¿Alguna vez has soñado con una persona desconocida? ¿Has sentido la imperiosa necesidad de buscarla? Sergio, un hombre que ha sufrido un trágico suceso familiar, y Alba, una mujer cautiva de un doloroso desengaño sentimental, se conocen surgiendo entre ellos una fuerte atracción. Pero él aún no es libre; Luna, una mujer desconocida que aparece con insistencia en los sueños de Sergio, y la actitud de él de encontrarla a toda costa, impiden que Alba pueda entregarle todo su amor. Será en Egipto, a orillas del Nilo, donde Alba y Sergio descubrirán quién es y qué se esconde tras la enigmática mujer del sueño, una revelación sorprendente que jamás habrían podido imaginar. Déjate seducir por este trepidante y apasionado thriller romántico que mantiene la intriga y el suspense hasta la última página.
– AUTOR –
Leo Mazzola nació en Valencia. Arquitecto superior y máster de urbanismo por la Universidad Politécnica de esa ciudad, a lo largo de su trayectoria profesional ha diseñado y construido edificios para uso residencial, hotelero, comercial, cultural, deportivo, y de oficinas, además de numerosas viviendas unifamiliares. La profunda crisis del sector inmobiliario le ha proporcionado la posibilidad de fomentar una de sus mayores aficiones, la de escritor. AMORES PROHIBIDOS (Diario de un hombre) – 1ª Parte, fue su primera novela en publicarse en papel por la Editorial Chiado en Noviembre de 2013. En Agosto de 2014 se integra en la asociación literaria Colección LCDE y publica bajo este sello la versión digital. Poco después, en Septiembre, y con el patrocinio de LCDE, ha publicado tanto en papel como en ebook AMORES PROHIBIDOS (Diario de un hombre) – 2ª parte, con el que pone fin a esta bilogía.
En Diciembre de 2014 organizó el I Encuentro de Novela Romántica Ciudad de Alicante, un certamen que contó con la participación de 12 autores que presentaron sus últimas novedades, 2 foros literarios, y actuaciones de teatro y danza contemporánea. La madrina del evento fue Arlette Geneve, finalista del premio Planeta 2008. En noviembre de 2015 organizó la 2ª edición del ERA, en esta ocasión en el Centro Cultural Las Cigarreras, un evento en el que participaron presentando sus obras un total de 24 autores procedentes de diversas ciudades de España, certamen en el que presentó su tercera novela: ATRAPADA EN VENECIA, una historia romántica llena de intriga y suspense y que se apoya en un gran trabajo de investigación histórica.
.
– GUSTARÁ
A los amantes de la novela romántica o rosa pero con tintes de intriga, suspense, fenómenos clínicos, oníricos y paranormales. Aventuras fuera de la clausura de las correrías de alcoba y sentimentalismos de postureos de Instagram. A aquellos que les gusta viajar a destinos culturalmente diferentes a los propios también descubrirán una interesante propuesta.
– NO GUSTARÁ
A los detractores de los besos, las lágrimas, las carreras desaforadas de último minuto por los aeropuertos, los malentendidos y, en general, todo lo relacionado con el olor de la carne llena de testosterona y estrógenos. Recordemos que aquí no todo son amoríos, pero sí los suficientes para un amplio grupo de lectores.
– LA FRASE
«Todos los seres humanos disponemos de una serie de capacidades que no llegamos a utilizar. Conforme vayamos avanzando en el conocimiento de nosotros mismos, es muy posible que descubramos cómo hacer uso de ellas. Hoy por hoy, percepciones extrasensoriales como la clarividencia, la precognición, la telepatía, o la retrocognición, no son avaladas por la comunidad científica, pero tampoco existen pruebas que puedan negarlas, simplemente se desconocen los mecanismos para ponerlas de manifiesto».
– RESEÑA
Hoy traemos Sueños de luna de Leo Mazzola, una desinhibida novela de un autor que va aglutinando experiencia literaria en un género, el romántico, que, aunque siempre ha tenido su cuota firme en el mercado del libro, es en estos últimos años donde ha despuntado notablemente de su letargo. Seguramente al cobijo de dos fenómenos singulares, la todopoderosa aparición de los libros de E.L. James y su trilogía de las cincuenta sombras y el nuevo movimiento feminista del siglo XXI. Si el fenómeno vino en los años noventa con Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992), ahora el foco está puesto en las desventuras amorosas de Anastasia Steele y Christian Grey (curioso analizar la traducción del significado de ambos apellidos, elegidos con toda seguridad con un propósito narrativo muy bien definido). Son los sentimientos más primigenios y reptilianos los que congregan a un sin fin de asiduos lectores (lectoras en su mayoría) a ser partícipes del juego de la seducción en todas las vertientes que la imaginación del autor es capaz de verter en el papel en blanco. De orígenes inmemoriales es de dónde nos llega esta temática que hasta la Edad Media con el término Romance (y novela pastoril) no acuñó lo que hoy conocemos como tal, aunque con esquemas muy diferentes. Resumidamente se cumplía el siguiente arco narrativo: encuentro de una pareja de jóvenes (enamoramiento, fuga, boda…), separación (en un viaje arriesgado con sinsabores, guerras, naufragios, piratas…), reencuentro de los enamorados (que han sido fieles a pesar de las dificultades) y final feliz. De ahí pegando un increíble y sintético salto podemos anclarnos a la Santísima Trinidad del género: Orgullo y prejuicio de Jane Austin, Cumbres borrascosas de Emily Bronte y Jane Eyre de Charlotte Bronte. En estas novelas el romance era una pieza fundamental en la narración pero siempre enfocado a la crítica y a la escenificación de los distintos estratos sociales y políticos de una época donde la libertad de actuación y elección de los amoríos estaba supeditada a ciertos componentes reglamentarios, protocolarios y económicos.
Con la irrupción del siglo XX y más en concreto tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, Europa vivió una etapa de libertad (y libertinaje) que se plasmó en una erotizante fagocitación de la novela romántica tradicional. Aunque mejor deberíamos llamarle género «rosa» para no pisar a la genuina literatura romántica de finales del XVIII y mediados del XIX con sus insignes referentes que nada tienen que ver con lo que popularmente se entiende hoy en día como literatura romántica: Goethe, Hoffmann, Víctor Hugo, Lord Byron, Aleksandr Pushkin, Edgar Allan Poe, Mary Shelley, y también españoles como José de Cadalso, José de Espronceda, Mariano José de Larra, José Zorrilla, el Duque de Rivas, Gustavo Adolfo-Becquer o Rosalía de Castro. Todos estos autores merecen por méritos propios que las nuevas generaciones de lectores puedan diferenciar entre la literatura romántica clásica y la moderna o, como decimos, «rosa o erótica». Lo que diferencia aquella de la moderna es básicamente que el espectro de la literatura romántica es mucho más amplio y toca temas sobre los designios de la naturaleza, la furia y pasión de los sentidos, la imaginación, la fantasía, la irracionalidad del espíritu en contraposición a la reglamentación de la etapa neoclásica, la búsqueda de la libertad de formas y estilos del individuo para romper cadenas, explorar, aventurarse en paisajes de ensueño y vivir con la conciencia de un ser limitado pero sediento de nuevas sensaciones y exploraciones. En cambio, la novela «rosa o romántica contemporánea» adapta varias de estas premisas pero las margina y concreta, mayoritariamente, a los besuqueos más o menos afortunados de sus protagonistas, siendo este el argumento principal de la obra y dejando de lado otros hilos narrativos que son, simplemente, la excusa para que la fricción amatoria surja. Y al revés, otros géneros incluyen el romance en ellos, pero es la aventura, el espionaje, el suspense, el terror o la literatura negra la que lleva la voz cantante y achica los asuntos de alcoba.
Y, ¿dónde podemos ubicar a Sueños de Luna?. Pues como comentábamos antes, las primeras obras del Romance se basaban en: encuentro, separación con peripecias varias y reencuentro (esto nos puede recordar a la, seguramente, mayor aventura jamás narrada de la mitología clásica; La Odisea de Homero, donde Ulises se separa de Penélope durante veinte años de aventuras e infortunios para regresar finalmente a Ítaca donde tendrá que superar un gran desafío para volver a disfrutar de los brazos de su amada). En este tipo de novelas prima la aventura sobre la relación amorosa. Sin esta epopeya principal no tendría sentido el sentimentalismo del resto del argumento. Sueños de Luna parte del núcleo principal de una relación heterodoxa entre los protagonistas de lógicas antagónicas con mochilas de muy distinto pesaje. El autor culebreará las situaciones y aguijoneará a estos, ya no tan jóvenes efebos, para que se encuentren en el piélago de sus destinos y emprendan juntos (y, a veces, revueltos) una aventura exótica con su punto onírico y paranormal. Es con estos antecedentes con los que Leo Mazzola entra en río revuelto para darle una vuelta de tuerca a una relación de daguerrotipia que les fijará a un lecho común. Aunque antes de su desenlace llegará el viaje exótico.
Tendremos ocasión de visitar un Madrid que rumia sus tardes de tascas con chances de aventuras de mentidero asfalto, aromas cosmopolitas, ilusiones de castizas callejas y encuentros al ritmo circadiano de quien no duerme a sus horas y se ata la trenca en un eterno otoño que cambia sus hojas por los ojos de los transeúntes que asaltan con la mirada sus tertulianos cafés. Leo Mazzola nos describe muchos madriles, tantos como sus personajes son capaces de absorber para lograr llegar a unas tablas ajedrecísticas que les hagan tenerse que volver a sentarse juntos para compartir una nueva partida de la que tampoco saldrá ninguno victorioso. Sergio y Alba irán viendo como la madeja de la leyenda del hilo rojo japonés se les va enrollando en la aspadera. Y lo que ha unido las retuertas del destino que no lo separe el hombre. Si es Madrid el atril del discurso de la pareja, será Egipto el vehículo que pondrá a prueba la cohesión y fortaleza de su relación. Aquí hayamos el viaje, la partida, el exotismo, la tierra extraña en la que serán despojados de su poltrona y del fuego del hogar para ser entregados al desafío hercúleo que, jugándose el todo o nada, enjuiciará el futuro de la relación de los protagonistas. Sin superar este escollo no podrán liberarse de las cadenas que les atan a unas vidas pasadas, trágicas y, como veremos al final, sorpresivas. Es precisamente la metáfora del viaje la que alcanza a cada individuo que quiere lograr algo fuera de su zona de seguridad y confort. Aquí seguramente se encuentre el mayor acierto de la presente obra. El autor viste un Egipto contemporáneo pero muy cercano al encantamiento de las épocas faraónicas donde acudían los arqueólogos y la burguesía europea al abrigo de leyendas, mitos y fortunas esotéricas.
Leo Mazzola también nos habla de sueños, de la búsqueda psiquiátrica en el interior de un alma que no está bien engrasada y que tiene un pasado que le lastra al fondo de un pozo sin fondo. Sueños recurrentes que incomodan, aprisionan y se pueden llevar por delante a un individuo y a todos los que se relacionan con él, ya que en lo más profundo de la psique del protagonista se haya un secreto que no será fácil de extirpar. Valga el sistema de trepanación egipcio como metáfora de la purga que tendrán que llevar a cabo los enamorados para empezar un nuevo camino fructífero. Nos encomendamos a Osiris, diosa de la resurrección en su pugna cíclica y eterna con Seth. Osiris moría en la estación más seca para renacer tras la retirada de las aguas de la crecida. Mientras Seth reinaba como dios caótico del desierto Osiris representaba todo lo que renace, pero sobre todo el Nilo, símbolo de regeneración y fertilidad, dios de la inundación que conlleva la victoria de la tierra negra, el limo fértil para el alivio de agricultores, sobre las zonas de influencia de Seth, el desierto y las tierras áridas.
Sueños de Luna es una novela romántica («rosa») que bulle algunas inquietudes más allá de la cerrazón de las debilidades de la carne tan características en este tipo de novelas. Las tramas secundarias quedan imbricadas en la principal de tal manera que funciona como varias capas que dotan de profundidad a unos personajes que si bien se aman, también deben cumplir con algunos requisitos del género de intriga y suspense. Mantendrá por tanto al lector entretenido en un juego de dioramas de prosa ágil, directa, con notables descripciones y diálogos con enjundia.
El viaje es el eterno juego que el destino nos tiene reservado, pero no en primera clase, sino atravesando los sinsabores de la bodega de carga. Allí, en la lucha, es donde se aprende.
[…] Crucero Místico y Literario).02.12.18 Montse (canal youtube MonEstebanMon).30.11.18 Blog Foro Libro. 29.11.18 Noelia Silva (Blog Entre páginas y Letras) 22.11.18 María (Blog Leyendo, Tejiendo y […]
30 noviembre, 2018 en 1:32 pm
Impresionante reseña. No estoy habituado a leer críticas con este nivel de profundidad. ¡Enhorabuena!
Me gustaMe gusta
5 diciembre, 2018 en 3:19 am
[…] LA MUERTE Y TENDRÁ TU ROSTRO ÚLTIMA SUEÑOS DE LUNA LA LARGA ESPERA […]
Me gustaMe gusta
31 julio, 2020 en 8:08 am
[…] Crucero Místico y Literario).02.12.18 Montse (canal youtube MonEstebanMon).30.11.18 Blog Foro Libro. 29.11.18 Noelia Silva (Blog Entre páginas y Letras) 22.11.18 María (Blog Leyendo, Tejiendo y […]
Me gustaMe gusta