En toda gran ciudad existe una casa embrujada, un lugar con mitos y leyendas tan antiguos y misteriosos que influyen en la vida de muchos. En el caso de Lima se trata de la Casa Mendoza, un edificio de dos plantas en el centro de la ciudad que data del siglo XVII. Es un lugar relacionado con historias de lo más variopintas a través de sus años: condenas por brujería, asesinatos masivos, suicidios, traiciones amorosas, maldiciones demoníacas y, también, pactos de sangre.
Pacto de sangre es la historia de una familia en diferentes épocas que está unida a la Casa Mendoza desde sus inicios. Comienza con Juana Inés, joven mestiza que se enamora del hijo del patrón. Es el año 1680 y ella es una mujer de carácter fuerte e indomable, hija de la cocinera y el capataz de la Hacienda Mendoza. Luego de un embarazo no deseado, producto de la violación del padre del hombre que ama, decide aceptar un pacto de sangre con un demonio llamado Perfecto Pachari, conocido en la Huaringas del norte del País como «el que camina por el tiempo».
Carola Ipanaqué, en una realidad presente del futuro, es una joven cuyo pasado reciente la une también a esa casa, y a la vez es descendiente directa de Juana Inés. Su abuelo entró allí, se le dio por loco, desapareció y luego murió en la década de los setenta. Ahora, después de la muerte inesperada y misteriosa de su madre, descubre con la ayuda de unos amigos que eso no es lo único. Su sangre y su vida misma están marcadas por una maldición debido al pacto sellado por su antepasada con el demonio de las Huaringas. Ella, en una lucha constante por conocer los motivos y tratar de liberarse, emprenderá un camino sin retorno por las huellas de todos esos mitos y leyendas, convirtiéndose a veces en parte de ellos.
¿Te atreverías a volverte parte de los mitos y leyendas a los que tienes miedo?
– AUTOR –
Es de profesión Marino Mercante y ha navegado por el mundo durante once años, actualmente trabaja para la naviera Hapag-Lloyd AG en Hamburgo. Peruano de nacimiento y alemán por ascendencia, vive en Alemania desde el 2001, la tierra de su abuelo. Ha autopublicado obras en Perú y en la Internet desde el 2007. En el 2020 publicó su novela corta El libro del muerto con la Editorial Caligrama, perteneciente a Penguin Random House Grupo Editorial en España y obtuvo el Sello Talento. Pacto de sangre, que terminó de escribir en el 2017, es la primera novela que publica con Amazon KDP, pero no la última.
– GUSTARÁ
A los lectores amantes de lo paranormal y lo esotérico siempre que esto esté mezclado con una historia que afecte a personajes reales y que tenga una base social que lo cimente. Pacto de sangre será del interés de aquellos que abrazan relatos que beben de varios géneros, desde el costumbrismo histórico hasta la fantasía fantasmagórica, pasando por el thriller de suspense. Es la mezcla de géneros uno de los puntos fuertes de la presente novela.
– NO GUSTARÁ
A los lectores que buscan concreción y linealidad en las tramas. Tampoco será del interés de aquellos que prefieren descripciones prolijas y barrocas sobre los acontecimientos a los que se enfrentan los personajes literarios. Tampoco será del interés de aquellos que se alejan de los elementos fantásticos y prefieren lo tangible y realista.
– LA FRASE
«Juana Inés ya se había resignado durante el camino: tendría que pagar por haber sido descuidada en su travesura, tampoco dejaría que sus padres o Diego se enteraran de lo ocurrido. Unos latigazos, o cualquier otro castigo, estarían bien. Los asumiría, los aguantaría y trataría de seguir adelante con su vida. Claro, ahora con más cuidado. No obstante, aquellos pensamientos de resignación, de amor por sus padres y por Diego, Juana Inés lo entendió todo mejor cuando vio a aquel energúmeno desquiciado entrar al despacho luego de pasar por su lado. Cualquier pequeña esperanza o ilusión de salir viva de esa se hizo añicos en santiamén…».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: Pacto de sangre, de Christian Essenwanger. Vuelve el autor de El libro del muerto con una nueva obra, más ambiciosa, extensa y profunda. En esta nueva novela nos introduje en el poder de la sangre y del linaje; la sangre como legado de conocimiento y cadena de transmisión de habilidades primitivas pegadas a los tiempos inmemoriales cuando la magia se alzaba como clara vencedora sobre la razón y la ciencia. La importancia de este vínculo, como en el ejemplo del linaje de la sant-greal, la sangre real, la estirpe de María Magdalena que llevaba en su interior el conocimiento ancestral que será revelado a su debido tiempo. Igual camino toma el ciclo vampírico, con la sangre como referente principal de su silente infección. El vampirismo entendido no tanto como plaga, sino como perpetuación de un conocimiento primigenio y maldito. Una nueva sociedad vinculada y unida por un acuerdo o pacto de sangre (Reflexión oportuna en las últimas páginas de la novela Soy leyenda, Richard Matheson, 1954).
En este Pacto de sangre que tenemos entre manos el autor nos dibuja a una serie de personaje especiales (benéficos y maléficos) con ciertos dones que, al igual que los distintos grupos sanguíneos, están categorizados dentro de ámbitos diferentes. Estas capacidades les acompañarán a lo largo de toda la narración y serán su tabla de salvación en unas ocasiones y su maldición en otras. El autor nos llevará por una interesante trama que se desarrolla a lo largo de tres puntos temporales principales. Con ello no solo aligera la lectura y el interés dramático de la misma, sino que hace más interesante la búsqueda anticipativa del lector de los nexos, causas y consecuencias de todos esos detonantes narrativos. Este recurso recorre con maestría toda la novela. Aunque el eje principal de los elementos sobrenaturales se pierde en los siglos pasados, es en el presente donde la trama y, sobre todo, los personajes principales de «Las Cuatro Sotas» se tendrán que desenvolver dentro de una historia oscura que pondrá a prueba sus sentimientos, su camaradería, sus lazos de unión y la defensa de su amistad.
El autor nos introduce en el misticismo de las lagunas peruanas de las Huaringas, ubicadas en la provincia de Huancabamba en el departamento de Piura, a casi cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Allí se encuentra una zona marcada por el misticismo, la leyenda y el folclore popular. Numerosos rituales chamánicos de toda índole se dan cita anualmente, incluso hoy en día, en la eterna búsqueda de eliminar las malas vibraciones y encontrar la positividad. Así se suceden peticiones, principalmente sobre salud. A cambio, como pago o agradecimiento por aquellos a los que se les han cumplido sus solicitudes, se dejan joyas, dinero, fotos o ropa de los seres queridos entre otros elementos personales. También cuenta la leyenda que quien ose llevarse o expoliar alguno de estos elementos le perseguirá una maldición hasta que los regrese a su sitio de nuevo. Christian Essenwanger le da una vuelta de tuerca a esta leyenda y la lleva a un lugar mucho más tenebroso y abisal. No existe pacto con un ser del averno que, a largo plazo, pueda resultar beneficioso. Aún así, la tentación siempre es muy poderosa y la desesperación muy mala consejera. Incluso las palabras proféticas de un padre deshonrado recordando La Galatea de Cervantes no serán capaces de aventurar la pesadilla que se cierne sobre el linaje de la familia protagonista. El autor intercala y dosifica con notable habilidad la tensión dramática en sus tres escenarios temporales principales. Aprovechando este viaje por el tiempo, también seremos testigos de pinceladas de la propia historia peruana desde el siglo XVII hasta nuestros días. Sin ser la base del relato, sí sirve para ampliarlo y engrandecerlo.
En Pacto de sangre, desvelando lo menos posible, sí podemos decir que el autor ofrece un amplio menú de escenas polifacéticas: desde un comienzo al estilo tragedia shakespeariana clásica, con igual método de venganza contra los que han afrentado el honor de los más humildes, hasta la omnipresente CIA anticomunista que en tiempo de la guerra fría intentaba (no siempre con éxito) poner coto a los países revolucionarios que coqueteaban con las promesas del comunismo soviético. Y, en medio de todo ello, el linaje maldito de la sangre que, cual la fábula árabe de El gesto de la muerte, alcanza a todos por muy lejos que vayan y más profundamente que se oculten. El autor nos muestra La Casa Mendoza como eje espectral de la narración. Como una suerte de La maldición de Hill House de Shirley Jackson nos adentramos en uno de esos lugares que han sufrido tanto en su interior que han sido impregnados del odio y la rabia de sus antiguos y sufrientes inquilinos. Y, por supuesto, no hablaremos de un flashpoint en el que las líneas se entrecruzan y el relato explota. Al lector le costará conciliar el sueño si no continúa con la lectura a partir de dicho momento. Un punto de no retorno en la lectura que será del gusto de los apasionados más cercanos a la fantasía.
Christian Essenwanger utiliza en Pacto de sangre multitud de recursos narrativos (quizás para algunos demasiados), para llevarnos (literalmente) de aquí para allá. En cada secuencia utiliza a unos personajes protagonistas con los que se puede empatizar más o menos, pero reconociendo que la mayoría están construidos con solvencia, dentro de la ligereza de la novela que no se pierde en grandes descripciones ni capítulos cargados de datos e información secundaria. Sorprende la agilidad del relato pese a sus más de cuatrocientas páginas. Cierto es que nos hubiera gustado que se hubiera profundizado más en ciertas secuencias y en algunos personajes en aras de la profundidad dramática del relato, esto último, por supuesto, aunque pudiera lastrarlo y alejarlo del tono de thriller que le acompaña. Aunque es una novela con tintes fantasmagóricos y sobrenaturales, el autor no busca lo terrorífico o escabroso, sino que maneja las escenas con naturalidad y sin generar descripciones de horror visceral.
¡Ah! y que no se nos olvide destacar su final trepidante. ¿Redención?, ¿expiación?, ¿comerán perdices?… Léanlo.