Un viaje hacia el apasionante mundo de Tinder y el ligue on-line, escrito desde la perspectiva y la experiencia de alguien muy peculiar, yo, el autor de este libro. Si siempre has querido saber cómo funciona esto, y nunca te has atrevido a preguntarlo, estás de enhorabuena, te lo voy a contar.
– AUTOR –
Ingeniero, intuitivo, directo, fotógrafo, navegante. Prefiero un café a chats eternos. Me encanta viajar, las artes marciales, la poseía y el arte.
– GUSTARÁ
A aquellos usuarios de Tinder o de cualquier otra aplicación de citas, así como a todos aquellos que se estén planteando entrar al juego de esta nueva forma de relacionarse. También será del interés de los lectores que prefieran ver el toro desde la barrera pero que después de oír tantas historias de amigos, compañeros y familiares tienen curiosidad para saber qué se cuece ahí dentro y de sí todo lo que les cuentan es verdad o son meras exageraciones.
– NO GUSTARÁ
Como no podría ser otra manera, no será del interés de todos aquellos lectores a los que este mundo no les levante ni un ápice de curiosidad. Tampoco será del interés de los lectores de narrativa en los que sin introducción, nudo y desenlace se quedan a medias o de aquellos que piensan que con la información contenida en este ejemplar se convertirán, automáticamente, en el centro del deseo irresistible de Tinder.
– LA FRASE
«El patrón del cortejo heteropatriarcal parece estar, por tanto, grabado a fuego en las mentes, si no inicias tú la conversación, nada de nada. También es necesario que seas tú quien mantiene viva la llama de la conversación, en cuanto paras, la llama se extingue. Vista mi experiencia en este mes, no me extraña la frase que veo tantas veces escrita en el perfil de algunas, preguntándose por qué hay tantos chicos que después de un match no hablan. Muy sencillo, ¿por qué tenemos que llevar el peso de esto los hombres? Probad a hablar vosotras y a lo mejor ya no hace falta que os quejéis. Hace veinte años se ligaba de una forma, hoy no. Tal y como yo lo veo, o me muestras un interés y ese interés es mutuo, o paso. Sencillamente la oferta es <<muy>> grande. No tengo edad para dorar la píldora ni para dar vueltas como un urogallo».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: t: un mar de citas. La experiencia del autor en una de las webs de citas más importantes del mundo. Un nuevo espacio digital que se suma a todos los demás que se han desarrollado desde que Internet cogió impulso a principio del siglo XXI. Desde el principio de la aparición de esta herramienta de comunicación, la más importante desde la invención del teléfono, los diferentes usuarios han buscado la conexión entre ellos. Antes de Internet fueron los teleparties telefónicos. Ya en la era digital llegaron los chats y los messengers, luego las redes sociales. Facebook, hoy bastante desfasada y para un público muy concreto de cierta edad (apenas existen jóvenes ya que se decanten por esta aplicación). Twitter ha quedado para la discusión, los hilos, las denuncias, las noticias en tiempo real, trending topics (tendencias del momento), las controversias de toda índole y la polémica reiterada. Lo pujante en estos momentos para relacionarse es Instagram y TikTok de un lado, y el mundo streamer (aquel que transmite en directo por plataformas tipo Twitch, Youtube, etc). La intimidad se comparte, se muestra, se ensalza y se ingresa dinero por ella.
Con un pujante mercado de aplicaciones, cada vez más especializadas, quedaba centrarse en lo que se desarrollaba en otras plataformas de una manera casual, pero centralizándolo en un público concreto con un algoritmo específico para ello. Los creadores de este nuevo mundo encontraron el nicho de mercado perfecto en la necesidad de relacionarse de muchos usuarios de la red que lo hacían a tientas sin saber, a ciencia cierta, si practicaban el mismo juego que con quien conectaban. Vamos, como en la vida real en un bar cualquiera. Los creadores, Sean Rad en concreto en el caso de Tinder, cubrió la necesidad y se planteó juntar a todos esos corazones solitarios que picaban de aquí y allí para meterlos en el mismo saco y que, con el roce, apareciese el cariño. Al abrigo del éxito de las primeras aplicaciones han proliferado numerosas competidoras que se especializan, aún más, en sus clientes potenciales, segregando por: edad, estado civil, orientación sexual, nivel de infidelidad, nivel de implicación desde al catre hasta el altar, etc.
Iván Klem nos enseña por dentro, desde su experiencia personal (si es que no nos ha colado algún recurso narrativo o literario), los entresijos del día a día del uso de Tinder. Y no, no es un camino sin baches. Aunque estén todas las necesidades dentro de un mismo lugar no por ello las satisfacciones se cumplen para todos por igual. No es nada que no siga ocurriendo en el mundo físico, en bares nocturnos, discotecas, fiestas de toda índole, descansos en los centros de trabajo o bibliotecas de la universidad. Al final, Tinder es un reflejo del mundo real, pero con algunas variaciones. Una de las más importantes es el pseudoanonimato que otorga a sus usuarios. Parecido es el ejemplo de una discusión de dos conductores dentro de su propio coche; los improperios que se lanzan son directamente proporcionales a la seguridad que les da su protección de chapa. Se lanzan a un nivel de insultos que, con seguridad, rebajarían si la afrenta fuera cara a cara. En Tinder ocurre lo mismo, la falsa sensación de impunidad sentimental hace que los usuarios mareen la perdiz en ocasiones. Lo que en el mundo físico ataría más a las formas y a la corrección, en el mundo digital hace que existan demasiados gallitos (y gallitas) en el mismo corral.
Pero ¿qué es lo que nos muestra el autor? Tanto para los conocedores de la plataforma, los cuales se verán identificados con los logros y sinsabores del protagonista, como para los que todavía no han entrado en este escenario relacional, se harán una idea bastante fiel de los derroteros por los que se encamina el asunto del emparejarse. Desde los matrimonios concertados, a las exclusiones por linaje, razas, religión o cualquier otra razón histórica, hasta nuestros días, buscar pareja ha dado un vuelco conceptual notable. De la exigencia normativa religiosa a la libertad laica actual o desde el papel que se le presuponía a cada género en su conducta para encontrar pareja a la libertad de actuación presente, todo ha dado un giro importante. Iván Klem habla, en primera persona, de su experiencia.
El libro podría dividirse en dos objetivos que nadan juntos. El primero trata de las experiencias personales del autor con la aplicación: sus conversaciones y la de sus matches, sus encuentros que van desde la intimidad del catre a salir trastabillado o estocado de la cita, su estrategia y planificación para ligar o sus reflexiones fruto del aprendizaje adquirido en la aplicación. De otro lado tenemos la parte más analítica, estadística y estudiosa sobre Tinder. Aquí, el lector tendrá acceso a las cifras del autor, así como a la de otros estudios comparativos acerca de las webs de citas que servirán para hacerse una idea bastante fiel de por dónde van los tiros de este complejo nuevo escenario que ha llegado para quedarse. De todo lo aprendido, el autor comparte los clichés más repetitivos con los que se ha topado en su caminar, con notas de humor, de crítica mordaz, de análisis de la situación y de la situación en la que le deja su candidatura. El intentar ver ¿cómo le ven los demás? es vital y, para ello, exprime a fondo las posibilidades de la aplicación e intenta entrar en el razonamiento del corazón interno del algoritmo para maximizar sus opciones ante el mercado.
Vemos al autor embarcarse en esta aventura con una alta motivación y resolución, una vez superados los primeros miedos y reservas que todo aventurero tiene en esta nueva empresa amatoria. A lo largo de su camino iremos viendo como se transforma al ritmo que le marca la aplicación y los contactos que realiza. El paso del tiempo lo hará más selectivo y la experiencia le impedirá caer en los errores de primerizo que son, precisamente, lo que trata de mostrar en este libro como aviso para navegantes. Tinder no es un camino de rosas. Detrás de toda la parafernalia comercial y de mercadotecnia se encuentra una empresa que está situada para ganar dinero y eso significa que la sensibilidad y las buenas prácticas no son su prioridad. El autor crece con el tiempo que dedica (y que le absorbe) en la aplicación. Con el presente relato nos mostrará su humilde experiencia, sus risas, sus malentendidos, sus rabias contenidas y sus momentos más afines, todo ello para quien quiera escucharle. Quien avisa no es traidor.
Los capítulos de la serie estadounidense Black Mirror: Hang the dj y Nosedive acertaron bastante el tiro de por dónde nos andamos en estos momentos. El lenguaje y los métodos de comunicación, así cómo el estado efímero y veloz en el que nos movemos, han ocasionado que los patrones de comportamiento clásico para encontrar pareja hayan cambiado del todo, en poco tiempo. Unos sabrán adaptarse al cambio, otros se aferrarán a los sistemas tradicionales. Pero, en cualquier caso, conocer al enemigo antes de librar la batalla es una obligación de todo contendiente. Es importante no perder la perspectiva y ser conscientes de que detrás de tantos ceros, unos y múltiples intereses hay distintas personas con diferentes sensibilidades. Y todo ello desde el lenguaje directo, sencillo y coloquial del autor que sirve de conexión con la realidad de la aplicación y con la de sus usuarios.
Pero tranquilos, a las malas siempre quedará ir a cenar con Carlos Sobera a ver si suena la flauta.