Adéntrate en un mundo donde los sentimientos dan poder a la magia. Descubre por qué Nathaly ocultó su pasado y cuál es el secreto que guarda. Casi un año después de su accidente, Nathaly encuentra una carta muy extraña que, según la nota que la acompaña, solo puede leer Leo. Pero hay un pequeño problema: ese chico solo existe en sus sueños. ¿O quizá no? Cuando su magia se desbloquea y Leo aparece frente a ella, Nathaly verá la oportunidad que siempre había estado esperando, o al menos eso piensa hasta que empieza a sospechar que él quizá no sea el chico con el que había estado soñando. Mientras averigua la verdad y, ya de paso, la relación que mantenían en el pasado, una vieja enemiga se preparará para impedir que cumpla su destino. Y es que todo se dejó atado para que ninguno pudiera escapar nunca del otro, pues el secreto que Nathaly guarda en sus recuerdos es el más importante de todos.
— AUTORA –
Soy una chica madrileña muy soñadora, imaginativa y sentimental a la que le encanta sacar lo mejor de sí misma. Adicta a los cómics de Ibáñez desde pequeña y a la fantasía juvenil, novelas policiacas e historias de amores dulces desde adolescente, me lancé a crear mi primera saga de fantasía juvenil a partir de mi ser más querido: mi padre.
«Si eres amante de la fantasía y el misterio, no te puedes perder esta nueva y fresca lectura. Magia, dones y conversiones, entre otros elementos más, serán el complemento perfecto para esta preciosa historia, donde la intriga de saber por qué nuestro coprotagonista, Leo, no soporta la cercanía de ninguna mujer, y de por qué Nathaly sueña todas las noches con él, además de por qué bloqueó su magia y sus recuerdos, harán que te la devores de principio a fin. Y fíjate que podría seguir aquí, contándote qué más encontrarás, pero ¿no crees que ya es hora de vivirla?»
— GUSTARÁ
Principalmente, a los lectores de novela juvenil y adolescente. El vínculo mágico, además de contar con una serie de vertiginosas aventuras fantásticas, incide notablemente en los vínculos de amistad y sentimentales que se forjan en esta franja de edad. De esta manera aglutinará a muchos lectores que se sentirán identificados con los sueños, recuerdos y correrías de la pareja protagonista. Su carácter imaginativo también hará las delicias de todos aquellos lectores a los que les gusta la evasión y los viajes a otros mundos.
— NO GUSTARÁ
A aquellos lectores a los que se les haya pasado el interés por las aventuras de fantasía adolescente en donde los conceptos y temas empleados aluden a un público concreto que comparte una problemática y circunstancias particulares. También se le podría atragantar a aquellos lectores poco dados a la extensión descriptiva en obras que se toman su tiempo para explicar toda su pormenorizada arquitectura.
— LA FRASE
«Como el primer día de escuela comenzaba un poco más tarde, Nathaly tenía tiempo de prepararse antes de que vinieran a buscarla. Cerrando los ojos para disfrutar de la tranquilidad que la rodeaba, no tardó nada en darse cuenta de que no sería tan fácil como pensaba. Y es que los suaves cánticos de las aves se habían convertido en voces incesantes que intercambiaban información a toda velocidad. Cotorreaban como si no hubiera un mañana, con palabras al azar y respuestas sin sentido, hasta que los cánticos se intensificaron y… casi se echa a reír a carcajadas».
— RESEÑA
Hoy traemos para reseñar El vínculo mágico, de Laura Montes Simoes. Una novela juvenil que la propia autora recomienda para una horquilla de entre doce y dieciocho años. Un juego de sueños y recuerdos tan intensos como poco fiables que unirá a la pareja protagonista. Ambos participarán en una suerte de metáfora de la leyenda japonesa del hilo rojo. A veces hay que tener cuidado con lo que se desea porque puede cumplirse. Enfrentarse a los propios sueños y hurgar en los recuerdos para avanzar en el conocimiento de uno mismo es la única salida cuando todo se pone cuesta arriba.
Lo primero que destaca en la obra es la valentía de la autora para dedicar casi seiscientas páginas a un libro de marcado acento juvenil. Para que luego digan que los jóvenes no leen y que prefieren el lenguaje telegráfico y los vehículos de ficción cortos y directos al grano. Laura Montes Simoes opta por engrandecer su fantasía a lo largo de una lectura extensa y detallada. Por supuesto, el inconveniente para algunos lectores será el mismo que en la lectura para adultos (en esto no hay ninguna diferencia). Cuando el texto supera las cien mil palabras, que en términos cinematográficos serían las dos horas de metraje, el espectador tiende a reflexionar sobre si el largo y proceloso camino por el que lo está llevando el autor merece la pena ser contado de una forma tan precisa. Por eso hay libros y películas que se degustan del tirón y otras que necesitan varias pausas. Pero también es cierto que sin formar, perfilar y explicar la premisa principal de la narración, así como la complejidad de sus personajes principales, el mundo imaginado por un autor se puede caer por falta de vitalidad y realismo, cayendo en el y vacío estructural. La virtud de El vínculo mágico es precisamente ese. La autora ha conseguido elaborar una narración rica en detalles y en matices que, aun con los altibajos propios de las obras extensas, nunca pierde el pulso y la tensión dramática.
Laura Montes Simoes toca temas de fantasía clásicos con tintes adolescentes. No falta un colgante que nos recordará a Áuryn, el talismán de La historia interminable (Michael Ende, 1979), y una maldición como la de los amantes que encarnaron Rutger Hauer y Michelle Pfeiffer en Lady Halcón (Richard Donner, 1985). El mundo de El vínculo mágico nace del fruto de una etapa adolescente en la que, efectivamente, las hormonas estallan sin control. La sensación de quererlo todo para ya, la impaciencia, los sentimientos que afloran sin filtro alguno, la búsqueda de la trascendencia, de un lugar al que pertenecer, la lucha contra una sociedad que no te entiende, el refugio en uno mismo, el cuestionamiento de todo lo que sucede, encontrar una ruta de escape hacia otros mundos… En esta etapa de búsqueda vital es donde la fantasía eleva la mente del lector y lo sitúa más allá de su día a día lleno de prohibiciones y sinsentidos. Volar a Oz, a Narnia, al país de Nunca Jamás o bucear más allá de la madriguera del conejo de Alicia son actividades necesarias… Y aquí estamos de enhorabuena, ya que la autora ha dado con la tecla para plasmar todo este cruce de sentimientos juveniles y darle así sentido de novela.
El eje central de la obra es la narración de las aventuras y desventuras de Nathaly y Leo, los dos protagonistas. La extensión de la novela permite que ambos se desarrollen en función de las exploraciones por las que atraviesan y así vayan saltando entre encuentros y desencuentros. Poco a poco se irán conociendo y harán partícipe al lector de sus intrincadas aventuras exteriores y del latir de su corazón interior. La autora hace un ímprobo esfuerzo por generar una relación intensa entre ellos, la cual, salvando la lógica de la propia ficción fantástica, tiene los mayores visos de naturalidad y realismo. Por supuesto, tampoco debemos desdeñar los momentos más intensos, de pura acción, en donde todo se dispara y el ritmo vertiginoso se abre paso. Será, durante esas circunstancias adversas, cuando el temple de los protagonistas se ponga a prueba.
En su afán por mostrar al lector todo el despliegue de creatividad e imaginación, a veces el peso de los personajes es desigual. Incluso, en ocasiones, hay alguna sensación de pérdida del hilo, ya que ciertos bríos, propios del teatro en lo que respecta a la entrada y salida de los actores, pueden ocasionar cierto desencuentro en el espacio y tiempo narrativo. En cualquier caso, como podrá comprobar el lector, la presente lectura es muy ágil. Todo gracias a la utilización del recurso del diálogo y la proliferación de escenas donde el uso conversacional es esencial. La fluidez de la narración encaja muy bien con el tipo de lectura propuesto por la autora. El entretenimiento está asegurado.
El vínculo mágico pone encima del tablero de juego toda una serie de elementos sentimentales y valores: el amor, la camaradería, la confianza, el tesón, la amistad, la lucha por las propias creencias, la justicia… Todo ello recorrerá la narración y a los protagonistas que se verán envueltos en un sinnúmero de acontecimientos que, incluso, les harán dudar de los nexos que los unen. El lector, hasta que no llegue al final de la narración, no podrá averiguar todos los secretos ocultos. E, incluso, llegados ahí, deberá esperar a una merecida continuación donde se desvelen las respuestas a preguntas aún sin resolver.
Mención especial a la cuidada maquetación de la obra que hace que la inmersión en el mundo de fantasía sea mayor.
Hoy traemos para reseñar El vínculo mágico, de Laura Montes Simoes. Una novela juvenil que la propia autora recomienda para una horquilla de entre doce y dieciocho años. Un juego de sueños y recuerdos tan intensos como poco fiables que unirá a la pareja protagonista. Ambos participarán en una suerte de metáfora de la leyenda japonesa del hilo rojo. A veces hay que tener cuidado con lo que se desea porque puede cumplirse. Enfrentarse a los propios sueños y hurgar en los recuerdos para avanzar en el conocimiento de uno mismo es la única salida cuando todo se pone cuesta arriba.
Laura Montes Simoes toca temas de fantasía clásicos con tintes adolescentes. No falta un colgante que nos recordará a Áuryn, el talismán de La historia interminable (Michael Ende, 1979), y una maldición como la de los amantes que encarnaron Rutger Hauer y Michelle Pfeiffer en Lady Halcón (Richard Donner, 1985). El mundo de El vínculo mágico nace del fruto de una etapa adolescente en la que, efectivamente, las hormonas estallan sin control. La sensación de quererlo todo para ya, la impaciencia, los sentimientos que afloran sin filtro alguno, la búsqueda de la trascendencia, de un lugar al que pertenecer, la lucha contra una sociedad que no te entiende, el refugio en uno mismo, el cuestionamiento de todo lo que sucede, encontrar una ruta de escape hacia otros mundos… En esta etapa de búsqueda vital es donde la fantasía eleva la mente del lector y lo sitúa más allá de su día a día lleno de prohibiciones y sinsentidos. Volar a Oz, a Narnia, al país de Nunca Jamás o bucear más allá de la madriguera del conejo de Alicia son actividades necesarias… Y aquí estamos de enhorabuena, ya que la autora ha dado con la tecla para plasmar todo este cruce de sentimientos juveniles y darle así sentido de novela.
ⒻⓄⓇⓄⓁⒾⒷⓇⓄ 