«Tales of Mistery and Imagination» fue publicada originalmente en 1902, más de cincuenta años después del fallecimiento del autor. La presente obra recopila los cuentos más importantes de Edgar Allan Poe. La reseña sobre este volumen es de una gran complejidad ya que Poe es inabarcable. Cuando tengamos más fuerzas, intentaremos abordarla. De momento vaya como aperitivo las palabras que sobre él han dicho los más grandes autores de la literatura mundial. Pero antes y una vez releídos sus cuentos de nuevo, enumero por orden alfabético lo que a nuestro juicio son los diez mejores.
Berenice
El corazón delator
El gato negro
El pozo y el péndulo
El tonel del amontillado
La caída de la casa Usher
La máscara de la muerte roja
La verdad sobre el caso del señor Valdemar
Ligeia
William Wilson
(Poema «El Cuervo» de Edgar Allan Poe. Homenaje y adaptación en «Los Simpsons)
Sir Arthur Conan Doyle: «Cada una de estas obras constituye una raíz de la que ha brotado toda una literatura. […] ¿Dónde estaba la literatura policíaca antes de que Poe le insuflara el aliento de vida?»
Robert Louis Stevenson: «Quien fue capaz de escribir «Rey Peste» dejó de ser un ser humano. Por su bien, y movidos por una infinita piedad hacia un alma tan extraviada, nos agrada darle por muerto»
H.P. Lovecraft: «La fama de Poe ha sido objeto de las más curiosas vicisitudes y ahora está de moda entre la avanzada intelligentsia minimizar su importancia como escritor y su influencia. Sin embargo, le sería difícil a un crítico imparcial negar el enorme valor de su obra y la potencia penetrante de su pensamiento como creador de visiones artísticas»…«fue el primero en darles ejemplo y enseñar un arte que sus sucesores, con el camino abierto y con su guía, pudieron desarrollar mucho más. Pese a sus limitaciones, Poe realizó lo que nadie había realizado o podía haber realizado, y a él debemos la novela de horror moderna en su estado final y perfecto»…«De esta manera los espectros de Poe adquirieron una malignidad harto convincente que no poseían los de ninguno de sus antecesores y fundó un nuevo modelo de realismo en los anales del horror literario»
D.H. Lawrence: Define a Poe como «aventurero en las criptas, sótanos y horribles pasajes subterráneos del alma humana»
Charles Baudelaire: «¡Lamentable tragedia la de la vida de Edgar Poe! Su muerte, ¡desenlace terrible cuyo horror incrementa la trivialidad! Todos los documentos leídos me han llevado al conocimiento de que los Estados Unidos no fueron para Poe sino una vasta prisión que recorría con la agitación febril de un ser creado para respirar en un mundo más aromático —que el de una gran barbarie iluminada con gas—, y que su vida interior, espiritual, de poeta o incluso de borracho, no era sino un esfuerzo perpetuo por escapar a la influencia de esta antipática atmósfera. Despiadada dictadura la de la opinión en las sociedades democráticas; no imploréis de ella ni caridad, ni indulgencia».
Stephan Mallarmé: «Permita que le diga que alguien en París piensa en usted a menudo y se une a usted en la conservación de una profunda veneración respecto a ese genio que, probablemente, ha sido el dios intelectual de nuestro siglo».
Jorge Luis Borges: «En la neurosis, como en otras desdichas, podemos ver un artificio del individuo para lograr un fin. La neurosis de Poe le habría servido para renovar el cuento fantástico, para multiplicar las formas literarias del horror. También cabría decir que Poe sacrificó la vida a la obra, el destino mortal al destino póstumo. […] Poe indisolublemente pertenece a la historia de las letras occidentales, que no se comprende sin él».
Rubén Darío: «La influencia de Poe en el arte universal ha sido suficientemente honda y transcendente para que su nombre y su obra sean a la continua recordados. Desde su muerte acá, no hay año casi en que, ya en el libro o en la revista, no se ocupen del excelso poeta americano, críticos, ensayistas y poetas».
Julio Cortazar: «De la totalidad de elementos que integran su obra, sea poesía, sean cuentos, la noción de anormalidad se destaca con violencia. A veces es un idealismo angélico, una visión asexual de mujeres radiantes y benéficas; a veces esas mismas mujeres incitan al entierro en vida o a la profanación de una tumba, y el halo angélico se cambia por un aura de misterio, de enfermedad fatal, de revelación inexpresable; a veces hay un festín de caníbales en un barco a la deriva, un globo que atraviesa el Atlántico en cinco días, o la llegada a la Luna después de asombrosas experiencias. Pero nada, diurno o nocturno, feliz o desgraciado, es normal en el sentido corriente, que incluso aplicamos a las anormalidades vulgares que nos rodean y nos dominan y que ya casi no consideramos como tales. Lo anormal, en Poe, pertenece siempre a la gran especie».