«He aquí el lenguaje de lo que verdaderamente somos». Escucha el lírico canto que, sutilmente, desgarra el falaz velo que eclipsa la luz del alma y que nos desvela el sagrado núcleo de nuestro universo personal. Siente el susurro de aquello que siempre hemos presentido que somos; pero que sin embargo, continuamente hemos estado negando. Cada ser crea su gloria con la fuerza de sus sueños: «Tan solo permítete desplegar las alas de tu mente y volar sobre un grandioso horizonte de posibilidades».
– AUTOR –
Ulises Febles. (Tenerife. España. 1965) Licenciado en Derecho y, durante años, funcionario de carrera de la Administración Pública. Ahora, he decidido dedicarme a mi gran pasión: “Escribir”. Los grandes clásicos de la poesía me impactaron desde temprana edad. La métrica, el ritmo, la rima consonante, la belleza y la estructura de las estrofas que utilizaban esos maestro/as, me llevaban a un universo mágico del que todavía hoy sigo maravillado. Sus obras son albricias de arte que trascienden el tiempo y el espacio. La poesía es querer abrir ese “núcleo plegado y eterno” que todos llevamos dentro para sumergirnos, al fin, en su prístina luz. Este es el “inicio” de un viaje por un fascinante universo literario, al que todos están invitados.
– GUSTARÁ
A los amantes de la poesía clásica y serena, que saca su fuerza de la composición y del engarce de sus componentes y distintos ingredientes y no, del aquí te pillo y aquí te mato de parte de la poética contemporánea, donde el fondo elimina cualquier atisbo de la forma. La presente obra dispara el dardo en la palabra y de, su aparente sosiego, saca la fuerza de la reflexión y la persistencia en la memoria colectiva del ser humano. Un poemario que recorre numerosos temas y momentos que restallan en la vida y esencia de cada caminante de letras.
– NO GUSTARÁ
Con lógica, a todos aquellos que no tienen a la poesía como su lectura de cabecera; estos no serán seducidos por la presente lectura. Tampoco les encajará a los amantes de la variante de poesía contemporánea adolescente, donde el ritmo del despecho y la desazón romántica, es frenético y arrollador.
– LA FRASE
(81) UN PLAN INFINITO
La eternidad camina silenciosa,
serena y sublime, bella y palpable,
hacia el misterioso adentro inefable
do mora, pura, la unidad gozosa
de la inmortalidad más prodigiosa
con la infinita presencia inmutable
de nuestra esencia. Es el indudable
encuentro con la verdad más gloriosa.
En nosotros está la eternidad,
esa sagrada luminosidad
que incólume pervive en todo ser.
Existe un augur que deja entrever
la matriz del arcano más bendito:
<<Formamos parte de un Plan Infinito>>
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: Un amanecer de ruiseñores, de Ulises Febles. Un poemario que busca trascender sus márgenes y llevar la luz natural (opuesta a la artificial encerrada en bombillas) allende la rosa de los vientos donde la mirada pierde de vista los sueños. El vitalismo del autor impera a lo largo de toda la obra, junto a un salpimentado toque de honda reflexión, que se acerca con el ánimo de desentrañar los secretos del alma humana. Esta pugna por liberarse de sus ataduras muestra el interés del autor por sondear lo inefable, aquello que se oculta a los ojos de un espectador desatento. El autor aborda muchas batallas personales: la naturaleza, el paso del tiempo, la trascendencia, el camino del saber, la aventura de la exploración, la mirada del otro, lo eterno, el papel de la Pachamama, la impronta de la familia, la comunicación entre iguales, la pérdida de la inocencia, etc.
Azul, La consciencia cuántica, El otro infinito, Madre, La liturgia de las horas, Quiero ser marinero, Tierra, Poetiza primigenia, Mar de nubes, El sembrador de gloria, Verbo, Cuando los duendes sueñan, Sembrando caminos de azahar, Bella potra gozosa y El horizonte del cielo, son los títulos que componen el eje vertebrador de la presente obra. Dentro de ellos se abren, como pétalos, una serie de ramificaciones que tematizan sus alas y centran el tiro en un sentimiento o en un espacio narrativo de pausa para el café. El autor se detiene en el minimalismo cotidiano, pero no desdeña la magnificencia de lo intangible que se cuela, incluso, en la mortalidad insignificante de cada ser humano. Este, en su eterna búsqueda, da palos de ciego y cabezazos contra la pared en ocasiones, pero descubre también que, en otras, hay momentos de revelación que siembran la conciencia de nuevas habilidades y perspectivas.
El autor, a lo largo de los más de cien poemas propuestos, desglosa dedicatorias, en algunos de ellos, que van desde lo íntimo y personal, al homenaje a grande clásicos de las letras y la literatura. Todos ellos se han ganado un lugar en el respeto y el recuerdo del poeta. Destaca también, una métrica y un lenguaje medido, engalanado, repujado con el cincel del artesano que no desfallece en buscar la palabra exacta para armar su proyecto artístico. Ulises Febles mima el lenguaje, lo enarbola para su propósito y lo conjuga siempre al servicio de la música poética y del sentimiento de la proyección inasible que persigue.
La portada del libro, vitalista, cromática y contemplativa, nos recuerda al paisaje de vivas témperas oníricas de la película Más allá de los sueños (Vicent Ward, 1998) o al árbol que representa la aceptación al cambio y el traspaso de la puerta final de partida en Lovely Bones (Peter Jackson, 2010). El árbol como metáfora del paso del tiempo, de la imagen de sus cuatro tapices, del orden del eterno retorno y del pecado que encierra en su interior. Este lienzo, de entrada a la obra, define muy bien lo que nos encontraremos en su interior: una panoplia de espiritualidad, que comparte líneas sagradas con trazas terrenales, recorriendo todo el horizonte conocido en un viaje de ida y vuelta a la caza de los mejores trofeos del mundo de las ideas. Tanto por la forma como por el fondo se puede englobar la presente obra dentro de la poesía clásica en la que la medida, el ritmo, la hondura sentimental y la trascendencia son perseguidas sin descanso por el poeta. Y, además, cuando entra en juego el tema amatorio, este es tratado con la elegancia y la finura de tiempos pretéritos. Por tanto, se aleja, en el estilo, de la poesía contemporánea, mucho más explícita, ardorosa, apasionada por momentos y nihilista en otras. El despecho y las ansias de los amantes se han instalado en la nueva poética. Al contrario, aquí Luis Febles huye de momentos melodramáticos y se centra en la serenidad de aquello que no sigue la moda pasajera sino que la rebasa.
Preguntas sin respuesta en el eterno coloquio entre lo divino y lo humano. El poeta estratifica sus inquietudes a lo largo de estas páginas que están llamadas a dejar su huella en un espacio de eones, idas y venidas, y efímero paso por este piélago de lágrimas.