a unos se la mejoró, a otros nos la destrozó. Por eso es tan duro el recuerdo.”
– RESEÑA
Con esta entretenida novela histórica, Gonzalo Arjona rinde memoria a toda una época, turbulenta como tantas otras en España, y bastante desconocida para muchos estudiantes de la E.S.O. que saltan con desidiosa alegría de Felipe II “el Prudente” a Fernándo VII, «el Deseado» o «el Rey Felón», a elegir. Este último, según la canción infantil, usaba paletón, que a saber qué relación guardaba este monarca con los diente de una llave, pero esa es otra historia. El caso es que Felipe III (“El piadoso”) y Felipe IV (“El grande”) también son Historia, con mayúsculas, y reinaron en el periodo Barroco del Siglo de Oro que consagró, entre otros géneros, la muy española Novela Picaresca. El autor sitúa en la onda de Felipe III a los personajes más relevantes que darán aliento a su novela y nos harán rememorar ocasionalmente las andanzas del Licenciado Vidriera, del Lazarillo de Tomes, del Pícaro Hablador o de Monipodio y su patio, entre otros muchos.
De los varios posibles orígenes del nombre de la actual Calle de la Montera de Madrid, Gonzalo Arjona, con acierto a nuestro parecer, se ha inclinado por el más romántico y vistoso para titular y soportar su novela. Seguramente, desde ese punto geográfico, se atisbaban en su día montes de forma singular (casi todos los montes tienen parecido a lo que al “avistador” le es grato o familiar), o puede ser cierto que un rey, en apresurada galopada, perdiera en esa calle su prenda de cabeza. Incluso si por esa ruta iniciaban los monteros su aventura cinegética, o quedó indubitadamente documentado que allí habitó un notable apellidado “Lamontera”, nada es literariamente más atractivo y digno para nombrar a una calle que el recuerdo de una mujer bella y rompedora. Nos adentramos con facilidad en el relato y vemos que el autor sabe, en todo momento, guardar ese difícil equilibrio entre la adecuación idiomática con términos y giros propios del castellano del siglo XVII, que mantienen sumergido al lector en la atmósfera apropiada, pero en la justa medida para no hacerle precisar un diccionario “ad hoc” ni distraerle de la historia que le es narrada. La descripción de ambientes, escenarios, modas y costumbres, sigue la misma tónica y propicia una “bilocación” sin traumas intelectuales ni esfuerzos innecesarios. Se agradece la amenidad, sazonada con la porción de rigor histórico que corresponde. El conjunto da credibilidad a los personajes y a la trama.
En una larga noche, digna de la mejor y más locuaz Sherezade, debidamente regada con mistela, Blas desgrana la historia de su vida para los atentos oídos de don Álvaro. Todo un periplo vivencial que convierte al pícaro y truhán Blasillo adolescente, en sirviente fiel, amante proclive a variopintos tálamos, oportunista “desfacedor de entuertos” y, sobre todo, tutor comprometido y preceptor por solemne encargo. Tal es el atractivo de su narración que, en la consideración de su atento oyente y de sus sobrinos, pasa de ser un vulgar mendigo a ser tratado como maese Blas e, incluso, como Don Blas. Nada hace mella en el ánimo del atento escuchador, ni las horas de vigilia ni los denuestos y epítetos que el dueño del Mesón de la Herradura prodiga al malhadado cojo, si bien es cierto que las respuestas de este están a la altura y ponen de manifiesto la cómica relación de amor-odio entre ambos carcamales personajes.
Doña Isabel, La Montera, requiere el foco central de la novela, y lo merece, pero no resta un ardite al valor y la fuerza del resto de personajes de todo pelaje y pedigrí, históricos o ficticios, que le acompañan en la obra. Desde el Duque de Lerma que «para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España, se vistió de colorado», al bravo conductor y antiguo soldado Dimas, al inefable Blas, la jacarandosa a la par que prudente y sentimental Margarita, al intrigante Don Gaspar Guzmán de Pimentel, al despreciable sicario “Tuerto” y a todos los demás que, no citados aquí, se asoman a la narración participando con intensidad, desde sus distintos papeles y posiciones sociales.
La entretenida trama deja espacio al lector, que pueda estar interesado en seguir las huellas de los personajes por múltiples escenarios geográficos reconocibles hoy en día, si se toma la molestia de contrastar, por ejemplo, el Plano de Madrid de Pedro Teixeira con el de Google Maps, “mutatis mutandis”. Si busca la ubicación asignada por el autor a la residencia madrileña de Doña Isabel se encontrará (siempre que no cambie el negocio) con una franquicia que ofrece actualmente “pinchos” o “montaditos” a propios y extraños. Y si alguno de los personajes saliese hoy en día por la discreta calle lateral no encontraría los jardines que allí estuvieron, pero podrá comprar “tickets” para un recorrido turístico por la capital o para visitar la Consejería de Asuntos Sociales. Una vez se ha disfrutado de los lances, aventuras, intrigas, amoríos, retratos históricos y costumbristas que nos propone Gonzalo Arjona no dejamos de percibir el triste destino y magra recompensa que podía recibirse por un criado y hombre de confianza, tras años de abnegado servicio, en una época carente de “estado del bienestar”. Un abrazo, un elogio y poco más. La supervivencia habría que fiarla a la habilidad para cortar los cordones de la bolsa ajena.
Dicen que nunca segundas partes fueron buenas, pero a más de un lector le gustaría saber de la vida de Rodrigo e Isabel en las Américas o de Don Miguel de Cervera y Doña Ana en su nuevo destino. Tal vez maese Blas aún tenga mucho que ofrecer.
OSCURO AMANECER EN BERLÍN – JOAQUÍN RODRÍGUEZ – CALIGRAMA, 2019
TÍTULO: OSCURO AMANECER EN BERLÍN.
AUTOR: JOAQUÍN RODRÍGUEZ – FACEBOOK – TWITTER – INSTAGRAM
EDITORIAL: CALIGRAMA, 2019. WEB
PÁGINAS: 368.
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– SINOPSIS –
Berlín, 1932. Es año de elecciones al Reichstag y Alemania decide su futuro. Pero eso no parece preocuparle a Kurt Guthmann, veterano de la Gran guerra que ejerce su profesión de abogado en su nuevo despacho de Alexanderplatz en Berlín. Su confesión religiosa como judío no ha supuesto problema alguno para él, hasta ahora. Acude a su oficina pidiendo asesoramiento Arthur Meyer, un joven empleado de una empresa de automoción que ha perdido su trabajo como consecuencia de la crisis económica que padece el país.
1942. Diez años más tarde, Kurt es víctima de la depuración del nazismo e ingresa como interno en el campo de concentración de Sachsenhausen. Allí recibe la visita de un interrogador y experto en contraespionaje perteneciente a los servicios de inteligencia alemanes, que resulta ser su antiguo cliente, el capitán Meyer. Ambos hombres se encuentran ante el desafío de sus vidas en una dura pugna entre la defensa de sus ideales y el instinto de supervivencia en pleno apogeo del Tercer Reich en Europa.
Un trepidante thriller de espionaje con tintes de novela negra, en el que nada es lo que parece y nadie es quien dice ser.
– AUTOR –
Joaquín Rodríguez (Bilbao, 1981) es un abogado laboralista apasionado por la Historia, la novela negra y de espionaje. Cuando no viste la toga, disfruta con la lectura, los viajes y el cine. Oscuro amanecer en Berlín es su primera obra.
– GUSTARÁ
A los amantes del género bélico y de espías. Lealtades, traiciones, honor y lucha por la defensa de los ideales se entretejen en este dramático punto de inflexión de la historia de Europa. La guerra arrebata la ética y la moral a los torturadores pero amplifica la bondad y el sacrificio entre los subyugados. Será del interés de los amantes del thriller, raudo, cinematográfico pero, al mismo tiempo, cargado de una notable recreación descriptiva e histórica.
– NO GUSTARÁ
A aquellos que prefieren novelas con ritmos más lentos, de descripciones barrocas, milimétricas y de exactitud quirúrgica en hechos, fechas y circunstancias reales. Aquellos que no dan pie a licencias narrativas se verán defraudados. Tampoco será del interés de aquellos que no se emocionan cuando hacen zapping y se topan con un documental de la II G.M. en National Geographic.
– LA FRASE 
«Recorrieron un largo pasillo de mármol rojo con amplios ventanales que daban a los jardines de la Cancillería, y que dejaban entrar una gran luminosidad a la enorme estancia. Las botas del oficial restallaban sobre el mármol como los cascos de los caballos al trotar sobre el adoquín y, según iban avanzando, se sucedían butacas y mesas de baja altura dispuestas cada diez metros. Meyer imaginó a todos los gerifaltes del partido y del gobierno sentados en cada uno de los butacones pasando el tiempo mientras esperaban a ser recibidos por el Führer«.
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar Oscuro amanecer en Berlín. Un intrincado thriller de espionaje, lealtades, traiciones, persecuciones y aroma a la pólvora que arrasó Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Nos recuerda a la Casablanca cinematográfica que era un nido de espías de sombrero, traje y gabardina. Allí se daban cita las sonrisas por encima del mantel y las cuchilladas por debajo de la mesa. Estraperlo, falsificaciones documentales, ocultación de fugitivos, sabotajes de toda índole. Cuando el enemigo es muy poderoso solamente queda enfrentarse a él mediante técnicas subversivas y de resistencia clandestina. En Oscuro amanecer en Berlín la capital del Reich, que estaba destinada a durar 1000 años, vive en una relativa calma floreciente en un momento en el que el ejército nazi cuenta con su máxima extensión fruto del Lebensraum, idea original del politólogo Rudolf Kjellén y que fue adoptada por Hitler en su seminal Mein Kampf. Con la práctica totalidad de Europa a sus pies, el norte de África y las colonias en pleno avance, y el ataque de su aliado Japonés a Pearl Harbour a finales de 1941, se presagiaba un futuro muy prometedor para un pueblo alemán que se quitaba el oprobio del maltrato sufrido con el Tratado de Versalles de 1919 que puso fin formalmente a la Primera Guerra Mundial. Con la puntilla muy cerca gracias a la finalmente desechada Operación León Marino para hacer capitular a Londres y con las aún lejanas desastrosas consecuencias de la derrota en el frente Este que frenó en seco las ansias de Hitler de conquistar Moscú con la Operación Barbarroja (lejos quedaba el tratado de no agresión firmado por Viacheslav Mólotov y Joachim von Ribbentrop en 1940 que se mantuvo en vigor hasta 1941), Berlín se ocupaba de sus asuntos de inteligencia interna para detectar judíos, desertores, traidores y alborotadores. En este contexto irrumpe Joaquín Rodríguez para contarnos una historia que destaca por buscar su hueco personal entre las grandes hazañas bélicas con una historia clásica de intriga en el lugar más poderoso del mundo en 1942.
Para llegar hasta aquí mucha culpa tiene, en gran medida, la impronta fílmica de Steven Spielberg en el imaginario colectivo con sus películas Salvar al soldado Ryan y La lista de Shindler. No fueron ni mucho menos las primeras en retratar los horrores de la guerra, pero sí son las que han quedado como referentes. Antes de estas (entre muchas comillas) la sangre de Normandía no era tan roja ni teñía tan inmisericordemente la retina del espectador ni los hornos crematorios de los campos de concentración agarraban tan hondamente las entrañas en su visionado. En Oscuro amanecer en Berlín nos movemos más cerca de El pianista de Polanski en su eterna huida de supervivencia y en las botas de caña alta de la mente del metódico y sherlockiano coronel de las SS, Hans Landa en Malditos Bastardos de Quentin Tarantino. También podemos recordar en este punto la serie televisiva Norte y Sur, ambientada durante la Guerra de Secesión Norteamericana. Allí pudimos ver cómo los dos protagonistas ponen a prueba su amistad y lealtad al ser separados por la contienda bélica. Este juego del deber y del honor contrapuestos casa muy bien con el libro que tenemos ahora entre manos. No reiteraremos lo que puede leerse en la propia sinopsis del libro, pero sí queremos reconocer que la presente novela usa el marco bélico para indagar en los vericuetos más realistas y sentimentales más allá del propio contexto. Oscuro amanecer en Berlín no es tanto una novela histórica como una novela de intriga y espionaje al hilo
de los grandes maestros del género como John LeCarre, Frederick Forsyth o Robert Ludlum. Vamos de lo general a lo particular en un Berlín espléndidamente descrito. Para los legos en la materia que solo conocemos las fotos y vídeos de la cancillería del Reich siendo tomada por los soldados rusos, así como la foto de la entrada al Führerbunker con los bidones de 200 litros de gasolina con los que, supuestamente, el teniente de las SS, Otto Günsche incineró el cadáver del Führer y de Eva Braun es una gran noticia que nos transporten por el resto de la ciudad teutona. En esta novela vamos mucho más allá. La ciudad cobra vida en sus plazas, avenidas, parques, comercios, medios de transporte, residencias y edificios gubernamentales. El día a día de «La capital del mundo» es un personaje más de la obra. Sus detalladas descripciones nos internan por sus callejas y nos hacen partícipes de su latido.
Otro de los elementos que reproduce magníficamente el autor, y que ya es parte de la historia, es la pugna entre los diferentes estratos militares de la Alemania nazi y, en relación a ello, su vinculación con la ideología nacionalsocialista. La Wehrmacht, las temibles SS, la Gestapo, la Luftwaffe, la cúpula política del partido nazi, etc. Cada uno de ellos intentaba fagocitar al resto para hacerse con las mejores parcelas de poder. Los resquemores entre todos iban en aumento según se sucedían algunos focos de insurrección y disidencia, además de los atentados contra Hitler y el Reich (Operación Walkiria, Antropoid, Noche de los cuchillos largos, etc). Queda muy bien reflejado en la presente novela todos estos flujos de poder que se anteponen y se superponen los unos a los otros en una búsqueda constante para alcanzar los favores de los superiores. (Si fuera una película norteamericana el asunto en cuestión sería la discusión entre un sheriff rural y un agente del FBI sobre de las malditas jurisdicciones). Aprovechando la trama principal, el autor nos muestra un capítulo más del ingenio de supervivencia de los prisioneros de los campos de concentración en los que la valía instrumental era la única opción para mantenerse a flote. Muchas de estas tramas están basadas en hechos completamente reales.
Oscuro amanecer en Berlín nos habla de la resistencia, pero no ya solo de la organizada, sino de la personal. Grandes sacrificios de ciudadanos anónimos que aman a su país y a su familia y que se vieron abocados a la lucha. Algunos héroes de toda condición no han pasado a los libros de historia gracias a su anonimato, pero sí sus obras. De otros conocemos pormenorizadamente su historia, como la del coronel Claus von Stauffenberg o la de los siete paracaidistas checos que dieron su vida en la catedral de San Cirilo y San Metodio de Praga tras el atentado contra Reinhard Heydrich. Todos ellos actos de valentía, con mejor o peor suerte, que contribuyeron a minar la moral del nazismo y a entorpecer con actos de sabotaje el imparable avance de su maquinaria bélica. Estamos ante una obra que se aleja de la épica bélica para mostrarnos la cotidianidad del juego del gato y el ratón que se origina durante cualquier conflicto armado. Lejos del frente de batalla siempre se ha desarrollado una lucha más quirúrgica, específica y detallista para lograr, a veces, incluso mejores resultados.
Con un gran conocimiento de la materia tratada y un ritmo frenético, sobre todo en su último tercio, la presente novela sirve al lector para conocer los sacrificios de hombres y mujeres durante una de las páginas más oscuras de la historia de la humanidad.
TOP-10 RESEÑAS POR NÚMERO DE VISITAS EN FOROLIBRO.COM 2018
#TOP10 RESEÑAS POR NÚMERO DE VISITAS EN FOROLIBRO.COM 2018
1 #BajoNuestrosPies #JavierOlmedoVázquez
2 #Mottainai #JavierOlasagarre
3 #LasMujeresImposibles @cayesantana
4 #LaÚltimaNegociación @patberdel
5 #Purgatorio @FJavier09805092
6 #ElBarberoDeTreblinka @santiosakar
7 #HijoDelHierro @jporangetree
8 #LaOpciónWesser @RafaLimonesOn
FOROLIBRO.COM GANADOR CONCURSO DE RESEÑAS
Forolibro.com ganador del concurso de reseñas del libro #MichaelDeberíaMorir de Jackson Bellami, organizado por Editorial Labnar.
RESEÑA: forolibro.com/2019/01/27/michael-merecia-morir-jackson-bellami-ediciones-labnar-2018/
SALIENDO DEL CAOS – MARÍA ELENA MARÍN VÉLEZ – PUNTO ROJO LIBROS, 2018
TÍTULO: SALIENDO DEL CAOS.
AUTORA: MARÍA ELENA MARÍN VÉLEZ – FACEBOOK – TWITTER
EDITORIAL: PUNTO ROJO LIBROS – WEB
PÁGINAS: 111.
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– SINOPSIS –
Salir de la tradición es un lujo que algunos no se permiten. Su miedo de perder su personalidad, y el qué dirán, son sus mayores impedimentos. En, SALIR DEL CAOS, les permitirá por unas horas que puedan disfrutar de esa libertad, donde no existe una necesidad de tener que llevar un orden para poder entender el libro. Aquí no existe un índice él que seguir. Se puede leer o no leer cualquier capítulo. No se desea llegar a ninguna conclusión; serán capítulos de temas diferentes y encontraran ejercicios para ir avanzando en ese empezar a salir del orden. Espero con este libro les pueda aportar horas de relajación y no se haga una pesada obligación. ¡Manos a la obra!
– AUTORA –
Nació en Colombia. Su mayor tiempo lo vivió en El Puerto de Buenaventura. Sus suegros eran españoles; se fueron a vivir a Colombia por la violencia en que estaba España en los años 1950 más o menos. Y ahora su familia y ella están viviendo en España por la violencia que se vive en Colombia.
– GUSTARÁ
A todos aquellos lectores que son receptivos a miradas diferentes, muy particulares, descabaladas en sus formas y contenidos, pero con muchas ganas de gritar al mundo sus convicciones más personales, agitadoras y, en ocasiones, transgresoras.
– NO GUSTARÁ
A los lectores más exigentes y acostumbrados, en este tipo de lecturas, a un respaldo científico y empírico más acentuado en las aseveraciones y discursos de los temas tratados. Tampoco llamará la atención a todos aquellos que no están interesados en las reflexiones vitales que a todos nos asaltan periódicamente.
– LA FRASE 
¿Por qué somos tan cabeza dura? Somos cabezas duras, porque nos gusta tener la razón en todo, ya que esto se supone que nos hace inteligentes. Y eso es lo que creemos, hemos venido a buscar aquí en la tierra, pues los que «no son inteligentes» según nosotros sufren, no pueden entender el conocimiento del vivir.
– RESEÑA
María Elena Marín Vélez nos trae un pequeño volumen personal e intransferible. Reflexiones de orden caótico que tratan de establecer una comunicación entre lo que acostumbramos a ver y a sentir y lo que la autora realmente piensa: el más allá de la careta que todos nos ponemos para ocultar nuestro verdadero ser en el día a día de carreras, prisas y falta de autoconocimiento. La autora hace gala de un estilo directo, sencillo e intencionadamente desordenado. Ella misma nos invita a realizar la lectura desde cualquier página o capítulo, como forma de desanclarse de la rigidez de las formas, reglamentos y protocolos. Su lenguaje y formato es desconcertante, raudo, furioso en ocasiones. Su objetivo es soltar amarras de concepciones políticamente correctas y aceptadas por la mayoría, para observar un punto de vista distinto a lo cordialmente establecido en una sociedad acomodada, conformista, hastiada y narcotizada.
Dentro de los pensamientos de la autora, aunque se presenten muchos de ellos en un revuelto multidisciplinar, existen unos ejes temáticos que quiere remarcar para hacer extensible sus inquietudes cacofónicas al resto de los lectores. Uno de estos espacios es el consabido y clásico en este tipo de lecturas: el «carpe diem, tempus fugit». Evadir de nuestra mente las cicatrices del pasado y los augurios de un futuro esquivo para centrarse en la realidad que nos rodea. Una realidad que fluye en ondas heterodoxas, tangenciales, fugitivas, inabarcables y desmedidas. La autora se consagra al sentido del momento, del sentimiento presente que escapa de nuestro control y que, para unos, deriva en el desconcierto de su existencia, mientras que otros lo aceptan con estoico entendimiento. El control maniático de nuestras vidas es un espejismo que falsea nuestra realidad, donde nos creemos que podemos organizar el cosmos a nuestro antojo, pero olvidamos que las leyes de la casuística y la sincronía fluyen por otros derroteros.
María Elena Marín Vélez nos habla del cambio, del propio y del ajeno. De la importancia del mismo para ir de lo concreto a lo abstracto. De cambiar en lo personal, en lo casero, en la experiencia diaria para, una vez asentado ese recorrido interior, podamos ser dueños de nuestras propias decisiones personales, en un mundo cada vez más globalizado e interconectado. Nos introduce en la responsabilidad, en el miedo, en la naturaleza personal y en la consciencia de uno mismo. El sentido último, el fin escatológico de nuestra existencia, reverenciado en un cosmos complejo e inabarcable. La autora nos habla de aquello que nos limita, que nos da miedo, que nos arrastra hacia el fondo de nuestros malos sentimientos y nos ahoga en un pasado tenebroso y asfixiante. Nos expone su sincera reflexión acerca del perdón y de su ancla, de la capacidad del ser humano de martirizarse y de dejarse llevar por el peso de sus pecados y del gran coste que conlleva el perdón y la expiación para lograr la redención del espíritu. La relación con nuestro yo interior y la necesidad del silencio como herramienta de descubrimiento, de escucha, de abrirse a una nueva canalización sensorial para aprender qué queremos realmente y cuál es el papel que queremos representar en nuestra vida para que no sea representado por otros.
En resumen, la autora nos abre su caja pandórica de herramientas y reflexiones personales para aquellos que surfean el caos de cada día. Nos invita a entrar en su desordenado torrente de ideas y cosmología personal donde desarrolla un núcleo de sentimientos compartidos. Particularidades que le llevan a adentrarse en una temática diversa y fragmentada para bosquejar asuntos en los que todos, en algún momento de nuestra existencia, les hemos hecho hueco en nuestras almas incompletas. Llama al caos por el caos, al desorden por el desorden, a las ráfagas de sinsabores vitales como parte de la partitura que todos tocamos con mayor o menor afinación. María Elena Marín Vélez abre sus páginas hacia lugares donde cada uno será dueño de darles forma, romper estereotipos, claudicar o sanar ante la devastadora batalla que tiene por delante.
CAMINOS DE GUERRA Y PAZ – JOSÉ A. FERNÁNDEZ ASENJO – EDITORIAL MALUMA, 2017.
TÍTULO: CAMINOS DE GUERRA Y PAZ.
AUTOR: JOSÉ A. FERNÁNDEZ ASENJO – FACEBOOK
EDITORIAL: EDITORIAL MALUMA – WEB
PÁGINAS: 209.
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– SINOPSIS –
Ahmed y Hashîm son «hermanos», dos guerreros del Estado Islámico que juntos han combatido durante años a los infieles, al capitalismo y al cristianismo de Occidente. Pero el Estado Islámico agoniza acosado por las potencias occidentales que no cesan en su empeño de destruirle. Ante su inminente fin, los «hermanos» urden, en el más absoluto secreto y junto a relevantes personalidades políticas, la denominada misión, que pretende provocar una guerra a nivel mundial donde Occidente será derrotado. Pero en esa guerra fruto de la misión también morirán millones de personas. Ahmed se arrepiente y traiciona a su amigo. Antes de morir, Ahmed entrega un pequeño objeto a una joven libanesa, Zaira, iniciándose así un tortuoso camino de guerra y paz.
– AUTOR –
José Antonio Fernández nace en Madrid. Durante su infancia y su adolescencia se convertirá en un ávido lector, pero no será hasta convertirse en adulto cuando comience a escribir, principalmente relatos, que se plasmarán en dos libros de recopilación publicados en diferentes plataformas de internet, después llegarán las novelas Una chica rubia y una historia de perros y Los Gegos, para culminar con su reciente novela publicada por Maluma, Caminos de guerra y paz.
– GUSTARÁ
A los amantes de las altas dosis de atropina pinchada directamente en el corazón. A aquellos que disfrutan cuando los libros se tornan en películas y pueden visualizar con agilidad cada escena. Gustará a aquellos que se mueven como pez en el agua entre espías, conspiraciones en la sombra y mucho correteo para evitar grandes catástrofes. Los reclutas ya no parten a luchar en frentes lejanos, si no que ahora les toca defender sus propios barrios.
– NO GUSTARÁ
A los que prefieren vivir en el espíritu de Woodstock del 69 y permanecer ajenos a todo lo que les ocurre a su alrededor. A aquellos que piensan que el hombre es bueno y le quitan la razón al lobo de Hobbes. A los amantes de ritmos más pausados y menos truculentos o, en cambio, a aquellos que prefieren entrar hasta el fondo del asunto como en las narraciones de Frederick Forsyth, en las que si no vas con cuidado te pierdes entre sus mil vericuetos.
– LA FRASE 
«Los murmullos fueron en aumento como si se fuesen acercando mil colmenas de abejas que no paraban de zumbar. La cabecera de la manifestación apareció por la calle y los gritos comenzaron a ahogar los ruidos de la dinámica tarde parisina. Eran cientos de personas, jóvenes, viejos y algunas mujeres, y aunque no paraban de lanzar consignas a favor de Alá y del islam, guardaban cierto orden. Al menos de momento, pensó el agente israelí».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar, Caminos de guerra y paz de José A. Fernández Asenjo. Un thriller contemporáneo de geoestrategia política, terrorismo, espías y planes de dominación mundial. El autor nos embarca en un raudo y frenético espectáculo de buenos, malos y regulares. En multitud de ocasiones, tanto en el plano literario como en el cinematográfico, nos han presentado héroes sin mácula en un lado y terribles villanos en el otro, enfrentados en una vorágine infinita de clichés y espacios comunes. Los «regulares» son, en la realidad, los que más abundan. Buenos los hay, malos también, pero la mayoría, aunque nos pese, transitamos por aguas procelosas y, dependiendo de la hostilidad del medio, arrimamos más o menos el ascua a nuestra sardina. Unos llamados por la codicia, otros por abrazar falsos ideales, otros por pura supervivencia, y otros por ser engañados o manipulados, se irán trastabillando por el camino hasta encontrar su sitio en consonancia con su fin ético experimentado. Las incoherencias e incongruencias del ser humano son consustanciales al aprendizaje y a la madurez. En la presente obra el autor juega con este recurso y con esta tipología de personajes que son los que, finalmente, más enriquecen un texto. Sergio Leone nos presentó al «Feo«, George Lucas a «Luke Skywalker», Tolkien, a Grima «Lengua se serpiente», Orson Scott Card a «Ender«. Todos ellos pugnan entre la luz y la oscuridad, entre la guerra y la paz. Son muchos condicionantes los que harán que la balanza caiga de un lado o del otro.
Caminos de guerra y paz, nos actualiza los cánones en los que hasta ahora nadábamos los lectores con soltura, ya que el agua solamente nos cubría por la cintura. A partir de ahora toca aprender a nadar sin tocar fondo. No nos damos cuenta pero el tiempo pasa y los conflictos bélicos y diplomáticos se actualizan. En el imaginario colectivo tenemos un abanico temporal aproximado que abarca desde la Primera Guerra Mundial hasta la caída del muro de Berlín y el final de la Guerra Fría. Autores, ya clásicos, como Frederick Forsyth, Ken Follett, Graham Greene, Robert Ludlum, Tom Clancy, Robert Harris o Morris West entre otros muchos, nos han desglosado pormenorizadamente todos los resortes de los conflictos armados y políticos de las recientes épocas pasadas. Pero corren nuevos tiempos y se van integrando nuevos conflictos, circunstancias y formas de ver y hacer la guerra. Desde la Primera Guerra del Golfo Pérsico con el punto de inflexión de los atentados contra Las torres gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 hasta nuestros días, mucho ha cambiado. Las injerencias de terceros países en los conflictos armados ya no obedecen a sentimientos puramente políticos o a ideales morales. La Guerra Santa ya finalizó hace siglos. Hoy se persigue el control del comercio, de los bienes y recursos naturales, de la influencia política en organismos internacionales, de los flujos migratorios, etc. Además, en las modernas guerras ya no se excavan trincheras, si no que se posicionan satélites, se hackean servidores informáticos o se bloquea la financiación económica o el poder inversor. En Caminos de guerra y paz, José A. Fernández Asenjo nos enfrenta a un nuevo escenario y terminología. El Daesh, el Estado Islámico, el Isis, los Hermanos Musulmanes, la Primavera Árabe, los campos de refugiados, el eterno conflicto entre judíos y palestinos, la inmigración descontrolada. Todo ello desembocará en un nuevo tipo de conflicto armado en el que los países ya no se declaran la guerra; son los lobos solitarios y las células durmientes las que se mueven impunemente en el terreno del adversario, mientras que los estados occidentales no acaban de saber cómo afrontar esta nueva tipología de asedio organizado desde miles de kilómetros de distancia.
El autor nos hace recorrer desde los áridos desiertos de Asía hasta las bulliciosas calles de las capitales europeas. Nos muestra el contraste de ambos mundos; de la miseria a la opulencia, de la semiesclavitud a la libertad del individuo, de la teocracia a la democracia. De estas diferencias entre el mundo rico y el mundo pobre, del fundamentalismo de los que tienen poco que perder, de los regímenes autoritarios que subyugan derechos, y, en especial, el de las mujeres, del acoso y esquilme de las grandes corporaciones en países pobres y de la interpretación radical del Corán, se cocina el caldo de cultivo perfecto para que resuenen los tambores de las inmolaciones y de los más cruentos actos de terrorismo de fundamentalistas que han sido, desde imberbes, acondicionados y educados para ello. Aquí el autor nos da las razones de todos ellos para entender (que no justificar) los tiempos convulsos en los que nos movemos y el porqué de tanta sinrazón. Caminos de guerra y paz es pólvora inflamable, todo en esta obra recuerda a la acción más desenfrenada de un film de espías, ya sea desde el más circense Ethan Hunt, al más glamuroso James Bond o al más fiel en el terreno, Jack Ryan. El autor recorre medio mundo a golpe de silbos de proyectiles, persecuciones quemando goma y carreras que fundirían el más complejo pulsómetro. Novela ágil, reflexiva, punzante y cruel en ocasiones. Nos alegramos de que poco a poco haya autores que nos vayan introduciendo en la ficción contemporánea actualizando la novela bélica y de espías a unos tiempos complejos, que son muy reales y que conviene comprender, pues nos afectan a todos en un mundo cada vez más global.
En la película Enemigo a las puertas (Jean-Jacques Annaud, 2001), el ejército alemán sitió Stalingrado, y con ello, pusieron en jaque al ejército ruso. Entonces los nazis llegaron a la puerta de la victoria, tocaron con fuerza su aldaba y estuvieron a punto de derribarla yendo de frente y a cara descubierta. Ahora tenemos un enemigo que se nos cuela en casa por la ventana, es casi invisible y ataca donde más duele. Si los malos se actualizan, los buenos deberán hacer lo mismo. «Los regulares», pase el tiempo que pase, siempre jugarán al juego que más beneficios les ofrezca. Y, a veces, como comprobarán en la presente novela, son precisamente estos personajes los que pueden ganar la batalla.
VARADOS EN EL SILENCIO – ROSA BLAS TRAISAC – (EDICIONES ATLANTIS 2017)
TÍTULO: VARADOS EN EL SILENCIO
AUTORA: ROSA BLAS TRAISAC – TWITTER – FACEBOOK – INSTAGRAM
EDITORIAL: EDICIONES ATLANTIS – WEB
PÁGINAS: 300
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ
– SINOPSIS –
Tesa, fotógrafa, independiente, atractiva, rebelde, madre de dos hijas, divorciada, idea un audaz plan para desvelar los sentimientos encerrados en el silencio de los corazones de sus amantes pasados. Necesita escuchar las palabras no dichas, las dificultades no reconocidas para almacenar y confirmar su sabiduría y respirar victoriosa unos instantes que le permitan trasformar esa energía en un vuelo ajeno a cualquier conducta establecida, ser libre.
Ella está segura de que los hombres se topan con techos de cristal que empequeñecen sus respuestas en la aventura de vivir y que las mujeres no tienen espejos donde mirarse para definir su ser. Ciegos, locos, cojos, mudos… todos, ellos y ellas, atrapados en un sinsentido voraz, frustrante que compone una Humanidad absurda y ajada. “Varados en el silencio” combina la historia de seis hombres que se han cruzado con Tesa en diferentes momentos de su vida. Un joven sensible, Daniel, será el cómplice de nuestra protagonista, el hilo conductor, un truco: asumirá la personalidad de otro, un hijo abandonado, para poder entrevistar y desnudar las dificultades de la masculinidad en los hombres que conforman el pasado de Tesa: ira, dolor, emociones estancadas y no enfrentadas. En el fondo, entre ellos, surge el autorretrato privado de nuestra protagonista. Una historia circular, situada en lugares que habitó en su infancia, (Biarritz, Sierra pobre de Madrid, Madrid…), individuos equivalentes que ofrecen un comportamiento aprendido, casi grabado en los genes, y una mujer que se niega a cumplir el papel de personaje secundario que se amolda a una sociedad llena de trampas emocionales que aniquilan la vida, la personalidad, convirtiendo a los vivos en muertos vivientes, ajenos a ellos mismos.
– AUTORA –
Autora del libro Enfocando Misterios. Creadora y editora del Blog Asociación la noche del cazador. Guionista, directora y productora del largometraje Toma 0. Pionera. Y los cortometrajes: La vida en común. Pneuma (Aire). El hombre de al lado. Documental Las Huellas del sur. El velo invisible. Documental Realidades Ajenas. Directora del festival de cine de Leganés.
–GUSTARÁ
A aquellos aficionados a la literatura intimista, cercana, reflexivamente feminista, con tintes urbanos y realistas. Sin filtros, ambages, atajos ni renuencias en la pluma que se emplea en llevar estas ideas al papel. Literatura independiente, desinhibida, valiente, evocadora y con espacios para la transgresión, la reivindicación y la agitación del lector más aperturista.
– NO GUSTARÁ
A aquellos lectores que gustan de protocolos narrativos más generalistas y líneas de ficción más comunes, masivas y del lineal de bestsellers de tiendas de aeropuerto. En la presente obra se abre un abanico de sensaciones y sentimientos bastante alejados de los tópicos de ventas de las editoriales mayoritarias. Gustará también a lectores introspectivos que echan la mirada hacia atrás intentando desgranar las luchas del pasado para investigar el cómo han llegado hasta el presente.
– LA FRASE 
«Cuando cuelgas las botas aparece la realidad y se borran las ventajas. Tienes que buscarte trabajo, las aficionadas, modelos, te ven como un tipo carente de interés. En ese momento los errores se hacen grandes y casi permanentes, y la ineptitud y a cobardía para afrontar la existencia se visibiliza como un gigantesco molino de viento que lograba perturbar todas tus ilusiones. Entonces, el único refugio que le quedó fue mirar a la familia y regresar al mar. En la última foto, estaba solo, en un plano medio de un hipotético despacho de la tienda de barcos donde trabajaba, viejo, triste, irreconocible, gastado; daba la impresión de que podía echarse a llorar en cualquier momento».
– RESEÑA
Ya desde el diseño de la portada podemos observar a una mujer singular mientras nos mira desde la atalaya de una cámara de ficción, sin filtros, sin retoques y sin pretensiones. Ahí subyace el gesto tan característico del director de cine que con su mano cual catalejo creativo encierra todo su mundo en un pequeño punto de vista. Eliminando así lo superfluo y ciñéndose a lo verdaderamente importante. Ese preciso punto de vista personal e intransferible es el que nos trae Rosa Blas Traisac. La autora, intentará despojar lo superfluo de su catálogo de sentimientos para aterrizar, aun con turbulencias, en una pista diáfana en la que presentar sus credenciales al entendimiento de las situaciones peregrinas por las que ha atravesado. Tras ello buscará hilvanar todas las piezas para entender qué ha ocurrido en la dispersa diáspora de sentimientos por la que han atravesado sus recientes canas.
La amplia y completa sinopsis del libro nos evitará aquí hacer algo que preferimos que sea el lector el que lo realice: bucear en el argumento del libro. Eso lo dejaremos para otros. Aquí destriparemos lo menos posible, siempre intentando sugerir antes que descubrir. Varados en el silencio toca muchos palos y muchas sensibilidades. Habla de silencios enterrados y exhumados tras una vida de batallas; unas a muerte, otras a primera sangre y, las más, de fogueo. Tenemos a una mujer de vasta experiencia vital pero con poco tiempo para pararse en el camino de su sino a enhebrar el argumento de su existencia entre su absorbente trajín laboral y familiar. Con su divorcio y su dilatada lista de hombres a sus espaldas ha llegado al punto de no retorno, aquel en el que la espita de la vida no deja de soltar vapores de ausentes libertades no disfrutadas y que amenaza con reventar el continente de su paciencia y de su estabilidad mental. Será entonces cuando Tesa, la protagonista, se agarre a un clavo saliente y ardiente. Con la figura de un compinche en este vehículo de ficción se conjurará para, metaliterariamente, contarnos un relato que capea por sus temporales interiores y que se adentra por sendas que ni la propia protagonista podría haber pensado nunca que era posible transitar. Aunque con ello se le queden jirones de piel por el camino.
Tesa y Rosa, Rosa y Tesa reivindican los lugares de sus personajes femeninos, de su historia, de sus logros, de su progreso, de su futuro y de su libertad. Intentan desentrañar los porqués de este juego de espejos en el que se mueven. Un caldo primigenio que han tenido que compartir con la compañía masculina que las ha intentado malear a su imagen y a sus normas. La autora a través de este diálogo interior de los personajes protagonistas intentará desnudar su alma, bañarse en aguas frías y rejuvenecedoras para, a continuación, poder vestirse con nuevos ropajes, hechos a medida de los nuevos retos y necesidades que se le pondrán por delante. Pero antes de ello tendrá que expiar sus pecados veniales del daño que ha ocasionado y del que ha sido objeto, en una rueda cíclica de falsas sonrisas y crueles desencuentros con sus anteriores parejas y, por extensión, con un yo, del que no está especialmente orgullosa según en qué ocasiones.
Tenemos dos narradores principales. La protagonista se valdrá del segundo de ellos para, en su personal travesía por el desierto, intentar averiguar quién es realmente ella misma. Tesa, llega a la conclusión de que es imposible formarse una opinión verdadera de sí misma si no es a través de aquellos con los que más firmemente se ha cruzado y con los que ha compartido confesiones de alcoba de toda índole. Será mediante otros ojos como la protagonista intenta forjar un nuevo Ave Fénix de las cenizas de una vida vivida demasiado rápidamente. De estas averiguaciones entre ambas voces nos llegan las interesantes reflexiones acerca de la figura femenina y masculina en atávicos enfrentamientos, sinrazones y desencuentros. Muchos recelos que originan un hastío, un aislamiento y una separación que, por lógica, solamente remite al dolor y al sufrimiento de ambos géneros, en un juego de vencedores y vencidos cíclico y sin armisticio posible.
Varados en el silencio es una obra directa, de lenguaje coloquial (poético en ocasiones), en la que el diálogo es la parte más acusada e interesante de la obra. La autora no se anda con circunloquios ni con amplios espacios para la ambientación y la secuenciación de descripciones interminables. La presente obra es claramente visual, clara y concisa. Apta para todos los públicos, pero mucho más interesante para aquellos que alguna vez se han preguntado por qué tienen el corazón cosido a puñaladas.
VARADOS EN EL SILENCIO – ROSA BLAS TRAISAC – (EDICIONES ATLANTIS 2017)
VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TU ROSTRO – JOSÉ LUIS TOMÁS PORTA (AZUR GRUPO EDITORIAL 2018)
TÍTULO: VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TU ROSTRO
AUTOR: JOSÉ LUIS TOMÁS PORTA – TWITTER – FACEBOOK
EDITORIAL: AZUR GRUPO EDITORIAL – WEB
PÁGINAS: 404
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ
– SINOPSIS –
“Solo se ama de verdad lo que se puede perder, aquello que te puede destruir”. ¿Por qué murió la pintora Sara Romero Vázquez? ¿Por qué vivió? El periodista de sucesos Gonzalo Quesada tiene como afición elegir muertos desconocidos e investigar su vida para reescribirla tal y como ellos hubieran querido que fuera.
Al intentar reconstruir la vida de la pintora, fallecida en extrañas circunstancias, Gonzalo se involucra en la búsqueda de un cuadro que esconde las claves de un mundo de corrupción en el que se entrecruzan los intereses de distintas personas que convivieron con la pintora en el turbio ambiente que marcó su existencia.
Ayudado por su amigo, el subinspector Ramos, el periodista intentará desentrañar una compleja red de blanqueo de capitales y especulación urbanística, dirigida por el prestigioso empresario y mecenas holandés Ruus van Loos.
También hay una voz, y una ciudad donde todo confluye: Praga. Una historia sin concesiones, donde el lector no podrá estar seguro de si lo que piensa se lo está susurrando alguien.
ENTREVISTA: http://cadenaser.com/emisora/2018/10/10/radio_valencia/1539175553_283791.html
– AUTOR –
José Luis Tomás Porta nació en la ciudad mediterránea de Valencia y allí se licenció en las carreras de Historia del Arte y Humanidades.
Ha colaborado en diferentes proyectos literarios, entre ellos el grupo de literatura pulp La Fábrica de Basura y en la revista, de igual temática, Delirio. Editó la revista electrónica de literatura Desletras y el periódico digital El Imposible. Ha publicado los libros de relatos Cuentos para Sara y otras princesas y Entrepuertas y escaleras, además del poemario Poemas para la mujer de negro.
Es autor y editor del blog literario Mi nombre sin nombre, donde publica relatos relacionados con el universo de los personajes de esta novela y diferentes anotaciones sobre su elaboración.
Y, entretanto, escribe.
http://www.joseluistomasporescrito.com – contacto@joseluistomasporescrito.com
–GUSTARÁ
A aquellos lectores que siempre les gusta pasear por sendas alternativas al Trending topic de moda pasajera. Amantes del thriller pero con tiempo para degustar un caldo que debe dejarse reducir para sacar todo su sabor. También deleitará a los que que gastan sensibilidad por el arte y la pintura. Todo lector que ame una narración bien armada arquitectónicamente hallará en esta obra secuencias y piezas delicadamente elaboradas que llenan todo el marco de la lectura.
– NO GUSTARÁ
A aquellos lectores que se inclinan más por la agilidad, los diálogos cortoplacistas, las carreras asfixiantes y los tiroteos nocturnos en guiones manidos y adolescentes. La presente obra hay que sudarla en ocasiones y seguir la mecha de pólvora que ha espolvoreado el autor para disfrutar mucho más de la traca final. Juego de espejos hay, triquiñuelas narrativas también, pero todo ello siempre de la mano de la cordura y la mesura literaria.
– LA FRASE 
«El azul era ella y sabía a nata, era lo único que podía pensar, porque todas las realidades; ¿realidades?; se le superponían como si fueran una tarta de cumpleaños de nata manchándole la mente hasta cubrirlo todo de blanco como una pared donde se pudiera escribir la realidad. La realidad que buscaban era la única que querían encontrar. Y de repente estaban los dos paseando por Praga, cogidos de la mano, él y ella, pero él también era el otro que a distancia los seguía y de pronto se asustaba porque se daba cuenta, en el sueño de que todo sucedía a medida que lo iba pensando».
– RESEÑA
Comencemos con un poema del italiano Cesare Pavese, escrito en un desengaño amoroso tras romper con la actriz estadounidense Constance Dowling. Al poco tiempo su autor se suicidó. Dicho poema se publicó de manera póstuma en 1951. Los paralelismos y simbología con la obra Vendrá la muerte y tendrá tu rostro que aquí traemos de José Luis Tomás Porta son bastante apreciables. La muerte puede llegar en cualquier momento y bajo el amparo de cualquier forma o circunstancia. En la presente novela llegará, pero con un velo de misterio equívoco y trascendente. Ya que todo no es lo que parece. Del alma atormentada de un hombre al corazón rutilante de una pintora misteriosa.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola,
un grido taciuto, un silenzio.
Cosí li vedi ogni mattina
quando su te sola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla.
Per tutti la morte ha uno sguardo.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
come ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo nel gorgo muti.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, amada esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.
Vendrá la muerte y tendrá tu rostro habla de muchas cosas. Todas ellas en el traje de un thriller negro o policíaco, pero con un cuidado envoltorio que se aleja claramente de ritmos alocados y tópicos del género más cinematográficos. Sin obviar piezas y engranajes clásicos de una temática literaria conocida por todos y cultivada por grandes
del género, estadounidenses y, últimamente, nórdicos como máximos representantes . En la presente novela podemos encontrar visos de frescura y puntos de vista alternativos a obras ya consagradas y a otras, contemporáneas, que se dejan la forma por el camino para caer directamente en el fondo tan injustamente requerido por lectores y editoriales en los tiempos que corren. Tiempos en los que el titular es más importante que el artículo de fondo. Tiempos en los que una portada vende más que un buen contenido. Tiempos en los que el trailer de la película muestra más de lo que debería para que el futuro espectador sepa ya de antemano a qué se enfrenta antes de la sesión. Tiempos en los que priman los resúmenes, las frases cortas, los eslóganes y la velocidad como vía interiorizada de forma de vivir. Siendo así, cada vez los márgenes de actuación de los creadores frente al lapso de mantenimiento de la atención del lector/espectador se acortan progresivamente. Y es una pena, porque hay ciertas obras que sin tiempo para entrar en ellas y dejarse llevar, pierden toda su esencia. En una sociedad que come de pie, habla mediante emoticonos y corre sin saber hacia dónde, es difícil abrirse un hueco para la calma lectura. Pero hay irreductibles que lo siguen intentando. Aquí hay uno de ellos.
Tenemos dos historias que confluyen: De un lado lo que a priori es el argumento principal de la novela; la muerte de una joven artista en extrañas circunstancias que pasará desapercibida, pero que en sus raíces oculta una telaraña laberíntica de cloacas de poder, y de otro lado, la historia de una obsesión, de una búsqueda. Es precisamente aquí donde el autor saca el conejo de la chistera y los duples de reyes. Si normalmente nos encontramos con obsesiones que tienen un componente grandilocuente y están en manos de desequilibrados, enfermos o asesinos varios, aquí al contrario, el autor reivindica la obsesión de las pequeñas cosas y de los detalles en personas anónimas que buscan en este perfeccionismo su razón de ser. Por ello, en ocasiones, aunque sean del todo inofensivos, son criticados y menospreciados por el resto de los mortales. Aquí podemos incluir a coleccionistas de toda índole, a fotógrafos y pintores madrugadores en busca del mejor amanecer, a cuadriculados del orden, de la puntualidad o de una determinada alimentación. Estas pequeñas manías veniales son propias de personas que encuentran en este individualismo y recogimiento la razón de su existencia. El autor nos trae a uno muy particular, un «escrutador» de esquelas funerarias, inofensivo como decíamos antes, pero como personaje, de lo más atractivo. Literariamente los personajes que viven con cierto margen de aislamiento con metódicos sistemas litúrgicos de enclaustramiento, sin ser los más malvados de la película, siempre aportan un alto grado de desconcierto en el espectador y de ahí su enorme interés. Obsesiones hay de muchos tipos y dependiendo del grado se pueden calificar desde simples manías, a enfermedades o trastornos obsesivo-compulsivos. Tenemos ejemplos cinematográficos claros en los personajes de Robin Williams en «Retratos de una obsesión», de Jack Nicholson en «Mejor imposible», de Leonardo Di Caprio en «El aviador», de Walter Mathau en «La extraña pareja» o de Bill Murray en ¿Qué pasa con Bob? Literariamente nunca olvidaremos a Jean-Baptiste Grenouille en «El perfume», al Capitán Ahab en «Moby Dick», a Frederick Gregg en «El coleccionista», a Annie Wilkes en «Misery» o a Mrs Danvers en «Rebeca». José Luis Tomás ha creado uno nuevo, diferente, original, muy interesante y que llevará sus investigaciones hasta las últimas consecuencias.
Pero lo primero es lo primero. Con una escueta presentación, la protagonista postmortem se nos escapa de la primera línea, para ya solamente dejarse ver mediante los ojos y las investigaciones de terceras personas. La conoceremos a partir de ellos y de su obra. Tenemos un cuerpo al que en condiciones normales aún no le habría llegado la hora. Nos recuerda el cadáver enfundado en plástico de Laura Palmer en Twin Peaks. De Laura sabemos muy poco y todo lo que irá saliendo a la luz será mediante los testimonios de los diferentes personajes de la serie. Aquí (por suerte) la mente del autor no es tan retorcida y extravagante como la de David Lynch y podremos entender el argumento del libro sin necesidad de ir a clases de metafísica de doctorado. Sara Romero Vázquez nos apunta en las primeras páginas del libro que es una mujer con arrojo, valiente, metódica, sacrificada y gran amante de la pintura y del arte. Veremos unas pequeñas pinceladas de los devenires de su juvenil e idealista vida, pero poco más, fundido negro, el cuento se acabó. A partir de aquí será la labor de otros entresacar las piezas importantes del rompecabezas y separar el trigo de la paja. Un periodista con tiempo libre será el hilo de Ariadna de la trama. Dicho hilo en este caso estará tejido con finas filigranas artísticas, pues es precisamente entre arte y pintura por donde Sara irá bosquejando su vida, su obra, sus secretos y su infortunio. A partir de la vocación artística de la desaparecida el investigador irá desgranando la respuesta a todas las cuestiones. Hará de algo que era simplemente un pasatiempo baladí, el centro de su vida y, de la consecución de encontrar la verdad, su tabla de salvación y expiación.
Según vayamos avanzando en páginas e interés (la presente obra va de menos a más) iremos internándonos en lugares en los que frecuentemente no se abren las ventanas para ventilar ni reciben la luz del sol. La primeriza inocencia de la protagonista se irá trasformando en algo más complejo y perturbador. Los tentáculos de los poderosos son capaces de mancillar sueños y personas inocentes a partes iguales. Toda una trama internacional con la ciudad de Praga como clara ganadora de la escenificación del ambiente al que el autor nos quiere llevar. Si bien dejamos claro que la presente obra es de género negro e intriga, no nos podemos quedar en los titulares y debemos entrar al fondo del asunto. Y aquí entra el estilo del autor que como buen «artista» se toma su tiempo en darnos ambiente, perspectiva, luz, colores y profundidad. No nos atropella con correrías innecesarias ni con saltos acrobáticos sin ningún fundamento ni explicación. José Luis Tomás monta el caballete y va sacando de su mochila los instrumentos narrativos para, progresivamente, irlos mezclando poco a poco. Lento al principio pero ágil en su avance. Y este amor por el arte es lo que le da cohesión a toda la obra, que si bien podría haber transitado por vericuetos más generalistas, sin embargo, nos permite acompañarle en su afición por las artes y la pintura. De Praga no diremos más, tendrán que descubrirla tal y como nos la describe el narrador. Con una fuerza y poderío arrolladoras.
El estilo empleado en la presente obra es apto para todos lo públicos, aunque será mejor absorbido por aquellos lectores asiduos y amantes de la delicadeza en la narración de escenas y de personajes. A los amantes del bestseller-blockbuster al uso se les quedará un poco lenta la propuesta de José Luis Tomás. Aunque con paciencia seguro que son capaces de entrar en su mundo.
Decía Edgar Degas: «Hasta ahora el desnudo siempre se representó en poses que daban por hecho la presencia de lo público, pero estas mujeres son personas decorosas, sencillas, que se interesan por su estado físico en soledad. Es como si alguien mirara por el ojo de una cerradura». Pues ese ojo de la cerradura es precisamente el de José Luis Tomás. Su mirada ha creado un mundo que rebosa sentido y arte en la superficie, pero que a la vez esconde sucios y tremebundos secretos inconfesables en su sótano.
Y, ¿por qué no?… puede que el karma y el destino se conjuren algún día para que aparezca el misterioso cuadro de la vela (que ya descubrirán). Si tiene alguna información al respecto contacte con el autor, seguro que se lo recompensará mejor que en Sotheby´s.
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