Voluntad

RESEÑA: VOLUNTAD, LA FUERZA HEROICA QUE ARRASTRA LA VIDA (VOLUMEN II, VOLUNTAD COLECTIVA Y MÁS ALLÁ DEL SER HUMANO) – MARTÍN LÓPEZ CORREDOIRA – EDITORIAL EAS, 2021.

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TÍTULO: VOLUNTAD, LA FUERZA HEROICA QUE ARRASTRA LA VIDA

(VOLUMEN II, VOLUNTAD COLECTIVA Y MÁS ALLÁ DEL SER HUMANO).

AUTOR: MARTÍN LÓPEZ CORREDOIRA WEBYOUTUBEWIKIPEDIA

EDITORIAL: EDITORIAL EASWEB

PÁGINAS: 410.

¿DÓNDE COMPRARLO?:  AQUÍ

– SINOPSIS –

En este segundo volumen de Voluntad, se aborda una perspectiva sobre la humanidad desde un punto de vista sociológico o incluso más allá de lo humano en un visión global de la existencia. Se analiza principalmente el rebaño en vez de las ovejas por separado, el hormiguero como un nivel superior al de las hormigas, observando que, al contrario que ocurre con la agrupación de los insectos, los humanos se vuelven más estúpidos apiñados que como individuos disgregados. La filosofía, incluso cuando nos referimos a temas sociales, no es política. Contempla desde lo alto a las sociedades humanas, las sitúa en su contexto histórico, plantea utopías, pero no se rebaja a discutir sobre cuestiones mundanas presentes en la verdulería. La lucha por el poder no cabe en el mismo saco que el anhelo de saber. Nietzsche, Schopenhauer, Freud, Spengler, Hesse -englobables en cierta medida dentro de un Kulturpessimismus alemán- y otros muchos autores clásicos con las perspectivas más diversas son citados en Voluntad con el propósito de aplicar sus enseñanzas a la sociedad actual.
Martín es un genuino iconoclasta que no deja títere con cabeza, empezando por sí mismo. (…) Sus enemigos favoritos son los mercaderes, los especuladores, los funcionarios, los sabios oficiales, los políticos, los progres, los sacerdotes, los religiosos, los feministas, los que administran el cotarro de la cultura, los fachas, los rojos, los demócratas… ¿Para qué seguir?: tirios y troyanos. (…) Hace tiempo visité Puerto Rico pocos meses después de que la isla fuera asolada por el ciclón Hugo. Esperaba encontrar un paisaje de devastación, pero me sorprendió comprobar la pujanza y lozanía de la vegetación. Así me lo explicaron: “Siempre pasa lo mismo después del huracán: el vendaval arrastra todo lo caduco y podrido, efectúa una poda gigantesca. La humedad que deja riega los renuevos que ya no encuentran nada que estorbe su crecimiento…”. Considero que con el libro de Martín ocurre algo semejante. No diré que me haya servido de lectura espiritual, pero tampoco le ha quedado lejos…
Juan Arana (del prólogo)

– AUTOR –

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Martín López Corredoira (1970) es Dr. en Filosofía y Dr. en Cc. Físicas. Investigador titular en el Instituto de Astrofísica de Canarias. Miembro del Seminario permanente Naturaleza y Libertad en la Universidad de Sevilla, y del Círculo de Filosofía de la Naturaleza. Autor de una extensa obra científica y filosófica. La presente obra, Voluntad, es el fruto de veinte años de gestación (1995-2015). Entre las obras que ha publicado se encuentran: Diálogos entre razón y sentimiento (1997, Libertarias – Prodhufi, Madrid); Somos fragmentos de Naturaleza arrastrados por sus leyes (2005, VisionNet, Madrid); ¿Dios o la materia? Un debate sobre cosmología, ciencia y religión (coautor con F. Soler Gil, 2008, Áltera, Barcelona); El sinsentido de la vida (obra de teatro en verso, 2010, Lulu, Raleigh-N.C., EE.UU.); La cosmología en el siglo XXI: entre la física y la filosofía (coautor con J. Arana, I. Trujillo, F. Soler Gil, M. Sanromà, 2012, Arola, Tarragona) y The Twilight of the Scientific Age (en inglés, 2013, BrownWalker Press, Boca Raton-Florida, EE.UU.).

– GUSTARÁarrow-145786__340

A los buscadores. A todos aquellos que disfrutan adquiriendo nuevos conocimientos de historia de la filosofía, así como de los puntos de vista particulares, de un especialista en la materia, en la aplicación de los mismos. Voluntad II será del interés de todos aquellos lectores que agradecen que el lenguaje sea utilizado de manera directa y sencilla (excepto en los momentos más teóricos de la obra) para expresar el pensamiento de un autor en los asuntos de más actualidad como los que aquí se citan en varios momentos. Todos aquellos que celebran que la falta de coincidencia ideológica no es óbice para mantener la atención en una lectura con enjundia estarán de enhorabuena. Martín López Corredoira toca muchos temas y regala notables y audibles correctivos, pero no por simple generación de polémica o por saberse objeto de un debate televisivo de medio pelo. Es la propia lógica de la expresión sin autocensura, tan huérfana en estos días, la que desata sus reflexiones.

– NO GUSTARÁ arrow-145782__340.png 

A los ortodoxos de cualquier doctrina o pensamiento. A los que no sean amigos de ensayos, y menos, de los filosóficos o sociológicos. Aunque el tratamiento de los temas que aquí se reúnen es, eminentemente, práctico, la obra cuenta con capítulos marcados por el academismo y la teoría filosófica que ayudan a apoyar las distintas fases de la lectura y que podrían hacérseles bola a los lectores más legos en la materia. Tampoco será del interés de aquellos que se ofenden si el mundo no se adapta a sus expectativas e intereses.

– LA FRASE vintage-1751222__340.png

«Paradójicamente, en las sociedades de tecnología más avanzada se trabaja más. ¿Qué pasa aquí? Hay una doble explicación. Primero, que se consumen mercancías que no se consumían antes. El capitalismo nos hace concebir como esencial cosas que no lo son. Pero la explicación más importante es la segunda: que realmente no sólo trabajamos para nosotros y para nuestra familia, sino que, como tenias en el intestino, existen multitud de oficiantes inútiles que viven del cuento y se alimentan del sudor del de enfrente. Es a lo que me refería antes al mencionar lo de las plusvalías. Hoy quizás quepa más hablar de plusvalía global o términos de intercambio entre naciones dado que las condiciones de globalización han trasladado la esclavitud a países en vías de desarrollo para que los países más ricos y opulentos se beneficien del sudor de las clases oprimidas del tercer mundo. No obstante, sin salir de nuestro país también hay esclavos y explotadores. Y no es que valore el trabajo de la ejecución y minusvalore el trabajo director, como hacen los comunistas, es simplemente que algunos ni producen ni dirigen la producción, simplemente especulan con los valores producidos por otros o viven del cuento».

– RESEÑAletter-576242__340.png

14256041-6bae-48ac-b1d8-61a379797140Hoy traemos para reseñar: Voluntad, la fuerza heroica que arrastra la vida (Volumen II, voluntad colectiva y más allá del ser humano). Segunda parte de la ya reseñada en este mismo medio (AQUÍ) En esta nueva cosmovisión de Martín López  Corredoira pasamos de lo individual a lo colectivo, de lo deductivo a lo inductivo, de la aparente libertad del sujeto pensante a la transición en mente colmena, nicho de encasillamientos, ser digital, esclavos de la cultura de la imagen y arrendadores de opiniones sin contrastar. Pasamos de un Yo y mis circunstancias como causa/efecto a anteponer primero las circunstancias, para después, si procede, colocar al Yo, ya trastabillado y tamizado por encuestas, reclamos publicitarios, consignas de moda, especulaciones de bar y opereta y estupidocracia. El poder, y la sociedad con él, ha modificado la geografía de su monte Palatino o del Boulé griego que, aunque jalonados de personalismos zafios e interesados, al menos contaban con cierta admiración hacia el conocimiento como pieza fundamental para el desarrollo. Hoy en día, una vez superada la cúspide del querer aprender para querer avanzar, solo queda aguardar el momento de la caída del Segundo Imperio romano. La barbarie se cuela, casi sin violencia, por todos los recovecos que deja la huida en desbandada del sabio y del erudito que se quedan sin fuerzas (y sin oyentes) ante la invasión de la telebasura y la aglutinación del pensamiento en unos medios propiedad de unos pocos especuladores de la desinformación. El bolsillo ha primado siempre por encima de otras consideraciones, esto no es nada nuevo, pero cada vez ahoga más a aquellos investigadores que piensan que sin el descubrimiento del razonamiento de las cosas no hay futuro posible. El desgaste y la erosión son claras. Tanto tienes, tanto vales. Y es llegado a este momento, a nuestro juicio convulso, donde Martín López Corredoira desenvaina su espada de Damocles, que se cierne sobre la sociedad, lista para caer con rugiente desenfreno sobre una turba doblegada y desnortada. Libre albedrío, determinismo o psicohistoria de Isaac Asimov que se conjugan en el término libertad de la voluntad humana o la falta de la misma. Déjense llevar por las páginas de este autor para, si son aficionados al cuestionamiento crónico de todo lo que les rodea, puedan sumar más variables a la ecuación.
Auguste_Rodin_-_PenseurAl igual que en la primera parte de Voluntad, en la presente, el autor, parte con la marca «escarlata» de polémico. ¡Oh!, brillante palabra prostituida por las denominadas «omnímodas» redes sociales y distintos foros de opinión al grito de «Arden las redes» (como máxima de la deshumanización más cruel donde ya nadie cae, en que detrás de esas «redes», hay personas, «boots/robots», campañas corporativas de ingeniería social o simples cafres que pasaban por allí y al ver el accidente de coche en la carretera se han parado a tomar fotos y a comentar lo inadecuadas que son las maniobras de salvamento de los sanitarios… Ellos que son médicos colegiados, por supuesto). La polémica bien entendida es aquella que vela por el arte de la controversia, normalmente entre iguales, al enfrentar diferentes dogmas o corrientes de pensamiento con las ya establecidas. Del resultado de esta batalla por el saber, sale ganando la generalidad de la sociedad en la que existe dicha confrontación. Al contrario, el pensamiento único, o la dictadura de lo políticamente correcto, solamente es de provecho para el lobby, fundación, observatorio, oenegé o asociación (normalmente subvencionada y paniaguada) de turno. Y tan lícito es que estas últimas busquen ser útiles (e inevitables) para sí mismas y para sus acólitos con, en ocasiones, tretas propias de regímenes sectarios, como lo es la fuerza de la pluma de aquel al que se le intenta linchar (antes en la hoguera, hoy en su honorabilidad y su reputación) por decir u observar «puntos del día» que no proceden, en un lugar que no corresponde. ¿Y esto significa que el valiente crítico/filósofo/opinador individual lleva siempre razón en sus premisas? Todo lo contrario; puede ser la persona más equivocada del mundo pero, al menos, sigue su propia solitaria senda. Otro asunto es el de que lo que antes se zanjaba cambiando el dial de turno de la radio en el que un tertuliano no era de nuestro interés, ahora es casi imposible desligarse del bombardeo de aquellos a los que les han prestado un altavoz que solo usan para desprestigiarse.
unnamedEs innegable que toda sociedad cambia al ritmo de su desarrollo, el comunicativo uno de los más influyentes. Creíamos que Internet traería la democratización final del conocimiento de libre acceso a toda la humanidad y con ello se formaría una sociedad más versada y educada. Lo que nadie nos dijo es que la «virtualidad» del conocimiento hace que su retención y atesoramiento quede en un segundo plano ya que a golpe de «clic» se nos soluciona el problema sin tener que acudir a una enciclopedia o biblioteca. Al tiempo, la interiorización de dicho conocimiento se devalúa día a día ya que al ser de todos, no es de nadie (como el malogrado dinero público) y se quiere hacer creer que el erudito queda igualado con el analfabeto. Ambos saben lo mismo, pues ambos pueden aprehender dicha información de la madre de todas las cornucopias digitales. Esto, aunque no es cierto, sí está generando un caladero muy importante, ¿de quiénes?, pues está claro, de los más ignorantes. Estos se sienten seducidos por un poder que, mediante el estudio, nunca podrían haber alcanzado. Si durante la historia de la humanidad, aunque a trompicones dictatoriales mediante, la meritocracia ha copado los órganos decisores y descubridores de todo grupo humano, en la actualidad, las titulaciones se vacían de valor y la vanidad se llena de adeptos. Pero, al igual que hay osados que persiguen huracanes para fotografiarlos, también hay oradores solitarios en el Speakers Corner de Hyde Park, en Londres. Hay personas que no aguantan que la marea de la ponzoña les ahogue sin esputarle a la cara, cual osado Boris Vian, ya que siempre estarán dispuestos a mirar, sin venda en los ojos, para aflojar un buen aldabonazo en la línea de flotación de quien se cruce por su camino. Se dice que hablar con propiedad siempre es beneficioso tanto para el emisor como para el receptor del mensaje. Esta propiedad no está exenta de equivocaciones, errores o criterios cuestionables, pero al menos está informada y educada en la materia. Así es como Martín López Corredoira, cual Juan Salvador Gaviota, mira desde arriba lo que ve y lo pone por escrito. No pretende agradar, no abraza frases de motivación ni habla en diminutivo para ser más «cuqui», tampoco adapta sus mensajes a las líneas de opinión actuales. A nuestro juicio, y esto solo está en la mente del autor, Martín López Corredoira hace de cronista oficial de sus observaciones que le piden salir con rampante ardor. De esta manera, el lector se enfrentará a 400 páginas de opinión personal formada en la reflexión filosófica y en el conocimiento profundo de esta materia. A partir de ahí, suban unos esta obra a los altares, péguenle otros fuego, pero la labor del autor habrá concluido al compartir estas páginas a los ojos del mundo.
147-1¿Pero, entonces, qué nos encontramos en esta obra? Pues diez capítulos «De lo humano» (en esta ocasión Dios, aunque pulula por algún epígrafe, sale de la ecuación principal) en los que el autor desgrana su propio debate de la nación social contemporánea. Los podemos enumerar, pero avisando de que los epígrafes de los mismos tienen más proyección y seguro interés para el lector. Invitamos a leer el índice completo, seguro que más de uno no puede evitar echarle un ojo a los que mejor se le adapten a sus intereses. A nuestro juicio, esta es una de las grandes ventajas de la presente obra, que siendo recomendable leer entera para extraer toda su destilada esencia, está perfectamente adaptada para leer por partes, releer e, incluso, picar de allí o allá. Eso sí, el lector atento podrá observar que todo el «paquete de medidas filosóficas y reflexivas» desembocan en un sistema de pensamiento al que nos lleva el autor. De ahí el interés añadido para leerlo del tirón. La pluma del autor no pierde fuerza ni decae en ningún momento, así que la lean por donde la lean allí se encontrarán trazas de nihilismo, existencialismo, fatalismo, ateísmo, sociología devastadora, lizas utópicas e inconformismo global. Todo incluido en: El todo y sus partes, Eros y el cuerpo social, Vulgocracia, La industria cultural, Política, Historia, La naturaleza y su deber ser, De la confusión del bien y del mal, Mística de un ateo materialista y Carta a la voluntad. Estos «Diez mandamientos ateos» vertebrarán la obra. De cada uno de los capítulos se podría hacer una mención especial ya que todos ellos encierran una pequeña obra de orfebrería divulgativa. El autor cita fuentes, incluye ejemplos, nombra filósofos y sus aportaciones y los enjuicia en ocasiones (sirva esto como ejemplo para alejar esta obra de otros autores que, aun con bienintencionados contenidos, no pueden sustentar sus análisis en sólidos cimientos académicos). 
CensuraEl contenido de la obra, en general, transita en un tono mixto. El autor, aunque por conocimientos y trayectoria académica podría hacerlo, no basa la presente en la teoría filosófica más pura (y dura) para legos en la materia. Tampoco trata de abrumar con su argumentario. Hay momentos para distintas oratorias, unas más pegadas a conversaciones y reflexiones llanas y asimilables por todo tipo de lectores y, otras, más teóricas y académicas. Unos disfrutarán con unas, otros, con el resto. En conclusión, el mensaje llegará a todos, aunque algunos puedan sacarle un mayor provecho si disfrutan de conocimientos filosóficos y se interesan por su derivación y asimilación en la sociedad actual que dibuja el autor. Y, por supuesto, el autor tampoco evita el tema por el que fue lapidado en plaza pública en su anterior obra. Lean y disfruten o encónense con el mismo al llegar al epígrafe en cuestión. A algunos les pasará como con todo aquello que está prohibido o que disfruta de mala fama, al final dirán: ¡Pues no es para tanto! Y es que casi nada es para tanto, pero cada día que pasa: las sacadas de contexto, los dramas de telenovela que se forma el personal y las peleas de gallos (y gallinas) impregnan cada palabra que sale por la boca de cualquiera… con lo fácil que es cambiar de canal sin necesidad de hacerse notar ni reivindicar que uno vive ofendido desde que se levanta hasta que se acuesta. Como diría aquel: «Ya tienes dos tareas: ofenderte y desofenderte». Eso cuando el presentismo con el que se miran los hechos históricos no es el culpable de la progresiva bajeza. La censura y lo peor: la autocensura, va empobreciendo, diariamente, la creación cultural. El miedo a ser señalado está dejando por el camino, por cajones y por las mentes, mucho material que sus autores no se atreven a publicar. Una pena, vamos.
En la presente obra el autor expone y dispone, pero también discute con el mismo y con un supuesto alter ego que le sirve para cuestionarse, discutirse y dudarse. Estos diálogos «ficticios» entre librepensador y pseudopensador se acompañan de un variado abanico de cachiporras que se ciernen sobre los lomos de: La represión del omnipresente Eros y de las distintas voluntades de género sobre la cuestión en un juego ajedrecístico desigual del toma y daca en el catre; El sanctasanctórum de la democracia como sistema de vulgarización de los regidores públicos que dejan los garbanzos en manos de los menos preparados; La trampa del capitalismo y su necesidad exponencial de crear nuevas necesidades para que la rueda suicida siga girando hasta su inexorable crisis; La democracia y el sufragio universal de una sociedad deficientemente educada y peor informada; La cultura mercantilizada y maniatada y la perversión del lenguaje; La prostitución de la industria literaria y artística; La función de la política de crear buenos hormigueros; La muy interesante reflexión sobre la decadencia de occidente y Oswald Spengler o La voluntad de Schopenhauer, para terminar con un último tercio de la obra (y, sobre todo, una epístola final) donde el autor se vuelve más solemne con la llegada de la inminente muerte y, quizás, su correspondiente resurrección.
La naturaleza es la primera que, tras el paso de las lenguas de lava de un volcán por las laderas de la montaña, consigue alumbrar un nuevo vergel. En una sociedad compleja (y acomplejada) en la que cada vez es más difícil respirar, no dejan de aparecer voces autorizadas que señalan el fin de una manera paulatina, ya que el caos súbito no está contemplado en la mente de una sociedad acomodada y que solo tiene miedo a perder privilegios y bienes. En estas estamos cuando irrumpe en el mercado editorial esta segunda Voluntad (que no parece ser la última) de Martín López Corredoira para, al menos, dibujar ideas, conceptos, modelos, previsiones y reflexiones sobre un mundo que se ha conectado como nunca en la historia de la humanidad, pero que, al tiempo, la propia soledad asola los hogares, deja impotentes a unos trabajadores maratonianos en una época en la que se nos ha vendido el confort y el ocio como piedra angular, las consultas psicológicas se llenan al mismo ritmo que las casas de apuestas y la relaciones afectivas, como los cambios en las legislaciones educativas, tienen mareados a todos los actores principales y secundarios.
Realmente, a veces, da ganas de meterle fuego a todo, pero a falta de piromanía, mejor lean a Martín López Corredoira.

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