En un pequeño pueblo de España, la familia Salanueva debe adaptarse a los cambios de la época en la que se encuentra. Militares extranjeros inundan las calles y su casa, mientras que sus hijos se ven obligados a estar en el frente. Alicia Salanueva, la menor de la familia, no está dispuesta a resignarse al papel que le han asignado como mujer. En un país deshecho por la guerra, la joven se enfrentará a los convencionalismos en busca de su propio destino. Un destino en el que el amor será un pilar fundamental.
– AUTORA –
«Nací el 30 de julio de 1964 en Zaragoza, aunque viví toda mi infancia en Tauste. Fui una niña tranquila, que pasó muchas horas leyendo, tocando el piano y en compañía de adultos, sobre todo de mi abuela Carmen, viuda de guerra. A los 14 años, me marché a estudiar a Zaragoza y cuatro años después, a Valencia donde me hice Arquitecto Técnico y me quede a vivir. Allí me case y nació mi hija. Como siempre me gustó mucho escribir e investigar, aprovechando la baja maternal, comencé a Hacer lo mismo con la desaparición de mi ángel Ángel en la Guerra Civil. Tanto me apasionó el tema, que desde entonces no dejó de hacerlo. Hacia el verano de 1994, mi trabajo nos obligó a trasladarnos a Santa Cruz de Tenerife y cuatro años después a Las Palmas de Gran Canaria, donde vino al mundo mi hijo y donde seguimos viviendo. A finales del 2013, con toda la documentación recopilada a lo largo de mi vida, las anécdotas que mi abuela me contó, y las cartas que me hicieron frente, mi escritora con mi primera novela La fotografía. de un soldado que esta a la venta. Al mismo tiempo, comencé a escribir pequeños relatos con los que he quedado finalista en varios concursos. Poco después, en unión de amigas, nos embarcamos en la aventura de hacer un libro de relatos escritos entre las tres: Doce tríos y doce a solas, que ya está a la venta. Y, ahora mismo, estoy escribiendo otra novela y sigo participando en certámenes de relatos, antologías y publicaciones en revistas».
– GUSTARÁ
A los aficionados a la novela rosa y romántica en cualquiera de sus vertientes. A quienes aprecian las situaciones en las que predominan las pulsiones sentimentales que prevalecen sobre los controles racionales. Satisfará a los que disfrutan reconociendo, o intentando reconocer, lugares, marcos y paisajes que permanecen en el subconsciente colectivo de una época. A los que son capaces de recordar su propia época de la inocencia. A los que rinden homenaje al lado femenino de cualquier persona.
– NO GUSTARÁ
Por definición, a los que consideran éste género como algo menor. A quienes prefieren personajes más complejos para “psicoanalizarlos” página a página. A los amantes de la acción constante y turbulenta, con rotundas dosis de violencia. A los que disfrutan con exóticas aventuras o géneros fantásticos.
– LA FRASE
“…me parece que ya deberías empezar a llamar a Alicia, señorita Alicia, tata —dijo de repente y sin venir a cuento Elena, la mayor de las tres chicas, que no hacía mucho tiempo había cumplido los veinticuatro—. Ha dejado de ser una niña, tiene quince años, y ya es hora de que algunas cosas cambien. Como esta costumbre tan tonta de que desayune mucho más tarde que el resto y en su alcoba, ¡también debería terminar!».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: “Alicia Salanueva, Tiempos de amor y guerra” donde hallamos juventud, amor, libertad de acción, ingenio, independencia y rebeldía. Si creemos en la “doctrina” o tradición numerológica asumiremos que todos estos términos, y algunos más, están íntimamente asociados al número 15. Y, aunque la numerología no sea lo nuestro, tendremos que aceptar la tremenda influencia de esa cifra en el imaginario colectivo cuando se asocia al aniversario de una jovencita. La novela de Ana Larraz Galé se inicia, prácticamente, en la mañana del decimoquinto cumpleaños de Alicia Salanueva, familiarmente Ali. Una jornada que se anuncia feliz en un tiempo y un lugar poco propicios para celebraciones. Lo que hoy conocemos como “fiestas de los quince años” de lucidísimo vestuario juvenil, con origen atribuido a las grandes culturas precolombinas, no era homologable para nuestra protagonista en la España de 1937, tampoco para la exaltación del “amor de quince años”, por un dinámico dúo musical, ya que aún faltaban veintitrés años para el lanzamiento de ese éxito. Pero en la fiesta de Alicia no iban a faltar ni la música ni los vestidos.
La autora enmarca la parte principal del relato en plena guerra civil española para disponer de escenarios y acontecimientos donde acomodar y situar a sus personajes, sin guerra no habría novela, pero Ana Larraz Galé de lo que realmente nos habla es de sentimientos, anhelos, ilusiones y esperanzas. Tampoco faltan la melancolía, las frustraciones y el dolor. Los desastres bélicos son tratados con rotundidad pero sin truculencia artificial que estimule o exacerbe los resortes más negativos de la personalidad de algunos. El conflicto y su fatídica influencia está omnipresente (como no podría ser de otra forma) pero queda siempre “por detrás” de los actores que nos presenta la autora.Las actuaciones, comportamientos e interrelaciones entre los personajes obedecen fundamentalmente a factores íntimos de la personalidad de cada uno, o al uso social de la época y del lugar de dónde provienen o interactúan. En todo caso la guerra aleja y aproxima, ofrece oportunidades, frustra deseos, condiciona decisiones.
Alicia Salanueva representa, probablemente, el arquetipo de una generación de mujeres que el destino situó en una complicada frontera en tránsito de lo rural y analógico a los albores de lo digital, de lo provinciano a lo universal, de lo convencional a lo rompedor.Todo un difícil equilibrio para una vivaracha y alegre jovencita que igual obsequia a su auditorio de familiares y amigos con valses y “mazorcas”, bailables ejecutados al piano, con menos pericia que sus hermanas mayores, o intenta educar a su perro Boby al tiempo que debe controlar los latidos de su corazón. Mientras, de forma sutil y oportuna, Ana Larraz Galé hace su discreto guiño (u homenaje) al Romanticismo de Schumann, de Gustavo Adolfo Bécquer, o de Corín Tellado. El periplo, que lleva de Ali quinceañera a Alicia madura, transcurre ameno y animado en una lectura “plurifuncional” que permite tanto una reflexión reposada sobre los personajes y sus motivaciones, como un entretenido pasatiempo, en el que encontramos un final con su justa dosis de misterio, intriga y sorpresa.
En esta obra Ana Larraz Galé ya nos anuncia su próxima novela cuyo título parece mostrarnos la otra cara de la moneda, pero eso será otra historia.