UN CORAZÓN ROTO SE VISTE DE AMARILLO – JOSÉ MANUEL PÉREZ VARELA – AUTOPUBLICACIÓN, 2019.

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TÍTULO: UN CORAZÓN ROTO SE VISTE DE AMARILLO.

AUTOR: JOSÉ MANUEL PÉREZ VARELA – INSTAGRAMTWITTER –  FACEBOOK

EDITORIAL: AUTOPUBLICACIÓN

PÁGINAS: 246.

¿DÓNDE COMPRARLO?:  AQUÍ

 – SINOPSIS –

Esta pequeña parte del libro sirve para sintetizar en pocas líneas la obra que tienes entre manos. Sin embargo, me he devanado los sesos y no he conseguido resumirla y mucho menos he sabido definirla. Podría decirte que es una novela histórica, aunque la historia no es lo que se ha vivido, sino lo que se recuerda, cómo se recuerda, cómo se cuenta y quién lo cuenta; y todo esto es muy difícil de llevar a cabo sin apasionamientos. También podría decir que dentro hay una historia de amor, pero no es esta una novela romántica, ni mucho menos. Tampoco la puedo clasificar como bélica, aunque tenga la Guerra Civil Española como trasfondo. Finalmente, y esperando que perdones mi ánimo, prefiero que tú mismo pases la primera página y te adentres en la novela. Te aseguro que será mucho más placentero para ti que vayas desgranando su contenido a través de la mirada triste de su protagonista. Escribí esta obra con todo el cariño y dejándome el alma para que los jóvenes de quince a cien años no olviden nuestra historia. De hecho, puedo desvelarte que vivirás y sentirás lo mismo que Diego, un niño campesino de diez años que es trasladado a un curioso hotel en medio de la nada. Allí dentro, en compañía de otros pintorescos huéspedes y de su viejo zurrón, tratará de recomponer su áspero pasado y descubrir un horrible secreto que le atormenta y que guarda en la hondura de su corazón. ¿Quieres descubrirlo con él?

 – AUTOR –

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Nacido en 1979 en Coruña (Galicia) y afincado en Tenerife por motivos laborales. Electrónico industrial, criminólogo, funcionario y en sus ratos libres escritor. Un corazón roto se viste de amarillo es su primera novela. Una novela solidaria cuyos beneficios irán a parar a la Asociación Española Contra el Cáncer.

– GUSTARÁarrow-145786__340

A todos los lectores que aprecian el juego y creación de personajes con una particular sensibilidad en un entorno adverso y asfixiante que les hará luchar con las pocas armas que están a su alcance: la esperanza, la confraternización y la amistad. Esta «fábula» será del interés de todos aquellos lectores que buscan historias donde los personajes, de voces corales, modelan el propio espacio descriptivo.

– NO GUSTARÁ arrow-145782__340.png 

A los que supeditan el ritmo cinematográfico del thriller en sus lecturas al contenido y a la voz de los personajes. Tampoco será del interés de los que busquen un lienzo histórico preciso de la guerra civil española. En la presente novela el hiperrrealismo es tangencial en favor del contexto de una función muy concreta en el espacio y en el tiempo. El texto encuentra antes la moraleja que la fidelidad de los hechos del pasado de posguerra.

– LA FRASE vintage-1751222__340.png

«Diego se retiró cabizbajo a su habitación, no sin antes llevarse su ración de caramelos del postre y también la de sus compañeros de mesa. Pero ni todo el dulce del monasterio podía animarlo. Alcanzó la parte del piso de arriba del hotel y pudo notar que a la pared del ala de su residencia les faltaban cuadros. Su habitación también había sufrido cambios: el mobiliario estaba todo removido, la estantería ya no poseía  los mismos autores, quedaban algunos cuentos de miedo y poemas tristes. El cuadro La cara de la guerra de Salvador Dalí lucía en lugar del lienzo de El Bosco. Alguien había removido la estancia 206 sin en permiso de su dueño. Presentaría una queja a la mismísima dirección. Ya era la segunda vez que invadían su intimidad».

– RESEÑAletter-576242__340.png

las-carceles-reconvertidas-en-hotel-que-te-sorprenderan-4Hoy traemos para reseñar Un corazón roto se viste de amarillo, de José Manuel Pérez Varela. Una fábula atemporal, aunque el texto quede perfectamente enclavado en uno de los tiempos más convulsos de la historia española: la posguerra de la guerra civil española. A toda guerra, y en especial a las fratricidas, les acompaña y les sucede un período de ajuste de cuentas, silenciamiento de la oposición, asfixio normativo, además del ajusticiamiento inmisericorde y sumario en el que desemboca. Hay dos maneras de contar los relatos históricos para la comprensión y formación de las nuevas generaciones: una es la fiel, ortodoxa, realista y cruda reproducción; la otra es mediante la metáfora, la hipérbole, el histrionismo, la paradoja e, incluso, la ucronía. Así nos podemos encontrar por comparación en la Segunda Guerra Mundial a La lista de Shindler como ariete de un mensaje que ha conseguido llegar de manera global a todos los estratos de la sociedad como ejemplo de las consecuencias del nacionalismo excluyente, adoctrinante, supremacista y dictatorial. De otro lado, se encuentran los relatos que emplean otras fórmulas para llegar al público, tocando diferentes teclas para alcanzar el mismo mensaje: la intolerancia y la violencia intrínseca de los pueblos, tarde o temprano acabará con ellos. Ahí están, desde La vida es bella, a Jojo Rabbit, El niño con el pijama a rayas o, incluso, Malditos bastardos. También queda para los más preparados el extremo realismo de películas como el Hijo de Saúl que arranca el alma del más altanero y hierático espectador. Un corazón roto se viste de amarillo se acerca a esa pequeña extrañeza que le invade a un lector cuando se introduce de lleno en Shutter Island de Dennis Lehane, en Los renglones tornidos de Dios de Torcuato Luca de Tena, en La montaña mágica de Michael Mann, en La peste de Albert Camus o en El Ángel exterminador de Luis Buñuel. Algo no le cuadra, algo no fluye. Siente una rareza.
webEn la presente novela son los protagonista los que «le comen la tostada» al narrador omnisciente. Un plantel coral de almas que vagan sus penas, sus anhelos y sus esperanzas por un hotel que formatea y resetea todo lo que se salga de sus directrices, ideario y procesos normativos. Mientras el individuo se mantenga dentro de los márgenes marcados podrá ser acreedor de una falsa libertad (pueden apreciarse paralelismos con El cuento de la criada de Margaret Atwood), pero al primer atisbo de rebeldía las consecuencias serán implacables. El narrador pincela el contexto histórico-social del panorama de posguerra pero deja vía libre a los personajes para que completen lo que la fría descripción no alcanza. Un corazón roto se viste de amarillo es, principalemente y ante todo, una novela de personajes en la mejor tradición de Wenceslao Fernández Florez, Miguel Delibes, Camilo José Cela, las tragedias de Lorca o Lope de Vega, o los personajes nocturnos, marginales y pendencieros de Luces de Bohemia de Valle Inclán. En la presente obra, un nutrido grupo de personajes crean un atmósfera de realismo mágico entre ellos y con sus celadores, que harán que el lector se cuestione hasta la propia verosimilitud del relato, ya que el propio autor juega con una estructura que se aleja de lo concreto para entrar en el espacio de los abstracto, lo fantástico y lo desarraigado. Las interactuaciones de todos ellos, desde los primerizos recelos hasta la progresiva camaradería batallando con sus penurias, desventuras y miserias, dejarán su impronta en el lector. Y uno por encima de todos: Lola, (descúbranla ustedes, aquí no diremos más). Para redondear el bodegón tenemos al director del hotel donde se alojan estos «huéspedes» que abraza trazas del mejor doctor Frederick Chilton de El silencio de los corderos o del alcaide Norton de Cadena perpetua.
Un corazón roto se viste de amarillo «vuela sobre el nido del cuco» de varias realidades. Se expone el intento de protección de la infancia contra aquellos que quieren manosearla, el abuso sistemático y homofóbico a aquel que mira de distinta manera o la institucionalización de los denominados «niños robados». En este centro, la falsa «cura del bienestar» afecta a todos, pero con diferente intensidad: los cautivos sufrirán la lucha interna entre salvar su convicciones personales o claudicar en favor del reglamento establecido por la dirección del hotel; y los captores palparán la impotencia de ver cómo sus procedimientos inquisitoriales no dan el resultado que esperaban. En la novela de José Manuel Pérez Varela habita lo mejor y lo peor del ser humano. Son precisamente en los lugares pequeños y claustrofóbicos donde se conoce la verdadera catadura moral de cada individuo. Es ahí donde, una vez despojados de los convencionalismos éticos y morales y en un estado de permanente alerta y supervivencia, aparece el hombre desnudo. La presente novela, a modo de fábula redentora, nos aproximada al horror de lo cotidiano; aquel que, ejercido con periodicidad, acaba minando la cordura del más templado. El crisol escénico del «hotel» planteado por el autor es un microcosmos, un invernadero del ying y el yang humano. De lenguaje raudo, incisivo y permeable a todo tipo de lectores, Un corazón roto se viste de amarillo es una enriquecedora fábula donde se atestigua, una vez más, que en la lucha entre hermanos, solo hay perdedores.

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