Crítica libros
RESEÑA: NUEVOS HORIZONTES (UN CASO DEL DETECTIVE CALLEJA) – J. LUIS PASTRANA – EDITORIAL CÍRCULO ROJO, 2022
OBRA: NUEVOS HORIZONTES.
AUTOR: JOSE LUIS PASTRANA – TWITTER
EDITORIAL: CÍRCULO ROJO, 2022 – WEB
PÁGINAS: 270.
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– SINOPSIS –
Odón Calleja es un inspector de policía asturiano, con los cuarenta bien superados y harto de un comisario jefe inepto, dependiente de los laboratorios y déspota. Pepe es un ingeniero, más o menos de la misma edad que Odón, que busca reorientar su vida profesional hacia la consultoría pericial por cuenta propia. Ambos se conocen casualmente y fundan la Agencia de Investigación Marbella, con oficinas centrales en La Felguera. Apenas han inaugurado la agencia, cuando el cadáver de un joven aparece en el río Nalón. La comisaría local de la Policía Nacional, dirigida por el «amado» exjefe de Odón, avanza rauda hacia el cierre del caso: «un suicidio de libro», se dice por sus pasillos y oficinas. Sin embargo, una antigua novia del finado desconfía de tal diagnóstico y encarga pesquisas complementarias al grupo de sabuesos recién creado. La sagacidad de los de la agencia y su trabajo en equipo harán el resto. Nuevos horizontes es la primera entrega de la serie dedicada al detective Calleja; un personaje atípico en el mundo de las novelas policiales porque no bebe, no fuma, no sufre y participa activamente en el crecimiento de una feliz familia, junto con su esposa Margarita y sus dos hijos.
– AUTOR –
J. Luis Pastrana nace en Asturias, en la Cuenca Minera del Nalón, en 1962, en el seno de una familia tradicional de clase media. En 1988 finaliza sus estudios de Ingeniería Industrial y, desde entonces, ejerce ininterrumpidamente tal profesión. Aficionado desde siempre a la lectura y la escritura, aprovecha las circunstancias adversas del confinamiento y las regulaciones temporales de empleo por la covid-19 para iniciar su singladura literaria, narrando las peripecias del ingeniero sin nombre en su bilogía de intriga industrial, compuesta por las novelas Cuarenta estaciones y Fin de trayecto. Posteriormente, en la CdC —Colección detective Calleja—, da vida a la irrepetible Agencia de Investigación Marbella. Fuegos fatuos, la tercera entrega de la serie dedicada al detective Calleja, es su quinta novela, precedida de las ya citadas Cuarenta estaciones y Fin de trayecto, y de Nuevos horizontes y Los miradores verdes, las cuatro publicadas también por el Grupo Editorial Círculo Rojo.
– GUSTARÁ
A los lectores de novela policíaca con ausencia de carambolas y sorpresas estrambóticas. A los amigos de las llamadas nuevas tecnologías que se utilizan con naturalidad y profusión en los ambientes detectivescos. A quienes ven al investigador privado como un trabajador que puede equipararse a cualquier profesional liberal sin complejos, traumas o amarguras complementarias. Nuevos horizontes también será del interés de aquellos lectores de novela corta que prefieren los diálogos cotidianos y sencillos al uso y la ausencia de enrevesadas descripciones narrativas. Tendrán también su recreo los amantes de los escenarios vigentes, con recorridos reproducibles, comercios e instituciones y, especialmente, del mundo gastronómico con algún “chigre” de buen yantar.
– NO GUSTARÁ
A los lectores que prefieren las reglas clásicas del género, de patrón anglosajón, cuanto más negro mejor, y reniegan de la actualización de la narrativa detectivesca. A los entusiastas del característico detective privado norteamericano que utiliza sin recato sus puños y su 38 especial de cañón corto. Tampoco será del interés de aquellos seguidores de las escenas cruentas, forenses con dedos amarillentos de nicotina y mesas de autopsias, escenarios del crimen con profusión de elementos escabrosos y “gores”. A los lectores más afines al thriller y a los ritmos endiablados con efectistas persecuciones de cine y final suspenso en cada capítulo se les podría quedar esta novela distanciada de sus expectativas.
– LA FRASE 
—José Antonio, yo ahora solo soy un detective privado; me estás pidiendo que me inmiscuya en un caso abierto que estáis manejando en la policía. Yo no puedo hacer eso.
—Odón, no te comprometas más de la cuenta, pero oriéntame el tiro, por favor; descubre qué ha pasado. Las Pruebas de peso las buscaremos nosotros cuando a Amancio le apetezca, pero sabes que no podemos estar siempre esperando por algún informe o alguna prueba de laboratorio.
– RESEÑA
No suele ser práctica aconsejable iniciar la lectura de un libro por el final y seguir su curso literario de atrás hacia delante. Tampoco comentar alguna pieza de una “saga literaria” anterior a otros eslabones posteriores que ya se hayan analizado y reseñado. Es verdad que la tarea resulta así mucho más fácil, pero encierra una especie de inocente trampa intelectual, parecida a la del economista que explica las causas de una crisis financiera a toro pasado, porque se posee parte del futuro de los personajes. Si se trata de un autor y una obra solvente, como es el caso de Nuevos horizontes de J. Luis Pastrana, resulta inevitable que sus entes protagonistas serán consecuentes y equilibrados en todas sus vivencias posteriores a lo que fue el inicio de sus aventuras como equipo. De esta forma los personajes se reencuentran con su autor y este los dirige hacia una nueva e incierta campaña de forma ordenada y armónica. En ese caso, toca elegir si plasmar la percepción, la reflexión y el comentario de la novela, intentando partir del cero absoluto o incorporar el “recuerdo” de obras anteriores o, incluso, la evocación de un “recuerdo del recuerdo”. Hoy optamos por una solución mixta, lo más aséptica posible, que esperamos redunde en beneficio de los lectores, cuyos gustos y rechazos habrán de coincidir forzosamente con quienes ya se hayan asomado a “Los miradores verdes” o hayan vislumbrado los “Fuegos fatuos” del mismo autor, o lo hagan en el futuro, pues su hilo conductor, por supuesto que no el único, es el detective Calleja y las peripecias de su agencia.
Con ese objetivo nos introducimos en la “asturianísima” Agencia de Investigación Marbella, conocedores ya de la razón primigenia de su chocante nombre, dados los 1029 km que separan su ubicación en La Felguera (concejo asturiano de Langreo) de aquella otra ciudad que los romanos llamaron Salduba en el 1600 a.C., al otro extremo de la Península Ibérica. El encuentro previo de Odón Calleja, fruto de la casualidad, el acuerdo y posterior asociación con el detective auxiliar Pepe Pastrana, también copropietario, nos orienta y pone en suerte para lo que está por llegar.
J. Luis Pastrana nos ofrece de inmediato el plano de las instalaciones, congruente con su uso anterior, que pone de manifiesto la inteligencia y profesionalidad de Odón Calleja, detective jefe y copropietario de la agencia, para reutilizar un local y adaptarlo milimétricamente a las necesidades prácticas de seguridad y también gratamente estéticas que le esperan como centro operativo. Esto es así hasta el punto de albergar un embrión de biblioteca lúdico-profesional cuyo volumen inaugural “El misterio de las cerillas” rinde homenaje a Ellery Queen (simbiosis literaria de los autores cuyos nombres profesionales fueron Frederic Dannay y Manfred Bennington Lee) al tiempo que, sutilmente, se estimula y orienta al lector hacia un modo de concebir y apreciar la novela de intriga.
La lista de personajes, principales y secundarios, al estilo de los mejores usos de Agatha Christie, completa el marco humano en el que se dibujará la acción y permite un primer contacto con el resto del equipo de investigación y colaboradores. Allí encontramos a un característico y polivalente auxiliar, Basilio “El Mangui”; a un cerebrito informático, El Guaje; a un pozo de ciencia y registro universal, encarnado en Matías Fernández (propietario y gerente de la Gestoría Dorado); incluso a un par de canes de diverso tamaño y pelaje como Lalo y el Pelos que completan y dan color a la nómina habitual de la Agencia de Investigación Marbella. El subsiguiente nudo narrativo, como manda la tradición policíaca, arranca con la aparición de un primer cadáver en mitad de una gestión detectivesca, rutinaria y menor, de los protagonistas. Desde ese momento el lector podrá disfrutar, con precisión, de todos los movimientos y gestiones que el personal de la agencia llevará a cabo para cumplir sus misiones y compromisos profesionales, al tiempo que gestionar las siempre complicadas relaciones que la investigación privada mantiene en España con la investigación oficial.
Afortunadamente, para los integrantes de la Agencia de Investigación Marbella, su manejo de la inteligencia emocional y las relaciones personales, su formación y experiencia (tanto académica, como profesional y ocasionalmente callejera o de “gramática parda”) deberían permitirles superar todos los obstáculos a los que se enfrentan. El lector, desde su cómoda atalaya, podrá juzgar si cumplen adecuadamente sus objetivos mientras disfruta con la panorámica de los “Nuevos Horizontes” de J. Luis Pastrana que, a buen seguro, no le defraudará.
RESEÑA: LA CASA SOBRE LA COLINA – JOSÉ MANUEL PÉREZ VARELA – AUTOPUBLICACIÓN, 2022.
OBRA: LA CASA SOBRE LA COLINA.
AUTOR: JOSÉ MANUEL PÉREZ VARELA – FACEBOOK – INSTAGRAM – TWITTER
EDITORIAL: AUTOPUBLICACIÓN, 2022.
PÁGINAS: 375.
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– SINOPSIS –
La estrafalaria policía Aroa Pérez ingresa, de sopetón, en el grupo de los perdedores, un subgrupo de homicidios de la Jefatura Superior de Galicia que pasa por horas bajas. Desde su primer día de trabajo estará bajo las órdenes de Humberto, una persona atormentada, que lleva a cuestas muchos vicios y cuentas sin saldar. El subinspector le enseñará el oficio y desplegará todos sus métodos de la vieja escuela mientras lucha contra el fantasma de su pasado. Para ello contará con la ayuda de Josiño, criminólogo y voz de su conciencia. Juntos tendrán que esclarecer una serie de horribles crímenes en el rural gallego que llevan la firma de O lobishome da Penouqueira. Un asesino muy inteligente y escurridizo que pondrá a prueba y llevará al límite a los agentes… y al lector.
– AUTOR –
José Manuel Pérez Varela (A Coruña, 1979) vive en Santa Cruz de Tenerife por motivos laborales. Desempeñó muchos oficios, desde operario de máquinas a programador, y actualmente trabaja en Telecomunicaciones para Policía Nacional. Casado y padre de un niño. Su primera obra autopublicada y solidaria fue Un corazón roto se viste de amarillo, disponible en Amazon.
– GUSTARÁ
A todos los lectores de thriller policial en el que queda marcada la idiosincrasia patria sin necesidad de acudir a elementos puramente anglosajones que todos tenemos en el imaginario colectivo. La casa sobre la colina será la lectura ideal para aquellos que se deleitan con lecturas con brío, raudas y muy conversacionales, pero que no dejan al margen una notable investigación y documentación sobre la materia tratada. Suspenses y correrías bien hilvanadas se encontrará el lector que se acerque a esta obra.
– NO GUSTARÁ
A los lectores que prefieren obras armadas desde la descripción pormenorizada por encima del realismo cotidiano. La casa sobre la colina no es una novela para los que buscan fórmulas de violencia suma, truculencia gráfica o lenguaje excesivamente deslenguado. Los que prefieran los modos y maneras del noir de otras latitudes tampoco encontrarán aquí su vehículo de diversión ideal.
– LA FRASE 
“El día comenzaba a clarear y la sombra del monte Penouqueira todavía invadía el tapiz de viviendas de los arteixáns. Aparcaron en la cima, cerca de la Casa de los Horrores y Fermín, por fin pudo vomitar los excesos nocturnos. Humberto contempló la majestuosa construcción. Parecía que la siniestra morada hubiese crecido a lo alto y a lo ancho, como si se hubiese alimentado de las almas de las chicas muertas y de las penas de los habitantes del pueblo”.
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar, La casa sobre la colina, de José Manuel Pérez Varela. Un thriller policíaco rural ambientado en Galicia y que sorprende gratamente por dar el mismo espacio a sus personajes que a la propia trama (algo muy interesante, cuando normalmente prevalece esto último sobre lo primero). Cualquier lector de largo recorrido se acaba dando cuenta de que no puede existir un género literario predilecto si cuando se aborda la lectura concreta a la trama no la acompañan sus personajes. Aunque la premisa, las escenas, las descripciones, los desencadenantes, los giros de guion, la carga emotiva o las aventuras más rocambolescas intenten seducir al lector, sin unos personajes que no empaticen ni estén creados con cierta habilidad la obra cojea. Ocurre en muchos géneros. Un ejemplo que todos conocemos son las películas de terror slasher. Es frecuente que los protagonistas de estas sean pura carnaza sin nada que aportar a la trama más que dejarse cazar por el psicópata de turno. Esta es una de las razones principales por la que el espectador, aunque no lo quiera reconocer, se sube al bando del tipo del machete, ya que los otros no se han ganado la empatía suficiente para merecerse seguir con vida ni un minuto más. Pero este ejemplo no se puede aplicar en La casa sobre la colina. Aquí el autor ha hecho un notable trabajo de creación, desarrollo y confrontación entre todos ellos. Todo un triángulo virtuoso que el lector experto sabrá agradecer. Toman tanto protagonismo que los propios capítulos de la novela están acotados con los nombres de los implicados en la acción. Recurso que servirá también a los lectores para ubicarse en cada salto de escena.
Una novela criminal de gatos y ratones en la profunda y hermética gallega rural. Entre hórreos, cruceiros y corredoiras neblinosas se sucederán una serie de cruentos acontecimientos que llevarán a un variopinto y heterogéneo grupo de investigadores a intrincarse por unas sendas peligrosas y nada habituales en la función policial. Aunque la novela negra y/o policial se ha caracterizado por su marcado aspecto urbano y anglosajón, no es extraña en las letras españolas. Desde el clásico Pepe Carvalho a los más contemporáneos: Víctor del Árbol, Eva García Sáenz de Urturi, Juan Gómez Jurado, Dolores Redondo, Javier Castillo o Carmen Mola.
José Manuel Pérez Varela vuelca gran parte de su talento con la pluma en la atmósfera creada para introducir a sus personajes que, sin ser multitud, los caracteriza con brío y precisión. Son precisamente estos los que soportan la arquitectura del relato. Mediante sus interacciones, conversaciones y movimientos ajedrecísticos podremos conocer mucho mejor el ambiente de bruma en el que se hunde esta historia de blancos y negros, de lobos y corderos. Tenemos incluso un guiño al club de los perdedores (losers / lovers en el original, It, Stephen King, 1986). Todos los personajes de La casa sobre la colina son perfectamente identificables, sus voces son individuales. Todos aportan a la causa común del subinspector Humberto. Unos de manera tangencial, otros de manera directa, algunos asesorando cual Pepito Grillo; todos los compañeros de faena sirven para fijar el «modus operandi» del protagonista, desde la fortaleza de fachada, hasta las dudas y el pasado acechante interior. El lector reconocerá la voz de cada personaje y casi podrá anticipar sus movimientos dada la definición que da el autor y que va en consonancia con su construcción.
La fórmula empleada por el autor funciona a la perfección si hablamos de mantener al lector entretenido y activo a lo largo de toda la narración, ya que en esta no aparece ningún momento tedioso en el que la lectura pueda encallar o diluirse en una multitud de sendas secundarias. El tiro narrativo es directo e implacable. El recorrido se realiza sin paradas intermedias que puedan enlentecer los crímenes y las investigaciones policiales. Pero no por ello se abandonan las fases que todo thriller policial debe tener: investigación + acción. Respecto a la primera, se nota que el autor tiene un conocimiento adecuado sobre la técnica policial y su día a día. Solo así puede exponer una serie de escenas con una naturalidad tranquila para que el lector no sienta que los elementos están forzados o son llevados con demasiada artificialidad. Recordemos que no es una novela de superhéroes o con personajes con superpoderes. Pero lo que sí encontramos es el dicho, aquel que dice que el diablo sabe más cosas por viejo que por diablo. Aquí lo podremos comprobar. Aquel que es perro viejo, buen observador y, sobre todo, buen escuchador, será capaz de llegar a conclusiones que se les podrían escapar a los legos en la materia por muy buen currículo que porten. Otro de los aciertos de La casa sobre la colina es que no intenta adaptarse al producto anglosajón de género que tan fijado tenemos en nuestro país, sobre todo por series y películas estadounidenses. La presente obra tiene su propio lenguaje, sus propias costumbres y su propio tono, aunque como en todo, siempre hay algún elemento de mestizaje al que ningún autor se puede mantener al margen al 100%. También hay licor café, mucho mejor que un whisky doble solo, ¡dónde va a parar!
Interesante también como el autor introduce guiños literarios y cinematográficos para que el lector se sienta más cerca de la acción, con las comparaciones que se van sucediendo en cada secuencia. Desde Shyamalan a Murakami, pasando por Javier Miró, Ruiz Zafón o Romasanta, el lector encontrará todo tipo de apuntes culturales. José Manuel Pérez Varela juega con la cultura popular para dotar de cercanía a su obra. La complicidad está más que justificada. La voz del realismo cotidiano cobra vida y la proyecta sobre unos personajes que cumplen su función a la perfección.
La casa sobre la colina es un notable ejercicio de entretenimiento literario policial. La pluma del autor se esmera en dotar de cuerpo y alma los truculentos sucesos que ocurren en un lugar tranquilo y apartado. Dota de vida a una pequeña localidad gallega en donde nunca pasa nada, hasta que pasa. Capítulo a capítulo la madeja se irá estirando para mostrar la verdadera cara del mal, y con ella sus motivaciones e intereses ocultos.
RESEÑA: FIN DE TRAYECTO – J. LUIS PASTRANA – EDITORIAL CÍRCULO ROJO, 2021.
OBRA: FIN DE TRAYECTO.
AUTOR: J. LUIS PASTRANA – TWITTER
EDITORIAL: CÍRCULO ROJO, 2021 – WEB
PÁGINAS: 262.
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– SINOPSIS –
La vida continúa para el ingeniero narrador después de las peripecias vividas en sus primeros años de actividad profesional. Su dedicación al mundo del metal toca a su fin tras un intenso periodo plagado de todo tipo de retos y adversidades, pero también de logros y satisfacciones. Obligado a abandonar la actividad industrial productiva, cae entre las turbulencias de una empresa de ingeniería en pleno proceso de expansión y de acceso a un nuevo producto. Lo peculiar de este insólito entorno dificultará extraordinariamente su adaptación y provocará un importante contratiempo que cambiará para siempre su perspectiva vital. Fin de Trayecto es la continuación de la anterior novela de este autor, Cuarenta estaciones. Ambas pueden ser leídas también en orden inverso.
– AUTOR –
J. Luis Pastrana nace en Asturias, en la Cuenca Minera del Nalón, en 1962, en el seno de una familia tradicional de clase media. En 1988 finaliza sus estudios de Ingeniería Industrial y, desde entonces, ejerce ininterrumpidamente tal profesión. Aficionado desde siempre a la lectura y la escritura, aprovecha las circunstancias adversas del confinamiento y las regulaciones temporales de empleo por la covid-19 para iniciar su singladura literaria, narrando las peripecias del ingeniero sin nombre en su bilogía de intriga industrial, compuesta por las novelas Cuarenta estaciones y Fin de trayecto. Posteriormente, en la CdC —Colección detective Calleja—, da vida a la irrepetible Agencia de Investigación Marbella. Fuegos fatuos, la tercera entrega de la serie dedicada al detective Calleja, es su quinta novela, precedida de las ya citadas Cuarenta estaciones y Fin de trayecto, y de Nuevos horizontes y Los miradores verdes, las cuatro publicadas también por el Grupo Editorial Círculo Rojo.
– GUSTARÁ
A los enamorados del mundo empresarial, especialmente de la gran empresa, conocedores de sus recovecos, grandezas y miserias. A los que han experimentado en carnes propias la morbosa relación de amor-odio que encierra un puesto técnico de responsabilidad en el filo de la navaja. A quienes disfrutan desmenuzando las etapas y tiempos de una narración con claros y ordenados hitos cronológicos. A los lectores capaces de empatizar con personajes verosímiles, asimilados a su órbita sociolaboral actual o pretérita, al mismo nivel y con la misma intensidad que con aquellos alejados de su realidad.
– NO GUSTARÁ
A los lectores recelosos de la narrativa contemporánea, lineal, creíble y cotidiana, despojada de los suaves placebos poéticos y de los restallantes golpetazos truculentos, morbosos o eróticos. A quienes buscan divertimento en las aventuras clásicas y eluden los caminos no muy trillados que implican asimilación tanto de terminología como de las tecnologías más especializadas en el mundo de la industria. A los que se sumergen con deleite en el alma de los personajes psicológicamente atormentados y cuanto más complejos mejor, con la esperanza de redimirlos desde el sillón de lectura.
– LA FRASE 
Un aficionado puede ver cuándo un equipo de fútbol juega de memoria, o cuándo un grupo de ciclistas está bordándolo en una prueba contra-reloj por equipos. En el taller la sensación era aún más sublime: captar las vibraciones de un conjunto de personas y máquinas, trabajando con responsabilidad, confiadas y en sintonía para poner a su favor la fuerza de la gravedad y el tiempo, corta la respiración.
– RESEÑA
En Fin de trayecto, J. Luis Pastrana nos ofrece la continuación de su anterior novela: Cuarenta estaciones, cuya lectura nos dio la oportunidad de atisbar los primeros pasos profesionales de un ingeniero recién “estrenado” en el mundo laboral y seguir sus pasos inmediatamente posteriores. El autor, desde la contraportada, deja claro que el orden de lectura puede invertirse. Esta observación resulta notablemente oportuna, toda vez que, a pesar de los grandes rasgos comunes, desde el protagonismo personal, el orden literario y el entorno fabril-industrial, existen notables diferencias que se van agrandando con el paso de los capítulos con la óptica y la atención que cada lector aplique.
Así que, sin dilación, una mañana a las 8:00, de la mano del ingeniero protagonista, nos colamos en su centro de trabajo y empezamos a acompañarlo en el desarrollo de sus tareas. Afinamos la mirada y estimulamos nuestro interés para asimilar términos técnicos y siglas, muchas veces en el idioma dominante del mundo técnico actual, o procedentes de él. Agradecemos la voluntad del protagonista que se esfuerza en ayudarnos en la tarea de navegar entre códigos y lenguajes iniciáticos como FCC -Fuel Catalyst Cracking-; MIG -Metal Inert Gas-; ANC -Agencia Noruega de Clasificación-; ASME -American Society of Mechanical Engineers-; ASME; TRI; etc. Hasta que empezamos a sentirnos bastante cómodos y tenemos la sensación de percibir la poesía que puede haber en una soldadura de un tanque o en un amolado perfecto y, lo que quizás acabe siendo lo importante, capaces de ser homologados por el organismo correspondiente y pasar la minuciosa inspección de un cliente exigente.
La novela de J. Luis Pastrana trata con intensidad las dificultades inherentes a la fabricación de equipamiento industrial y maquinaria, fuera del alcance de las PYMES, donde la especialización y los recursos económicos y tecnológicos de la empresa resultan indispensables para lograr con éxito los objetivos marcados. La calidad del producto final, con etiqueta de excelencia, requiere tal grado de perfección que, en ocasiones, raya en lo paranoico (incluso en lo cómico) por las increíbles exigencias de los clientes, especialmente por algunos inspectores pasados de celo, amigos del protagonismo o, sencillamente, faltos de profesionalidad. En esta novela, con amplios retazos autobiográficos, se puede seguir todo el recorrido de más de un proyecto, desde el pedido a la entrega, descritos por J. Luis Pastrana, con orden y minuciosidad, tal que pueden despertar el interés y la curiosidad activa e intelectual de lectores totalmente profanos en estas materias y seguramente el entusiasmo de los más versados. Sin embargo, para otros la descripción resultará excesivamente prolija y se verán abrumados por las numerosas circunstancias, pasos y procesos que conlleva cada pedido. Departamentos implicados, funciones, cargos, tareas, reuniones, viajes, acuerdos, metodología, medios y actitudes, conforman una densa problemática que, por la propia naturaleza de la obra, se contempla desde distintos ángulos, pero con una misma esencia que precisa de conocimiento o de curiosidad en un universo que, siendo más amplio de lo que pueda parecer, no es multitudinario.
Jose Luis Pastrana se presenta a cara descubierta en esta obra y como destaca en su nota inicial no pretende ocultar con subterfugios en ningún momento su vinculación con el protagonista, esto dota a la obra de una espontaneidad de la que carece alguna parte de la narrativa española actual. Es obvio que todo principio encierra la semilla de un final, a veces abrupto y concluyente, pero en muchas ocasiones (como pregonarían los expertos en Tarot) se trata de una muerte simbólica, de una transformación, que da paso a un renacimiento. Nada desvelamos a lo que el autor no se haya anticipado con el título de la novela, esta obra marca el final de una etapa y como tal vendrá su sucesora, pero eso es otra historia.
Bien es cierto que Fin de trayecto contiene en su estructura y plasmación suficientes pistas para encontrar al técnico, al buen profesional, detrás de la pluma del literato, hasta el punto que nos hace rememorar automáticamente la frase magistral del film argentino: “El secreto de tus ojos”, Oscar a la mejor película extranjera en 2010, dirigida por Juan José Campanella y guion de Eduardo Sacheri y del propio director. Allí, en un momento de intenso dramatismo, el personaje Pablo Sandoval, encarnado por el actor Guillermo Francella, se dirige a Benjamín Espósito (Ricardo Darín) y, en referencia a un personaje cuya búsqueda parece imposible, le dice: “El tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay algo que no puede cambiar. No puede cambiar de pasión”. Los lectores que hayan seguido la posterior obra literaria de J. Luis Pastrana tienen la oportunidad de juzgar si existe algún paralelismo aplicable en este caso. Los que aún no la conocen no deberían perder la oportunidad de asomarse a una sorprendente metamorfosis.
RESEÑA: CUARENTA ESTACIONES – J. LUIS PASTRANA – EDITORIAL CÍRCULO ROJO, 2021.
OBRA: CUARENTA ESTACIONES.
AUTOR: JOSE LUIS PASTRANA – TWITTER
EDITORIAL: CÍRCULO ROJO, 2021 – WEB
PÁGINAS: 321.
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ
– SINOPSIS –
Terminados sus estudios de Ingeniería, el narrador se zambulle en el mundo del trabajo. Comienza su singladura en una centenaria empresa del sector cerámico, modesta pero bien organizada. En plena actividad en la fábrica de cerámica, y con proyectos importantes en curso, el grupo de empresas para el que trabaja lo destina a una factoría de vidrio recién adquirida, en la que se están produciendo todo tipo de problemas. Satisfecho su periodo en el sector del vidrio, es llamado al de la transformación metálica, donde continúa su formación sin fin. Cuarenta estaciones narra el día a día de las fábricas de cerámica, vidrio y transformación de metales, visto desde los ojos de un ingeniero «recién» titulado. Conceptos técnicos y experiencias humanas se trenzan en un todo apasionante, imposible de olvidar.
– AUTOR –
J. Luis Pastrana nace en Asturias, en la Cuenca Minera del Nalón, en 1962, en el seno de una familia tradicional de clase media. En 1988 finaliza sus estudios de Ingeniería Industrial y, desde entonces, ejerce ininterrumpidamente tal profesión. Aficionado desde siempre a la lectura y la escritura, aprovecha las circunstancias adversas del confinamiento y las regulaciones temporales de empleo por la covid-19 para iniciar su singladura literaria, narrando las peripecias del ingeniero sin nombre en su bilogía de intriga industrial, compuesta por las novelas Cuarenta estaciones y Fin de trayecto. Posteriormente, en la CdC —Colección detective Calleja—, da vida a la irrepetible Agencia de Investigación Marbella. Fuegos fatuos, la tercera entrega de la serie dedicada al detective Calleja, es su quinta novela, precedida de las ya citadas Cuarenta estaciones y Fin de trayecto, y de Nuevos horizontes y Los miradores verdes, las cuatro publicadas también por el Grupo Editorial Círculo Rojo.
– GUSTARÁ
A los lectores de la órbita industrial y fabril, de cualquier estatus laboral. Pero no solo a ellos. La presente novela gustará a todo lector de historias con un poso de realidad y costumbrismo. Es para todos aquellos que se dejan seducir por las aventuras del día a día y que no necesitan tocar la épica para hacer sus lecturas imprescindibles e interesantes. Cuarenta estaciones habla de la condición humana, de sus interacciones y de cómo el empeño de muchos, aun con los palos en las ruedas de otros tantos, es capaz de crear algo grande.
– NO GUSTARÁ
A los lectores que necesitan altas dosis de circunstancias raudas y febriles en las narraciones que consumen para que la lectura les sea ágil y amena. Tampoco será para todos aquellos que denuestan la novela contemporánea en la que dicen «que no pasa nada» como excusa para introducirse en ficciones más fantásticas y cinematográficas. Cuarenta estaciones tiene naturaleza de proximidad y realidad palpable y eso, para algunos, será insuficiente.
– LA FRASE 
«Al fin oí gritos, y los vi cerca de los ventiladores de combustión, peleando a brazo partido en uno de sus cuadros eléctricos. Me acerqué y por un momento sentí pánico: mientras el oficial mecánico sostenía un manoseado esquema que iluminaba con una linterna sujeta entre sus dientes, el eléctrico escarbaba en las entrañas de aquel cuadro, mil veces reparado y modificado, buscando desesperadamente tensión con el polímetro; los dos chapoteaban en varios centímetros de agua».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: Cuarenta estaciones, de Jose Luis Pastrana. Todo un camino de aprendizaje desde la teoría universitaria al salto al abismo empresarial. De la teoría de los libros, exámenes y ejemplos imaginados, a la trinchera del día a día. Un cambio abrupto que, tradicionalmente, en España no se ha cuidado como en otros países de nuestro entorno mediante prácticas laborales y contratos a tal efecto para que el aterrizaje sea más sosegado. Y es que cuando se pasa de las aulas a la jauría laboral nadie te prepara para lo que allí acontecerá. En los libros no explican las mil y una casuísticas a las que el joven y preparado recién licenciado se va a enfrentar. Una cosa es trabajar con máquinas, productos, herramientas, procesos, etc., y otra, muy distinta, hacerlo con compañeros de trabajo. Esto hace que todo tome una dimensión diferente. Ya no es suficiente con hacer bien tu trabajo, sino que debes abordarlo bajo el paraguas corporativo, con su metodología, sus manías y sus costumbres arraigadas en un sector que se resiste al cambio. Pero los jóvenes lo que siempre traen es cambio e ilusión, algo que ya gastaron hace tiempo los empleados que pasean su semblante por el cementerio de elefantes contando los días para la jubilación. La transformación de un estudiante de grado superior en un profesional “de provecho” suele ser, en España, un milagro. Hasta donde recordamos los estudios técnicos universitarios, aparte de unas bases genéricas y teóricas, poco tienen que ver con las necesidades cotidianas y reales del mundo de la empresa. Pero, poco a poco, tejiendo aquellos filamentos sutiles, pero persistentes, a manera de trama, con la urdimbre que proporciona la experiencia, se va formando el capullo del que surgirá, renovado, un profesional capaz de afrontar los retos que acechan en cada proyecto.
En Cuarenta estaciones, Jose Luis Pastrana nos propone escudriñar las andanzas de un ingeniero en su primer periplo profesional y en los inmediatamente posteriores. Una obra basada en realidades y vivencias noveladas para disfrute de un amplio abanico de lectores. Y no, no hay que saber del tema concreto que relata el autor para sacarle todo el jugo a la presente lectura. Con haber tenido cualquier experiencia laboral es suficiente para hacerse una idea aproximada de lo que el autor nos quiere trasladar. Y es que en demasiadas ocasiones la realidad supera a la ficción. Esta es una de las razones por las que ciertas anécdotas relacionadas con el puesto de trabajo son siempre recurrentes en las conversaciones entre familiares y amigos. Mientras desde el departamento de marketing y de relaciones públicas se afanan para mostrar la mejor cara hacia los clientes (el corporativismo y la imagen empresarial son pilares irrenunciables del ideario interno), desde dentro, en ocasiones, bulle un volcán con ganas de explotar. Al tiempo que recursos (in)humanos hace lo posible para que no se rompan las costuras y el maltrecho casco no haga aguas y se vaya a pique, un numeroso cúmulo de situaciones y circunstancias se abre paso en cada empresa con riesgo de hacerla implosionar. Y es que no siempre el fracaso empresarial obedece a los rigores del mercado. A veces, simplemente, se rompe, como el amor de tanto usarlo. Hay trabajadores y jefes que más allá de centrarse en lo suyo no les importa ver arder el mundo e inmolarse con él.
El autor con su prosa suelta, directa y atractiva proporciona una visión panorámica de los entresijos y el ambiente cotidiano en el que se mueven multitud de técnicos, operarios y directivos que contribuyen, con su labor diaria, al mantenimiento y a la rentabilidad comercial de muchas empresas que, en su conjunto final, conforman el producto interior bruto de un país. Ese traído y llevado PIB, ignorado por tantos, influye en la realidad de todos y resulta, cuanto menos, merecedor de alguna atención. Cuarenta estaciones gana por goleada en su puesta en escena natural y costumbrista. El lector acompañará a sus personajes desde la tranquilidad de la narración, alejada de la ansiedad del thriller, pero sin caer en la apatía o la desgana, ya que el destino de los personajes que explora el autor es digno de seguirse de cerca. Es el mismo interés que se puede tener con el destino de los personajes de las series televisivas Camera café y The office, o de las películas Los lunes al sol y El buen patrón. La identificación con alguno de ellos es la baza cuando la cámara o el escritor se introduce en los sucesos y conversaciones casuales que ocurren en toda empresa.
No es extraño que un escritor realice un extenso ejercicio de documentación para abordar cualquier tipo de obra. Desde una simple consulta hasta un nivel de detalle casi enfermizo para ofrecer al lector escenas y descripciones inmersivas en aras de colorear el relato y darle brillo. Pero un asunto es colorear y otra vivirlo en las propias carnes. El olor de la guerra, la heroicidad del parto, el sufrimiento de una enfermedad, la victoria en una prueba deportiva, el sabor de un plato único o la observación de la tierra desde la estación espacial internacional son unos simples ejemplos de que hay escenas que solo en primera persona contienen toda la intensidad narrativa y pierden poco por el camino. De esta manera es como nos sirve esta obra Jose Luis Pastrana, desde el púlpito de la experiencia de aquel que ha pisado trinchera y se ha comido muchas guardias en el frente de batalla. Solo así es posible dar forma a esta tragicomedia laboral contemporánea. La voz del narrador es una voz firme, consecuente, informada y experimentada. La lectura suena a hechos probados y productos testados con todas las normas de calidad vigentes. Cuarenta estaciones es un ser invisible que recorre despachos, máquinas de café, comedor de empleados, parkings, almacenes, talleres y líneas de montaje para escuchar el tono, el mensaje y el clima que se respira en la empresa. Así consigue darle naturalidad y dinamismo a cada escena. Es imposible que el lector no se vea asaltado por un golpe de realidad e identificación en alguno de sus pasajes.
En todo caso, la novela de J. Luis Pastrana refleja los valores creativos y la producción en el ámbito laboral y, lejos de pontificar sobre ellos, los muestra como una sucesión de interesantes “aventuras” que atrapan la atención y el interés de los más alejados a este mundillo. Seguro que algunos poetas, músicos u otros artistas, solo sensibles a las musas, se sentirán cautivados por el universo que encierran los talleres y las fábricas. Introducirse en un mundo que muchos lectores desconocerán es de un enorme atractivo. Y todo ello con un tono narrativo perfectamente asequible para aquellos que no sean especialistas en las materias que propone el autor. No es necesario. Cuarenta estaciones no tiene un discurso técnico y complejo. La obra habla de la condición humana de los trabajadores, de sus sueños, metas, pesadumbres, éxitos, incomodidades, vanidades, orgullos y camaradería.
RESEÑA: UNA MEMORIA SIN RENCOR – JUAN ANTONIO MORALES GUTIÉRREZ Y BELÉN MORALES PÉREZ – AUTOPUBLICACIÓN, 2022.
OBRA: UNA MEMORIA SIN RENCOR.
AUTORES: JUAN ANTONIO MORALES GUTIÉRREZ – WEB – INSTAGRAM
BELÉN MORALES PÉREZ – LINKEDIN
EDITORIAL: AUTOPUBLICACIÓN, 2022.
PÁGINAS: 595.
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– SINOPSIS –
A través de las biografías de dos personajes, un alcalde socialista y un cura, en este relato se muestran las dos caras de la Segunda República y del posterior conflicto bélico. La de una España tradicional y católica, en la que el párroco de un pueblo de Toledo, Liberio González, hoy beatificado por el Vaticano, fue víctima de la furia miliciana. Y la de otra España revolucionaria, en la que Adrián Rodríguez luchó pacíficamente por defender la legalidad, hasta que tomó partido en la guerra. Dos hombres de orígenes muy distintos y que tuvieron el mismo final.
– AUTORES –
– GUSTARÁ
A los incondicionales de las narraciones históricas, especialmente las bélicas. A los aficionados a las novelas de aventuras con personajes rudos y directos en sus papeles de héroes, con o sin estruendo, o abyectos villanos. A los que gustan de la prosa ágil que permite avanzar, sin vericuetos, en una lectura dinámica y entretenida.
– NO GUSTARÁ
A quienes repele el tema de la guerra civil española. A los acérrimos partidarios de cualquier bando que solo quieran ver la paja en el ojo ajeno. A aquellos que prefieren la separación radical de lo novelado y lo estrictamente histórico.
– LA FRASE 
“La totalidad de los personajes de esta novela existieron y los hechos que contamos, mi hija y yo, tienen un carácter histórico. Escribo este libro en primera persona por comodidad narrativa, pero ella es tan autora como yo porque llevamos investigando juntos muchos años. No obstante, hemos retocado un poco los acontecimientos, las biografías y los diálogos por razones literarias”.
– RESEÑA
De nuevo la guerra civil española y los años inmediatamente posteriores se presenta ante nuestros ojos con toda su crudeza y dramatismo. A la ingente cantidad de libros y filmes sobre el tema, de toda laya, condición y tendencia, viene a sumarse hoy la obra de Juan Antonio Morales Gutiérrez y Belén Morales Pérez, que expande la visión de los autores a partir de su anterior ensayo de 2019 sobre los “Orígenes de la Guerra Civil en la comarca de Torrijos” y, seguramente, ampliará los motivos de reflexión para el lector interesado en el tema. Ya hablamos en la anterior reseña de que, aunque la obra de estos autores se circunscriba a un espacio y tiempo concreto de la contienda armada, esta es un ejemplo paradigmático del plano general de aquellos años convulsos para España. En lo particular se pueden entrever, con precisión, lo que luego se ampliaría a términos más extensos a lo largo de todo el territorio español.
En una suerte de caleidoscopio, a caballo entre la ficción narrativa, la evocación memorística y los hechos contrastados, los autores nos muestran, a grandes trazos, la foto de una España convulsa y en conflicto, digna del mejor olvido histórico y humano. Todas las regiones y provincias españolas pasaron por trances similares y lo que “Una memoria sin rencor” prioriza, con mayor foco en comarcas y pueblos de Toledo como Santa Olalla, Polán, Quismondo, Torrijos o Gerindote, se reprodujo en mayor o menor medida en cada centímetro cuadrado del territorio nacional.
Se hace bueno aquello de que todo está en el uno y el uno está en el todo (lo que está arriba es como lo que está abajo) y se pueden recorrer los caminos de los sentimientos, las virtudes y los defectos en ambas direcciones. Así, los autores vienen a mostrarnos como personas y personajes otrora pacíficos y sensatos, por mor del rencor, la incultura, el odio o la venganza se transformaron en asesinos despiadados. La narración de las atrocidades cometidas a ambos lados de las trincheras, físicas e ideológicas, se realiza de forma directa, ajena a toda lírica, que golpea contundentemente el ánimo del lector. El caldo de cultivo previo a las situaciones narradas por Juan Antonio Morales Gutiérrez y Belén Morales Pérez se remonta a un período tan amplio de la historia de España que ni siquiera admite aquí una mínima referencia, pero hace válido el conocido aforismo jurídico: «la causa de la causa es causa del mal causado».
Los autores, según ponen de manifiesto, han procurado el rigor y la ecuanimidad con los hechos históricos, al tiempo que la amenidad y el dinamismo literario preciso para conseguir una novela polivalente. El lector podrá optar, con el respeto debido a cualquier víctima inocente aludida, por acometer la lectura como mero “divertimento” y disfrutar de su dramática narrativa. También podrá detenerse en cualquiera de las referencias e hitos marcados para ampliar sus conocimientos sobre aspectos, algunos poco conocidos, de aquella gran tragedia. Los personajes, con el alcalde Adrián Rodríguez Calvo y el cura Liberio González (hoy beato) a la cabeza, seguidos por todos los demás protagonistas, están “dibujados” con claridad, sencillez y precisión. Así se facilita la inmersión en los entornos descritos y humaniza, en el sentido más amplio para bien y para mal, la esencia de la novela.
Una memoria sin rencor se nutre del amplio conocimiento documental e histórico de los autores para dar vida a la presente novela, como así demuestran en: Los orígenes de la Guerra Civil en la comarca de Torrijos. El acercamiento a unos hechos y al conocimiento que encierran estos depende de la sensibilidad del lector y de la forma en que acostumbre a adquirirlos. Podrá ser, bien, por el relato fiel y ensayístico de los hechos, o bien por la vertiente de la fórmula ficcional. Dos métodos complementarios para abordar una realidad que quiere divulgarse y darse a conocer como en el presente caso. Con el uso del relato histórico con tintes novelados, aunque basado en hechos reales, los autores dotan de un mayor dinamismo, empatía y cercanía a las escenas que quieren compartir.
Pocas veces, que sepamos, la conjunción realidad-ficción, en el tema que nos ocupa, ha tenido el equilibrio que nos ofrecen los autores. Es cierto que ha habido tratamientos, especialmente en el cine, con intenciones “asépticas” como: Mientras dure la guerra dirigida en 2019 por Alejandro Amenábar y escrita por este y Alejandro Hernández o, en tono humorístico, La vaquilla, estrenada en 1985 y dirigida por Luis García Berlanga con guion de este y de Rafael Azcona. Pero en lo que no se ha filmado o escrito como estrictamente histórico (incluso a veces también) ha primado lo tendencioso. Por eso, en primer lugar, hay que agradecer el esfuerzo de los autores por ofrecer al público este trabajo con la intensa labor de investigación que hay detrás y después su habilidad para plasmarlo en esta novela. Del recuerdo de lo que fuimos depende el futuro que nos consigamos dar entre todos.
RESEÑA: SARA KETTER Y LA FLOR DE LOS DESEOS – MARTA TOMÁS – EDITORIAL CALIGRAMA, 2022.
OBRA: SARA KETTER Y LA FLOR DE LOS DESEOS.
AUTORA: MARTA TOMÁS – INSTAGRAM – YOUTUBE – FACEBOOK
EDITORIAL: CALIGRAMA, 2022 – WEB
PÁGINAS: 234.
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– SINOPSIS –
Sara Ketter no recuerda nada de lo que sucedió después de subir al helicóptero que la recogió a ella y a sus padres del mar. Cuando recupera la conciencia en un hospital, le dicen que no han podido salvar a sus padres y que será llevada a un orfanato. En ese lugar descubre que tiene un don muy especial. Gracias a ello, recibe el encargo de salvar a una abuela que tiene el mismo don, por eso se escapa del orfanato y va en su búsqueda. Juntas tendrán que llevar a cabo una misión muy importante, plagada de peligros y de terribles consecuencias si no sale como desean.
– AUTORA –
Marta Tomàs nació en Figueras y vivió en la comarca del Alto Ampurdán hasta que se trasladó a estudiar a Barcelona a los diecisiete años. Cursó la licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas y ha trabajado en algunas agencias de comunicación desde entonces. Sus principales hobbies son escribir e inventar nuevos productos y artilugios. Desde joven participó en algunos concursos literarios y quedó finalista del premio Mercè Bayona i Codina en la categoría juvenil y tres años más tarde quedó ganadora del mismo. Desde hace un tiempo vive de nuevo en la provincia de Gerona, en un tranquilo pueblo desde donde escribió la historia que tienes entre las manos.
– GUSTARÁ
A los jóvenes que buscan lecturas que rompan la linealidad y clasicismo de la fábula tradicional. Pieza ideal para aquellos lectores que quieran ser sorprendidos por una fórmula narrativa diferente y cargada de aventuras, sucesos fantásticos y cambios de escenarios. Las aventuras de Sara Ketter serán del interés de aquellos que siempre han querido ponerse en la «piel» de otros seres (animales en concreto) para sentir como ellos. Los exploradores y aventureros de toda condición también son bienvenidos en este juego complejo de la búsqueda de una «piedra filosofal» diferente.
– NO GUSTARÁ
A los que cojan demasiado pronto la presente lectura y se pierdan en aquellos momentos de tono más adulto y narrativa más rebuscada y creativa. La inclusión de un buen número de elementos, tonos y escenarios en sus poco más de doscientas páginas puede llevar a algunos lectores a no terminar de asir con fuerza el hilo narrativo hacia donde le quiere llevar la autora. Sara Ketter y la flor de los deseos es una creación valiente que, precisamente por caminar por rutas fuera de pistas y mezclar elementos de lo más variado, se sale de la ordenada y directa tradición narrativa del cuento al uso.
– LA FRASE 
«¡La anciana Magda es un sol! Si algunas especies animales amenazadas de extinción han sobrevivido ha sido gracias a ella. Recuerdo cuando el lince estuvo en peligro a causa de los cazadores furtivos; esta mujer evitó que acabaran con él a través de eso que hace ella, bueno…, no sé exactamente qué es, puede hablar con los animales y las plantas de una manera que… las demás personas no podemos entender».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: Sara Ketter y la flor de los deseos, de Marta Tomás. Una alocada y rompedora fábula para un público de primeras lecturas juveniles. Mezcla y remezcla elementos, muy al gusto de la mentalidad de los primeros lectores que todavía no tienen estructuradas las narrativas habituales de un género literario en concreto, sea este de ficción o no. En la infancia, la suspensión de la credulidad que acompaña a toda obra literaria opera con un razonamiento más amplio que con los adultos. Los jóvenes lectores tienen un arco de fe literaria más extenso. No necesitan un acompañamiento de razonamientos y explicaciones que den plausibilidad a las historias que leen (o que les leen). Son maleables y tienden a aceptar de buen grado, dentro de un mínimo de coherencia interna, por supuesto, la mayoría de acontecimientos fantásticos que suceden a lo largo del texto. La presente obra da buena cuenta de ello. Mientras una lectura adulta y crítica se toparía con imposibles ejercicios de funambulismo narrativo, el niño dará por buenas premisas que desafían a la física y a las leyes de la lógica. Esto es, precisamente, lo que permite a los autores de literatura infantil y juvenil jugar con elementos que en otras edades serían de difícil encaje.
Y es que lo que le pasa a Sara Ketter es de aúpa. El comienzo está en consonancia con la tradición de la orfandad como disparadero del camino de superación. Una fórmula directa para situar al héroe (heroína en la presente obra) en una casilla de salida problemática al no poder contar con el referente de autoridad y formativo para crecer bajo la protección del hogar familiar. Charles Dickens, Roald Dahl, Michael Ende, Astrid Lindgren, Johanna Spyri, Lyman Frank Baum, Mark Twain, James Matthew Barrie, J.K. Rowling, Edgar Rice Burroughs o Rudyard Kipling. Todos ellos muestran personajes en situación de orfandad que han tenido que salir adelante por ellos mismos o bajo la tutela de tíos o abuelos. Algunos de ellos protectores y bienhechores pero, en la mayoría de las ocasiones, de oscuras intenciones.
Ante la injusticia, la semi esclavitud y la reclusión, Sara tomará una decisión que le hará arriesgar lo poco que tiene para ir a ayudar a un personaje que está tocado con un don único. Al mismo tiempo, la propia Sara descubrirá que tiene una característica diferenciadora que le permite tener una conexión íntima con el entorno que le rodea. Un primer episodio de licantropía y un encuentro con un personaje que recuerda a Myrtle la Llorona de la saga Harry Potter, será el disparadero para adentrarse en un mundo de posibilidades infinitas, pero no exento de responsabilidades y momentos agridulces. Cuando Sara se marca en firme la meta de salvar a la anciana Magda nada le frenará o eso quiere pensar ella.
Maldiciones, leyendas, acusaciones de brujería, una flor que es codiciada por los hombres por el poder que encierra en su interior… Un viaje alucinante de dos mujeres para proteger un bien muy valioso que no debe caer en malas manos que puedan distorsionar su poder y ser usado para prácticas tenebrosas. Sara y Magda serán perseguidas incansablemente por contrincantes poderosos, pero también contarán con ayudas puntuales de aliados de toda condición. Esto, unido al don que ambas atesoran y a su astucia, desembocará en una lucha sin cuartel para alcanzar una meta esquiva y llena de peligros.
Sara Ketter y la flor de los deseos aúna aventura juvenil clásica en donde el juego con los personajes de fábula es incuestionable. La conexión con la naturaleza y con la fauna en particular permite a la autora potenciar las peripecias de la protagonista que logra, con esfuerzo, mutar su piel y sus características según le dictan las circunstancias del momento. Este fantástico e imaginativo recurso narrativo permitirá a los jóvenes lectores ver el mundo tanto desde el aire como arrastrándose por el suelo con los ojos de la imaginación más desatada. Este mensaje de empatía medioambiental calará muy hondo en el lector. También, en el ámbito menos agradable, la presente novela dota de herramientas didácticas suficientes para que los pequeños lectores sepan que en el mundo existen personas malvadas, incluso en la aparente seguridad de los centros escolares, que deben ser señalados y denunciados por todos. Debe quedar muy claro que las garras de los malvados (malvadas en este caso) deben alejarse de las cándidas e ingenuas mentes de unos seres todavía en fase de aprendizaje y que, en la mayoría de ocasiones, no tienen la fuerza y el valor suficiente para rebelarse contra la tiranía. El caso de Sara Ketter es una rara avis de valentía si lo lleváramos al plano de la realidad cotidiana de denuncia y escape de los monstruos que habitan entre nosotros.
La presente obra cuenta con elementos del teatro de lo absurdo de Alicia en el país de las maravillas, de lo macabro de El flautista de Hamelín (que en este caso secuestra a los padres en lugar de a los niños), del folclore de seres de imaginación y leyenda, mitad humanos, mitad animales como: la esfinge, el centauro, la arpía, la sirena… También contiene trazas de moralejas narrativas de Iriarte, Samaniego y Esopo, pero todo ello actualizado a las nuevas temáticas contemporáneas. Todo un ejercicio de imaginación al servicio de la camaradería, la superación personal, el proteccionismo medioambiental, la salvaguarda de los seres queridos y la búsqueda de la justicia de aquellos que se sobreponen a los varapalos con los que golpea la vida.
RESEÑA: LOS ORÍGENES DE LA GUERRA CIVIL EN LA COMARCA DE TORRIJOS (1931 – 1945) – JUAN ANTONIO MORALES GUTIÉRREZ Y BELÉN MORALES PÉREZ – AUTOPUBLICACIÓN, 2020.
OBRA: LOS ORÍGENES DE LA GUERRA CIVIL EN LA COMARCA DE TORRIJOS (1931 – 1945)
AUTORES: JUAN ANTONIO MORALES GUTIÉRREZ – WEB – INSTAGRAM
BELÉN MORALES PÉREZ – LINKEDIN
EDITORIAL: AUTOPUBLICACIÓN, 2020.
PÁGINAS:512.
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– SINOPSIS –
Este libro nos da una visión de la Segunda República y la Guerra Civil en la comarca de Torrijos, hasta ahora desconocida. Después de publicaciones anteriores, con esta nueva obra se aborda lo acontecido en 23 poblaciones de dicha zona. La obra termina en un largo anexo con nombres y apellidos de las víctimas de la contienda en ambos bandos. Sus autores analizan el periodo republicano evitando hacer valoraciones morales subjetivas, que son sustituidas por multitud de citas documentales que deben ser interpretadas por el lector. Es este quien debe de dar respuesta a la leyenda negra sobre la violencia republicana y al desmoronamiento del orden público que condujo a la contienda.
– AUTORES –
– GUSTARÁ
A todos aquellos que buscan que el relato de los hechos de una obra de investigación esté lo más alejado posible de postulados adoctrinadores e intereses ideológicos. Aunque duela, la historia está jalonada de la sangre de los inocentes, la injusticia de los poderosos y la venganza entre iguales. No por tapar las vergüenzas estas desaparecen. La presente obra es para aquellos que sean capaces de ver la maldad y la bonhomía en ambos bandos. El presente ensayo expone los hechos para que el lector pueda tomar perspectiva informada de lo que supuso la guerra civil española en la comarca de Torrijos. Las conclusiones las pondrá el lector. Será también del interés de aquellos que conozcan o vivan en esta zona y quieran recordar hechos concretos que les contaron y ahora pueden leer.
– NO GUSTARÁ
A aquellos lectores a los que el presente tema no sea de su predilección o, a aquellos que, aunque les interese las cuestiones bélicas y, en concreto, de la guerra civil española, se les atragante al ser demasiado específica. Los orígenes de la Guerra Civil en la comarca de Torrijos, dada su concreción espacial, se puede quedar algo corta a aquellos que quieran acercarse a este conflicto armado desde un panorama más generalista.
– LA FRASE 
Albarreal de Tajo: Esta pacífica localidad de 577 habitantes, situada a la ribera del río Tajo, vivió de manera tranquila aquel verano de 1936. Solo perturbaron la paz, algunas intimidaciones que las juventudes comunistas y socialistas realizaron contra el cura párroco. Sin embargo, nada más comenzar la guerra, el Ayuntamiento se hizo cargo de las llaves de la iglesia para evitar una posible destrucción de las imágenes. El alcalde socialista, Daniel García-Silvestre Pérez, «Curato», recogió todos los objetos de valor dentro de la sacristía que cerró herméticamente. También el archivo parroquial permaneció intacto, así como el retablo del patrón de la villa, San Agustín. Sin embargo, la talla barroca central del templo sufrió algún desperfecto a manos de los jóvenes anticlericales revolucionarios.
Meses antes del golpe militar, el citado primer edil ya dejó claro a sus convecinos que no admitiría enfrentamientos violentos entre ellos. Así, en junio de 1936, acudió al Ayuntamiento para recoger su bastón de mando con el fin de disolver a «bastonazos» un conato de agresión entre jóvenes de ideología contraria. Por esta y otras razones, la revolución social que provocó el golpe militar se vivió de una manera más pacífica en Albarreal que en otras localidades vecinas. Así, bastantes residentes de pueblos colindantes, como Gerindote o Burujón, cambiaron de domicilio a aquella localidad gobernada por el mandatario municipal que controlaba los posibles desmanes del Comité. Así pues, no hubo derramamiento de sangre en todo aquel verano de 1936.
Sin embargo, el máximo mandatario y su concejal de confianza, Romualdo Marcial López, «Pescador», junto con Vicente González Duro «Fraile», fueron juzgados por los tribunales militares un año antes de acabar la contienda por su actuación en aquellos tres meses de julio, agosto y septiembre. Sería así el único alcalde de la comarca enjuiciado y absuelto en los primeros años de la guerra donde las sentencias eran absolutamente injustas. En estas fechas, años 1937 y 1938, en otras localidades de la comarca de Torrijos se estaban condenando a muerte a vecinos sin implicación alguna. La inusual indulgencia de los jueces militares de Toledo que dictaron la sentencia absolutoria, en julio de 1938, en favor de los tres acusados, sorprendió gratamente a sus familiares que no esperaban un fallo así. Pero leyendo el contenido de dicha resolución se hace más comprensible el veredicto:
«Durante la dominación roja en el pueblo de Albarreal de Tajo no se cometió delito alguno, ni contra las personas, ni contra las cosas. Y únicamente unas milicias forasteras, sin intervención de los detenidos, se llevaron 19 reses lanares de desecho, propiedad de don Eduardo Díaz Prieto, habiendo sido satisfecho el importe de los animales que también fueron comidos por personas de derechas del pueblo y por otras forasteras que huían de la aviación roja».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: Los orígenes de la Guerra Civil en la comarca de Torrijos (1931-1945). Un ensayo pormenorizado y analítico sobre el impacto de la contienda fratricida española (1936-1939) en una zona concreta de la provincia de Toledo: la comarca de Torrijos. A través de quinientas páginas los autores van desgranando las claves del impacto de la guerra en esta zona castellana. Desde los prolegómenos, pasando por el propio conflicto armado, hasta las consecuencias de este en las tierras y gentes del lugar. La presente obra, de mirada científica, intenta dar respuestas a hechos concretos que se han perdido en la memoria colectiva, pero que permanecen incólumes en la memoria particular de testigos, familiares y amigos de los que allí se batieron en duelo. Y es que algo que caracteriza a las luchas entre hermanos es la desdibujada línea del frente (hasta que esta se acaba afianzando con el tiempo). En un primer momento, el enemigo no se encuentra al otro lado de una frontera que pretende conquistar, sino en el piso de arriba, en el cuartel de enfrente de casa, en el bar, en el ayuntamiento, en la panadería, en los ojos del chico que te gusta al final de la calle o en el semblante de un familiar. El ejército enemigo no llega en formación por el horizonte con los primeros rayos de la mañana, sino que te aborda con nocturnidad y alevosía desde la misma plaza del pueblo en la que hacía escasas fechas habías celebrado las fiestas patronales o la comunión del niño.
Además de los puros razonamientos políticos y sociales que originaron la tormenta perfecta que conllevaría al conflicto armado, más abajo y fuera de los focos mediáticos, una serie de acontecimientos mínimos se dieron cita y fueron igual o más cruentos que la propia guerra abierta. Situaciones que apunta muy bien la película La trinchera infinita (Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga, 2019) por poner un simple ejemplo (hay decenas de ellos) en donde se muestra con perfección la «otra guerra». La de las rencillas y ajustes de cuentas entre vecinos, las envidias y venganzas entre familias que vienen de tiempos pasados, pero que pasan de generación en generación buscando un momento de anarquía en el que poder rebelarse. Una vez caída la moral y disuelto el orden legal establecido, el «homo homini lupus» saca sus dientes e intenta, aprovechando la cobertura del caos, sacar la mayor tajada, aunque tenga que dejar un reguero de cadáveres por el camino.
Los orígenes de la Guerra Civil en la comarca de Torrijos no es una obra genérica, de amplio espectro y con vocación de dar explicaciones generales sobre una guerra, que ya tiene obras de todo tipo de: historiadores, periodistas, investigadores, etc., cada uno de signo e idearios políticos diferentes. Desde la asepsia histórica hasta la militancia más exacerbada, todo, o casi todo, se ha escrito ya con relación a los grandes hechos, causas, consecuencias, momentos álgidos de la contienda, estrategia bélica, campañas militares, heroicidades y martirios de ambos bandos. Menos abundantes son las obras que, de la vasta bibliografía existente, analizan en detalle y sobre el terreno (ciertos datos solo habitan en la memoria de la proximidad) las historias mínimas que allí sucedieron. Estamos tan acostumbrados al discurso épico, glorioso, marcado por los vencedores, que nos olvidamos del concreto ser sufriente. Se dice que el vencedor escribe la historia: agrava los actos ignominiosos del enemigo y justifica o atenúa los propios. Y es que no debe olvidarse nunca que tras los discursos engolados, patrióticos, identitarios o ideológicos de los poderosos se encuentra el sudor de aquellos pobres hombres que deben batirse en un duelo no querido, pero de consecuencias brutales. Recordemos el film de Stanley Kubrick (Senderos de gloria, 1957).
Los autores dan, en el primer tercio de la obra, unas pinceladas generales sobre el impacto de la guerra en la comarca de Torrijos. Un vistazo de lo general a lo particular de la contienda, de las fechas, movimientos políticos y sociales más característicos de esta etapa, pero siempre con el reflejo de la concreción del lugar en el que enfocan sus esfuerzos investigativos. A partir de aquí y, tras unas fotografías que ayudarán al lector a poner en contexto la narración de los autores, la obra pasa a desglosar población por población, los nombres y apellidos de vecinos, corporaciones locales, párrocos y demás gremios y oficios que se vieron envueltos en una contienda mayoritariamente no querida y que cambiaría para siempre la vida de todos ellos. Si en algunos momentos comentábamos que la guerra es la excusa ideal para dirimir envidias inveteradas entre vecinos, también en el texto encontramos luz con nombres y apellidos. La de aquellos que protegieron a sus vecinos de distinto bando, dieron de comer al enemigo, ayudaron a fugarse o, sencillamente, hicieron lo posible para mantener la cohesión social entre toda la población para que no hubiese actos de violencia indeseada. A algunos, estos heroísmos les salvaron la vida, a otros ni siquiera el alma de buen samaritano les salvo de la quema. En muchas ocasiones eran los que venían de fuera y no tenían empatía ni lazos familiares o sociales alguno con los vecinos de tal o cual población, los que repartían justicia sin garantías ni defensa posible por parte de los acusados.
Juan Antonio Morales Gutiérrez y Belén Morales Pérez exponen una profunda investigación de un espacio y tiempo muy concretos y lo exprimen hasta el más mínimo detalle. Un ingente trabajo de documentación para ofrecer al lector un relato de los hechos pormenorizado sobre asuntos que no suelen tratarse en la literatura general de este género. Un trabajo excelso con nombres y apellidos que, en demasiadas ocasiones, se diluyen entre altisonantes titulares, narraciones épicas y relatos de los vencedores. El trabajo de búsqueda histórica de los autores es encomiable. El lector se dará cuenta de que la presente obra hace un esfuerzo por alejarse del sesgo de opinión. En su lugar ofrece un aluvión de datos, fotografías, testimonios, certificados, archivística, actas… Todo ello en aras de, si no alcanzarla, al menos sí acercarse lo más posible a la verdad.
RESEÑA: ERES LO QUE ESCUCHAS LP1 – ALBERTO CORDERO CONTRERAS – EDITORIAL NAZARÍ, 2021.
OBRA: ERES LO QUE ESCUCHAS LP1.
AUTOR: ALBERTO CORDERO CONTRERAS – TWITTER – FACEBOOK
EDITORIAL: EDITORIAL NAZARÍ, 2021 – WEB
PÁGINAS: 567.
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– SINOPSIS –
Alberto Cordero Contreras. Cuando Enola Gay del grupo británico OMD quemó los altavoces de mi casiotone color blanco, decidí impregnarme de la música bailada por mis progenitores en los guateques de antaño; de la movida madrileña, del Rock, del flamenco y de las coplas carnavalescas de mis hermanos o del Pop adolescente de mi hermana. El Jazz, el Soul o el Rap aparecieron más tarde al descubrir el ruido a pollo frito que hacía la aguja sobre el disco de vinilo. Mientras crecía en una tierra de oro y sal (Punta Umbría), tocaba en el piano cualquier canción que escuchaba. Un don que ordené cuando el Conservatorio de Música me otorgó los conocimientos necesarios para entender que aquellas teclas eran en realidad notas musicales. La MTV me reventó la cabeza una mañana de tantas en las que rebobinaba un casete con el boli BIC hasta que el CD me hipnotizó con su arcoíris particular. Con tanta música a mi alcance, acabé estudiando Magisterio de Música, profesión que ejerzo con pasión. A pesar de escribir canciones, poemas o cualquier cosa que alivie mi espíritu; nunca he sido capaz de publicar nada. Ahora, a mis cuarenta primaveras, deseo que mi primera novela remueva tus entrañas igual que lo hace aquella canción que guardas en lo más profundo de tu corazón.
– AUTOR –
Eres lo que escuchas es un recorrido por aquellas canciones que conforman nuestra personalidad, por las melodías que nos hacen volar, por las tonalidades que consuelan nuestra tristeza o por los acordes que nos llenan de felicidad. Un fascinante concierto que viviremos a través del alma de TGJ (The Gizzy Jazz), grupo surgido en las complicadas y apestosas calles de Hell’s Kitchen. La vida de sus cuatro músicos cambiará para siempre aquel fatídico 8 de diciembre de 1980, cuando John Lennon es disparado por la espalda en la puerta del edificio Dakota en Nueva York.
– GUSTARÁ
A un arco amplio entre los melómanos más exquisitos y los aficionados a la música en general, siempre que los primeros sepan que aquí se van a encontrar una pieza de ficción y no un manual académico. Eres lo que escuchas LP1 será del interés de todos aquellos que los guiños, los homenajes y los datos de una de sus aficiones predilectas son materiales muy queridos en sus lecturas. También gustará a aquellos lectores de thrillers inspirados en hechos reales y con premisas del tipo: ¿qué hubiera pasado si…?
– NO GUSTARÁ
A aquellos a los que siempre se les ha atragantado el mundo musical o a los que todo lo que les suene anterior al siglo XXI lo encasillan en algo viejo y pasado de moda. Para aquellos que solo abrazan sintetizadores, arreglos vocales y ritmos latinos de nueva generación no les interesará el desmadre a la antigua usanza, desde los grandes espacios como Woodstock a pequeños pubs de Liverpool. Puede que los puristas y aficionados al noir más descriptivo, policial y detallista se les pueda quedar algo corta esta propuesta.
– LA FRASE 
«Mientras tanto, los restos de John Lennon fueron cremados ese mismo día en el Ferncliff Cementery en Westchester. Su cónyuge -Yoko Ono- decidió no hacer ningún funeral por él. Millones de personas se reunirían en Central Park cuatro días después para dedicarle diez minutos de silencio a petición de su esposa».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar, Eres lo que escuchas LP1, de Alberto Cordero Contreras. Todo un Long play con cara A y B donde el protagonismo absoluto es de la música. Desde el formato elegido como puesta en escena de la obra al contenido de esta, aquí tenemos una pieza especial que reivindica el vehículo sonoro fijado en páginas de papel, pero que huelen a vinilo. El autor no emplea la música como complemento o excusa narrativa para adornar su obra, sino que esta es del todo inseparable de la trama. No es simplemente un listado de canciones para aderezar y salpimentar la lectura; no se limita a introducir códigos de Spotify para amenizar al lector con listas más o menos relacionadas con las secuencias que se van sucediendo. Eres lo que escuchas LP1 es una pieza musical en sí misma en forma y fondo. A nadie que no ame profundamente este arte se le podría ocurrir tratar con tanto mimo este espacio narrativo.
Antes de que la industria musical copase los medios y los soportes donde acceden los usuarios, hubo un tiempo, incluso anterior al analógico, donde el músico, cantante o compositor se encontraba delante del propio oyente. Sin soporte donde almacenar la melodía, esta se la llevaba el viento y el recuerdo de los espectadores. Desde los primeros percusionistas, chamanes, cánticos religiosos, bardos, bufones, poetas o cuentacuentos, hasta los más modernos profesionales instrumentales, la música quedaba limitada al oído próximo y presente del oyente. Así se sucedían las lecturas dramatizadas con ritmo en verso, las veladas de piano, los coros de rezos o mantras hinduistas o budistas, el folclore popular y festivo. Luego llegó la industria y sus soportes y enjauló, para siempre, las canciones que antes tenían una vida útil igual a la interpretación de la misma. Podían quedar impresas en un pentagrama, pero se necesitaba un experto que supiera leer y dar vida a lo que allí permanecía dormido. Hoy en día toda la historia de la música se encuentra a una distancia de un clic de nosotros. Todo es más fácil y cómodo, al tiempo que es más olvidable y menos relevante. La acumulación de oferta impide degustar como se merece el trabajo del autor. Eres lo que escuchas LP1 funciona como aquellas primeras compras de LP’s o cintas de casete. Tanto por el coste del producto como por la dificultad del avance o retroceso de las canciones, así como por el engorro de cambiar de soporte, el oyente escuchaba los discos o cintas una y otra vez hasta que se las aprendía de memoria. De esta manera cual canciones de misa o infantiles, estas quedaban grabadas indeleblemente en la mente. Ahora todo ha cambiado, la radiofórmula, el efecto «canción del verano», los programas televisivos que priman el espectáculo a la calidad y un largo etcétera hacen que la calidad caiga en picado. Lo que hoy suena, en su gran mayoría, no será recordado. Mientras tanto, The Beatles seguirán en su trono eterno.
Las buenas noticias llegan al saber que alguien sigue mimando la música y a sus intérpretes inmortales. Alberto Cordero Contreras, al igual que la segunda juventud que estamos viviendo de la música en directo, tanto en grandes como en pequeños aforos, con artistas consagrados, pero también con grupos indies, desliza su reivindicación pacífica en forma de acordes. Estos dan forma a una historia de sueños, aparentemente inalcanzables, pero que, al menos, no dejan de subir escalón a escalón, aunque nunca lleguen a la cima. El autor propone una Soundtrack que pondría en serias dificultades a un DJ novel, ya que la elección principal de temas de entre los sesenta y ochenta es de lo más variopinto. Siempre hay que desconfiar de quien dice que le gusta la música, pero inmediatamente desecha un amplio espectro de géneros, artistas o movimientos. Misma desconfianza que hay que brindarle a aquel que dice que le gusta la comida al tiempo que desdeña ingredientes, procedencia o distintas formas de cocinado. Aquí las canciones no solo se mencionan de pasada, sino que son parte principal de la trama.
Pero la obra que tenemos entre manos no solo se trata de un homenaje musical. Se muestra como una novela con tintes de thriller negro de asesino que bebe de elementos del famoso club de los 27 con Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain o Amy Winehouse como máximos exponentes. El autor juega con la cierta duda que generaron algunas de las causas de estos fallecimientos para armar una trama absorbente de investigación criminal. La intriga que urde el autor hace fluir una narración en paralelo a lo largo de varias líneas temporales durante dos partes (Cara A y B). Son cuatro los protagonistas principales de la novela que cuenta también con interesantes secundarios. Este número mágico se verá golpeado, como lo fue la sociedad del momento, con el asesinato de John Lennon a las puertas del edificio Dakota (uno de los emblemas de la ciudad de Nueva York por sus constantes reveses). La filmación de los exteriores de La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968) solo sirvió para apuntalar su mala fama. Fama que elevó a El guardián entre el centeno de J.D. Salinger, libro que portaba el asesino de Lennon, al altar de icono literario. Este suceso golpeó a la sociedad norteamericana, como también lo hicieron la llegada del hombre a la luna, la guerra de Vietnam, el asesinato de J.F.K., el Watergate, o el derribo de las torres gemelas. La muerte de Lennon sirve de disparadero creativo y motivacional para el cuarteto que presenta Alberto Cordero Contreras.
El autor integra trama y pasión musical en un tono que es de fácil asimilación por todo tipo de lectores, aunque aquellos que vibren al son de la música sacarán mucho más provecho de la obra. Para los no melómanos o para aquellos que hayan vivido debajo de las piedras durante los últimos cincuenta años tampoco les será difícil seguir el ritmo de la batuta del autor. Gracias a su lenguaje sencillo y asequible, así como por el intensivo uso de los diálogos, los interludios en forma de diario, las descripciones ligeras y los cambios de escenario, el lector recorrerá el mundo creado por Alberto Cordero Contreras de una forma intensa y entretenida. Pese a la extensión de la novela, el contenido galopa a buen ritmo. La lectura del pentagrama no está atestada de notas barrocas y tachones. El lector que aterrice en esta melodía y alcance el momento del estribillo quedará prendado de un mundo que el autor reivindica como inicio y final de todas las cosas. Al fin y al cabo estamos hechos de canciones, poemas, amistades, amores, charlas de sobremesa, películas y conversaciones en buena compañía. Más allá de todo eso se extiende el abismo. ¿Tendremos LP2? Sigan al autor…
RESEÑA: SUPERVILLANO – PETER POORT – EDITORIAL CALIGRAMA, 2022.
OBRA: SUPERVILLANO
AUTOR: PETER POORT – WEB – FACEBOOK – INSTAGRAM
EDITORIAL: CALIGRAMA, 2022 – WEB
PÁGINAS: 365.
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ
– SINOPSIS –
Supervillano es una novela adulta de superhéroes que narra la vida de Don J. Grant, a través de una serie de entrevistas y reportajes, en los que varios de sus conocidos, desde su propia madre, compañeros, socios y colaboradores hasta su archienemigo, el gran y vanidoso superhéroe americano al que todo el mundo conoce como SuperMagnífico, desgranan rasgos de su personalidad contando anécdotas sobre su infancia, adolescencia, su auge y su caída. Supervillano nos presenta a un villano humano, brillante, cercano y bienintencionado que es consciente de tener una mente privilegiada y de su obligación moral de imponer sus postulados sobre una sociedad que, a su juicio, es a veces irresponsable e incapaz. Supervillano es una reflexión de las motivaciones de los grandes malvados, pero también de su lado menos tenebroso, que nos lleva a reflexionar sobre las motivaciones, a veces justas, que impulsan a los grandes monstruos de nuestra sociedad. También ahonda en el reverso oscuro que incluso los más justos tienen. Una novela con personajes complejos que muestran todas las caras de la naturaleza humana. Supervillano es una historia que te mantendrá en vilo hasta la última palabra.
– AUTOR –
Peter Poort (Barcelona, 1978) es músico, escritor, economista, asesor financiero y especialista en marketing. Es autor de varios libros y ensayos, entre los cuales ha publicado las dos primeras entregas de su trilogía «Bizarre», El emperador: Aventuras póstumas del cadáver equivocado y La bruja: Revuelto de mar y montaña para todas las edades. Asimismo, es autor de la micronovela por entregas Vulnerable, que se publica semanalmente desde su blog personal.
– GUSTARÁ
Supervillano gustará a todo lector que se deje sorprender por formatos narrativos diferentes a los habituales del mercado literario actual. La presente obra interesará a los que se plantean los papeles, roles y ética de héroes, superhéroes, villanos y supervillanos más allá de universos grandilocuentes de Dc o Marvel. La presente obra reflexiona acerca de la limitación del poder en su última instancia. Se acerca más a The boys que a las Infinity Wars. Se plantea la relación entre el poder civil y el poder militar. ¿Cómo actuar cuando la escalada de la fuerza es imparable? El ritmo de la obra de estilo periodístico rocanrolero hace que su lectura se pegue a la realidad presente de una manera dinámica y desenfrenada.
– NO GUSTARÁ
A aquellos amantes del narrador único, omnisciente y del camino marcado de la novela tradicional en la forma de presentar sucesos y personajes. Supervillano no es una narración tradicional de cómic de superhéroes, así que podría defraudar a quienes buscan en ella solo eso. La presente novela indaga por muchos resquicios y temas, pesca en varios caladeros, alternando fases costumbristas contemporáneas con momentos de estallidos y capas al vuelo.
– LA FRASE 
«América necesita un nuevo protector, un patriota capaz de poner fin a esta situación y de volver a conducir al país a la grandeza que siempre lo ha caracterizado. Ese es el papel que voy a desempeñar durante los próximos meses, siempre con su ayuda y colaboración».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar, Supervillano de Peter Poort, un acercamiento a una elegía contemporánea en la que un nutrido grupo de personajes pivotan en torno a un eje central: Don. J. Grant. La presente obra se construye por aproximaciones. Cada personaje secundario forma un puzle de un universo que solo él conoce sobre la figura omnipresente del legado del fallecido. Al contrario que en Cinco horas con Mario (Miguel Delibes, 1966) donde el protagonismo es casi hegemónico de la esposa del finado, que rememora pormenorizadamente su vida y obra, en Supervillano serán muchos los que se acerquen a la figura controvertida del protagonista. Cuando llega la muerte y se atraviesa la última frontera, es el momento del recuerdo sentimental para unos y la rendición de cuentas para otros que no tuvieron el valor de exigirlas en vida. Con el relato que se construye de los hechos y de la justificación e interpretación de los mismos, se fija la historia que forja el destino del fallecido. Héroe para unos, villano para otros. La historia trata su memoria con poca fiabilidad, en ocasiones, dependiendo de quien la escriba. Supervillano es el relato de un personaje devorado por los testigos de su vida que pedirá al lector que ejecute su juicio final: condena o absolución.
En la propia composición de la novela hay un elemento importante a destacar. Como ya hemos indicado, el formato utilizado se asemeja mucho al género periodístico. Se van destapando tramas, personajes, puntos de vista, contradicciones… Todo un macro reportaje que, llevado al mundo superheroico, alcanza la cúspide de las dos franquicias más relevantes del género: los periódicos Daily Bugle y Daily Planet. Ambos medios a lo largo de los años han fluctuado entre señalar a los buques insignias de cada casa como héroes o villanos: Spiderman y Superman siempre les ha tocado lidiar con el impacto que sus actos generan en la sociedad. El temor a que un superhéroe se rebele siempre planea por la ficción superheroica. Es el famoso Who watches the watchmen? (¿Quién vigila a los vigilantes?) del eterno Watchmen de Alan Moore. Una delgada línea que ponen de manifiesto y ejemplifican los personajes de The boys, con Patriota como máximo referente. También tenemos un guiño al Superman, hijo rojo de Mark Millar.
Entrevistas, declaraciones, recuerdos, homenajes, testimonios, discursos, programas de radio. Todo está a disposición del autor para perfilar la figura del protagonista que habla por todos ellos: los que le quieren, los que le odian, los que le justifican, los de mirada más objetiva y los que tienen intereses en tergiversar su recuerdo. Desde la óptica más exagerada, hasta la más parca y aséptica en palabras, todos ellos están al servicio del lector. Todos apuntan pinceladas más o menos interesadas. El carácter, personalidad y motivación del protagonista irá mostrándose gradualmente. El lector, que al principio podría entender como suficiente que el protagonista sea fijado lo antes posible para meterse en harina, se irá adaptando al juego del autor de dar pequeñas cápsulas de información, algunas interconectadas, otras en compartimentos estancos. Todo ello lleva a comprender el mundo bursátil en el que se mueve el protagonista.
Con estos testimonios cruzados iremos entrando en el arma de dominio contemporáneo: la economía. Conoceremos el funcionamiento de ciertas herramientas que dan ventaja a los más listos de la clase. Una fusión entre la genialidad matemática, los algoritmos, las profecías autocumplidas o efecto Pigmalión y la teoría del caos. De la mano de la economía van las redes tecnológicas modernas, las que vulneran la privacidad del ciudadano para acomodar su oferta a la demanda. Una impune compra y venta de bases de datos que pretenden amordazar de un lado y potenciar el consumo capitalista del otro. Todo un camino sin retorno de claroscuros en el que Don J. Grant involucrará a todo su entorno sin escrúpulo alguno para alzarse como el caballo ganador de su tiempo. Una mezcla del carisma de Tony Stark, la trascendencia y visión de Steve Jobs y la soberbia de Elon Musk. Una mente brillante que, en un paso final, quiere llegar a alcanzar una de las premisas clásicas de la ciencia ficción mostradas por las precogs de Minority Report o por el matemático Hari Seldon de Fundación. Supervillano es toda una declaración en firme de las memorias de un ser único y trascendente.
Peter Poort ha creado una novela (crónica) poliédrica con nutridos puntos de vista. La trama se va deslizando por el texto con sutileza. Los diferentes narradores dotan a la presente obra de una notable riqueza de ángulos descriptivos. Tiene brío y es dinámica. El autor consigue mantener el interés acerca de un personaje que despierta odios y pasiones a partes iguales. Supervillano funciona como pieza de ficción especulativa y tecnológica, así como de reflexión de la actualidad histórica: interconexión e interdependencia, limitación de poderes, transhumanismo, equilibrio armamentístico, política de bloques, poderes económicos y transformación del mercado por las altas esferas. El autor también expone cómo encaja todo lo anterior en el ámbito privado y personal de cada sujeto cuando las sociedades se convierten en meros rudimentos individualistas al servicio de las élites.
Por cierto, nos ha gustado el detalle de reencontrarnos con don Ciccio. No diremos nada más. El que sabe, sabe. («Mi padre se llamaba Antonio Andolini, y esto es para usted»).
RESEÑA: ¡APÁRTATE, DESCARRIADA! – ANTONIA ROBERTO PÉREZ – EDITORIAL ALHULIA, 2022.
TÍTULO: ¡APÁRTATE, DESCARRIADA!
AUTORA: ANTONIA ROBERTO PÉREZ – INSTAGRAM – FACEBOOK
EDITORIAL: EDITORIAL ALHULIA, 2022 – WEB
PÁGINAS: 482.
¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ
– SINOPSIS –
La mujer suele soportar muchos pesares al subir las escaleras de su propia vida, obligada a transitar por terrenos empinados calzando incómodos tacones. En la década de los cuarenta, lamiéndose aún las heridas de la guerra fratricida, las mujeres estaban atenazadas por las convenciones, limitadas por el silencio impuesto, asustadas por las todavía presentes represalias contra sus familias y viviendo una dualidad vital que agrandaba las distancias entre sus actuaciones, sus decisiones y sus verdaderos sentimientos, que se quedaban encerrados en el sótano del alma. En ¡Apártate, descarriada! se narra la historia, entre otras, de una mujer obligada, por determinadas circunstancias derivadas de las actuaciones de los hombres, a ganarse la vida como prostituta en una de las casas de tolerancia legalizadas por el Régimen. Allí comienza una relación apasionada y sincera con un joven burgués y «respetable» de aquella España constreñida por la penuria, la escasez de alimentos, el aislamiento internacional, la omnipresencia de la Iglesia, la censura y la fuerza de las instituciones establecidas por la Dictadura. Ella luchará con todas sus fuerzas por derribar los muros y las injusticias de los que la condenaron y conseguirá convertirse en una mujer independiente y fuerte. Ellos pisarán las alfombras de flores mientras la nueva Teresa recorrerá su propio camino calzando sus propios tacones.
– AUTORA –
Nació en Vélez-Málaga en 1955. Licenciada por la Universidad Complutense en Filología Hispánica, especialidad de Literatura Hispánica, en 1977, muy pronto empieza a impartir clases como profesora de Lengua y Literatura en diferentes localidades andaluzas y posteriormente en Francia y Marruecos. Amante de los libros y eterna lectora, ha publicado varios estudios y ensayos sobre autores consagrados, destacando su inclinación por Valle-Inclán, amén de una incursión histórica con la publicación de un libro sobre la historia compartida entre Tetuán y España durante el Protectorado español en Marruecos. Ha impartido cursos y ponencias sobre diferentes temas y vertientes literarias, y ha dictado conferencias, especialmente sobre Cervantes y Lorca, y sobre la situación de los escritores durante nuestra guerra civil. Actualmente retirada de la docencia tras treinta y ocho años de vida laboral, emprende la aventura de escribir su primera obra de ficción con esta novela intimista.
– GUSTARÁ
Cuando una obra exuda literatura por sus cuatro costados podríamos creer que gustará a todo el aficionado lector, pero esto no siempre es así. ¡Apártate, descarriada! será del interés de los lectores de las buenas historias narradas por una mano firme que conoce el oficio. Será absorbida con mayor deleite por quienes ya tienen una buena mochila lectora a sus espaldas, pero podría alejarse de los lectores de novela rauda, frenética y cargada de ritmo cinematográfico. Esta obra gana por la descripción quirúrgica de un tiempo pasado en el que la voz de las sensibilidades femeninas resuena con fuerza.
– NO GUSTARÁ
A los lectores voraces que prefieren productos de consumo rápido puede que, las casi quinientas páginas de la presente obra, se les puedan atravesar. Tampoco será la lectura predilecta de aquellos amantes del espectro thriller, de giros inesperados y fuegos de artificio narrativo. ¡Apártate, descarriada! habla desde la pausa, el conocimiento del lenguaje y la pintura profunda de la psique de sus actores.
– LA FRASE 
«… A Madam Frufrú no le gustaba que se vistieran del mismo color, decía que <<el escaparate>> debía ser variado y multicolor para los clientes, y ambas se habían empeñado en escoger vestidos rojos para esa tarde que se esperaba movidita. Orquídea, a la que le gustaba más una discusión que a un viejo verde una niña virgen, se metió en palabras ajenas, lengúetona y machopingo, también para variar…»
– RESEÑA
Según María Garzón, redactora del medio Sensacine, a 15 de julio de 2022, la película Pretty Woman se ha emitido treinta veces en abierto en la televisión española, con unas cuotas de audiencia de entre el 55,6% (en su primera emisión en TVE en 1994) y el 11,5%. La película dirigida por Garry Marschall y protagonizada por la mítica pareja de Richard Gere y Julia Roberts nunca ha bajado del millón de espectadores. En la mayoría de las ocasiones ha sido la emisión más vista del día. Curioso fenómeno que va más allá del carisma de los actores. Hay algo más profundo en la proyección narrativa y en la curva de aprendizaje de estos protagonistas. Algo poderoso persiste en el clásico arco argumental del patito feo que se convierte en cisne. El concepto de My Fair Lady siempre ha planeado en la narración de superación personal de los personajes femeninos. Mientras que el arco de superación masculino tradicional va por otros derroteros más cercanos al desarrollo del héroe aventurero, el femenino se ha tenido que enfrentar a desafíos y pruebas diferentes, casi siempre orientadas a su condición en la sociedad que le ha tocado vivir.
Los problemas por superar de hombres y mujeres, tanto en la narrativa de ficción como en la realidad, que no dejan de ser estos últimos espejo de los primeros, son el reflejo de la historia cultural, antropológica y de la propia biología de ambos sexos. El cliché de cenicienta, de bella durmiente o de cualquier princesa desvalida que tiene que ser salvada por un príncipe apuesto y de abultada faltriquera y posición, es una premisa básica y razonada de todo relato clásico. Pero los tiempos cambian. La independencia económica, el desligamiento de los cuidados de la progenie y del hogar, la tecnificación progresiva de las labores más duras y demás signos de arrojo conllevan a que las mujeres puedan encarar nuevos tiempos de igualdad en derechos y obligaciones, que es lo que se le pide a toda sociedad democrática contemporánea. En ¡Apártate, descarriada! nos encontramos a una joven en tiempos de dictadura. Momento histórico en el que la hipocresía se muestra de manera palpable en toda sociedad que esté bajo su yugo. De manera especial es en las clases poderosas y adineradas donde más se pone de manifiesto. <<Consejos vendo que para mí no tengo>> que diría aquel. Y es que no es posible ponerle puertas al campo. Ni la huelga de Lisístrata pudo ser indefinida, ni la prohibición del alcohol en EE. UU. llegó a superar unos escasos diez años. Toda prohibición tiene una mejor o peor justificación, pero si no se encuentra en el ADN de la propia cultura o en la ética personal es muy difícil que prospere. ¿Y qué decir de la acuñada como profesión más antigua del mundo? Pues que en sus muchas ramificaciones, formas y contextos seguirá abriéndose paso mientras exista oferta y demanda.
En la presente novela, Antonia Roberto Pérez nos presenta un jardín de flores diversas que ejercen su profesión en una casa de moral distraída a la que acuden a probar sus mieles avispones de toda condición. Este lupanar, conocido por todos en privado, pero del que se reniega en público, es el centro inicial de la novela. Está regentado por una flor ya adulta y marchita que trata de que las más jóvenes cumplan el propósito para el que están destinadas y así puedan regar su cuenta corriente con los servicios íntimos que ella ya no puede ofrecer. Tenemos entonces una cenicienta (de saldo y esquina que diría Sabina), un príncipe medianamente azul y varias madrastras/celestinas. Partimos de esta premisa para seguir muy de cerca las correrías de Teresa (su nombre fuera del jardín de flores) en su lucha por alcanzar un estatus que le aleje de su precaria situación presente. Ya en la propia portada de la novela vemos el cuerpo de una mujer sin rostro, triste realidad de una profesión de facciones olvidables y cambiantes. Dos elementos nos llaman la atención: el color amarillo y los zapatos de tacón de distintas tonalidades. El tono amarillo tiene la dualidad de ser de una parte, alegría, lozanía, creatividad, optimismo, juventud, opulencia, luz, pero también es el color de la tentación, la curiosidad, el complejo o lo prohibido. No es casual que la portada de la primera edición inglesa de Drácula (Bram Stoker, 1897) sea amarilla, cuando hoy en día el rojo y el negro predominan en sus nuevas ediciones. Tampoco es coincidencia el título empleado en El misterio del cuarto amarillo (Gaston Leroux, 1907). Al igual que tampoco es casual el tono amarillo del vestido de Emma Stone en la película La La Land (Damien Chazelle, 2016). Teresa bogará entre varios de los significados de este color, entre la luz de los sueños y las pesadillas de la realidad.
Respecto al estilo y al lenguaje empleado, la autora hace gala de su formación literaria y experiencia docente para adecuar la voz y el tono a una España que tiene todavía muy cercana su guerra fratricida y en la que la rigidez de las costumbres no se irá relajando hasta entrados los años cincuenta. Utiliza un lenguaje y estilo descriptivo sencillo, pero elegante. No pretende apabullar con descripciones pormenorizadas ni con recursos elevados a los lectores, aunque podría. En cambio, la limpieza de su prosa y la concreción del lenguaje se ponen a disposición de la trama para que esta pueda avanzar con naturalidad. Expone, con acierto, los elementos más destacados de la historia que pretende trasladar al lector sin marearlo innecesariamente con prolijos vericuetos genealógicos o laberínticos senderos sin retorno. La autora pone el foco en los sentimientos de los personajes y en los lazos que los unen y separan dentro de un contexto que se amolda a la imaginación del lector con facilidad. La pintura de cómo se desarrollan y se protegen los personajes según sus características morales e intereses particulares logra inmediatamente la empatía del lector. Son tiempos revueltos en los que conviven una generación nacionalcatólica fiel a la rectitud con otra, que quiere abrirse a un mundo nuevo en el que dejar la guerra atrás y experimentar el desenfreno del amor y la vida.
Antonia Roberto Pérez utiliza un original uso formal de los diálogos al intercalarlos de tal manera en la descripción que suenan con mucha más fuerza. Cortos, callejeros y apretados. Dan una sensación de charla fluida y trepidante entre los varios personajes que a veces se juntan para conspirar y maquinar el designio de los hombres. Estos utilizan la violencia como método opresor clásico, pero serán las mujeres mediante el uso de métodos más discretos y elaborados los que consigan sus objetivos. En ¡Apártate, descarriada! somos testigos del poder femenino en la elaboración de un fuerte hilo de Ariadna para atravesar cualquier afrenta masculina. Son varios los personajes de esta novela que confabulan, mediante las artes de la estrategia y la paciencia metódica, para alcanzar fórmulas con las que acercar el ascua a su sardina y, así, salirse con la suya.
Respecto a la voz de los personajes, la autora ha realizado un gran esfuerzo y trabajo en modularlas e integrarlas en sus respectivas clases sociales. La jerga fluye, acota la temporalidad de la novela y ayuda a la inmersión en la misma. Trae a primera línea fórmulas ya perdidas del trato personal. Introduce vida y animación en la lucha de intenciones y pretensiones contrapuestas de cada uno de los protagonistas y actores secundarios.
Son tiempos de «la santísima trinidad local» formada por el alcalde, el párroco y un oficial de la Guardia Civil. Quienes lo recuerden, lo hayan estudiado, o se hayan topado con ellos en la ficción, sabrán saborear con fruición esta época del blanco y negro, de hipocresía social, hambre que hacía espabilar, rencillas familiares aún no depuradas, envidias inveteradas y miedo a sacar los pies del tiesto. Ya lo comenta un personaje en un momento dado <<El hombre es fuego, la mujer estopa… Viene el diablo y sopla>>. Esto ocurre en una escena de la obra que nos hace rememorar su faceta más esperpéntica y sarcástica con el Régimen, trasladada a la película Amanece que no es poco (José Luis Cuerda, 1989): “Como sabéis, mañana hay elecciones y siguiendo nuestra costumbre tenemos que decidir primero quién se presenta a puta, segundo quienes se presentan a adúlteras, tercero si hay alguna que quiere meterse monja y cuarto si hay alguna que le interese ser marimacho”. Recordemos también la sátira de la Escopeta nacional (Luis García Berlanga,1978): «Lo que yo he unido en la tierra no lo separa ni Dios en el cielo» pronunciada por el personaje del párroco, encarnado por un genial Agustín González, da una pista muy interesante de la hipocresía confesional de la época.
¡Apártate, descarriada! tiene mucho para su disfrute sosegado. El ritmo de una pequeña localidad y la idiosincrasia de sus gentes es el pilar de la obra. Los nexos discursivos entre todos ellos son interesantísimos. Hay enredo y tragicomedia de Lope de Vega, desazón de Carmen Laforet, mordacidad de García Berlanga, incluso burlesque y vodevil a lo entremés cervantino. Y, sobrevolando por encima de todo, un irrefrenable canto a la libertad, al amor adolescente y a la lucha por la rotura de los mecanismos tradicionales de adoctrinamiento social y político que lastran la vida de aquellos que son culpables de soñar con una vida mejor.
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