¿Qué situación te produciría más incomodidad si caminas solo por una calle de madrugada: toparte con una entidad desconocida o con alguien de carne y hueso que se dirige decididamente hacia ti? A veces, el terror surge de situaciones cotidianas que se tuercen irremediablemente sin previo aviso, ocasionando misterios difícilmente explicables con argumentos basados en la realidad física. Lo desconocido nos provoca ansia y atracción a partes iguales, pero esos sentimientos pueden convertirse en horror, desesperanza y contrariedad con un sonido cuya fuente no podemos explicar, una sonrisa macabra de alguien que creemos conocer muy bien o con una silueta difusa y extraña que nuestra mente descifra como humana por falta de información. Mimetia: los archivos crípticos es una recopilación de historias mundanas cuyos protagonistas sufren un giro del destino tan extraño que podrían ser catalogadas como leyendas urbanas de no ser por las evidencias fotográficas que las acompañan. Y es que el miedo puede presentarse de diversas formas: desde nuestro patio trasero hasta los dibujos de un anciano senil, pasando por un ascensor o una bella estrella fugaz.
– AUTOR –
Zack Lenders nació en Madrid a principios de la década de los noventa y pasó su infancia en el barrio de Butarque, en Villaverde Bajo, hasta que se trasladó junto con su familia a Cataluña, donde estudió ingeniería industrial en la UPC y filología inglesa y catalana en la UAB, completando sus estudios superiores con un máster en ciencia de datos e inteligencia artificial en la UOC. Actualmente, ejerce como ingeniero para el departamento de software de diagnóstico de una empresa farmacéutica. Su primera toma de contacto con el género de terror fue a la edad de cinco años a través de las teleseries y largometrajes de obras de Stephen King como It, Misery, o The Langoliers, libros que lo marcaron y que despertaron en él un fuerte interés por el miedo en general, enamorándose de H.P. Lovecraft y de Clive Barker en su adolescencia y abrazando los géneros creepypasta y found footage en su juventud a la par que saboreaba sagas de videojuegos como Silent Hill o Project Zero. Con Mimetia: los archivos crípticos, Zack presenta un universo realista con historias cortas acompañadas de imágenes a modo de evidencias que complementan la lectura como si se tratase de un informe de investigación.
– GUSTARÁ
A todos los seguidores del misterio (como diría Íker Jiménez: Bienvenidos a la nave del misterio). Será del interés de los que exploran el estrecho lugar donde se encuentra la membrana entre la realidad y la ficción. A todos los que disfrutan con los impactos archivísticos de los capítulos de Expediente X tendrán un interesante vehículo de entretenimiento. Mimetia gustará a los lectores que rondan el mundo de lo extraño donde no necesitan explicación plausible más allá de los hechos en sí. La truculencia de lo inexplicable campa aquí a sus anchas.
– NO GUSTARÁ
A los que reniegan de todo lo que toca la inteligencia artificial, ya que la presente obra presenta imágenes generadas por esta tecnología. No será la lectura ideal de los que prefieren la extensión estructural de la novela a los casos o relatos cortos en los que no les da tiempo a empatizar con los personajes. No es la pieza ideal para los que separan la realidad de la ficción en sus lecturas y prefieren que ambas no se toquen.
– LA FRASE
«Mientras se levantaba y se lamentaba de un dolor en las lumbares, Leslie intentaba reponerse de la impresión al conocer que existían seres tan peligrosos como el que había acabado con la vida de uno de apacibles hombrecillos. Estaba claro que, a partir de ese instante, el hombre tendría que aprender a adaptarse al funcionamiento de esa realidad y a estar alerta en todo momento».
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar Mimetia: Los archivos crípticos, del autor que escribe bajo el pseudónimo de Zack Lenders (no confundir con Mark Lenders, el flamante delantero rival de Olivier Atom en el manga Capitán Tsubasa). Y aunque a estas alturas es bastante complicado inventar algo nuevo en el terreno literario, es de agradecer que haya autores que sigan indagando en los límites de la narrativa con piezas que cabalgan con maestría en la fusión de estructuras y contenidos. En tiempos de encasillamientos y fórmulas preestablecidas de éxito made in Netflix atreverse con estructuras de ficción diferentes es muy loable, ya que cada día el éxito (sobre todo de público) se aleja de todo aquel producto que se salga del consabido efecto bestseller o blockbuster. Editoriales y productoras no arriesgan más de lo debido en sus inversiones y, por lo tanto, dejan huérfanos a muchos productos que se quedan sin hueco y sin potenciales seguidores. Esto lleva a la tentación que desarrolla cualquier creador de plegarse a las modas y lo vendible a riesgo de que si no sigue la senda marcada marchará solo por un camino de espinos.
Mimetia: Los archivos crípticos juega en la liga del found footage (metraje encontrado) que consiguió, por ejemplo, que películas que de haberse rodado con otro estilo hubieran pasado desapercibidas, encontraran en su aparente veracidad la tecla que las fijó a la posteridad. Buenos ejemplos de ello son The Blair Witch Project (Daniel Myrick yEduardo Sánchez, 1999); Ringu (Hideo Nakata, 1998); REC (Jaume Balagueró yPaco Plaza, 2007) o Paranormal Activity (Oren Peli, 2007) entre otros muchos. Esto es referido al cine. Si nos retrotraemos a la narración literaria, existen innumerables obras (sobre todo cuentos y relatos) que ya a principios del siglo XIX, donde se afianzaron las temáticas góticas y el romanticismo oscuro, encontraron en la aparente veracidad del relato narrado un gran filón. Al abrigo de la tertulia de sobremesa, en un fuego de campamento compartido o en una velada de juegos entre criadas y niños, se han contado un sinfín de relatos que se apuntaban como verdaderos, ya que era un testigo directo de los hechos el que los contaba. De esta manera se desechaba al narrador omnisciente que, aunque lo sabe todo, se aleja de la veracidad de lo narrado. Sin ir más lejos, el propio Drácula de Bram Stoker es una obra íntegramente estructurada en forma de diario, intercambio epistolar, telegramas, informes médicos y crónicas periodísticas. Este tipo de narrativa acerca más al lector a la suspensión de la incredulidad. Hoy en día el formato predilecto es el true crime (recreaciones de crímenes en forma de documental que se toman más o menos licencias sobre los hechos relatados) y los hilos fake, en los que un tuitero inicia una historia en primera persona y la lleva lo más lejos posible. Así comprueba hasta qué punto puede seducir a sus lectores con una ficción muy bien pertrechada y de aparente veracidad (por ahí todavía puede leerse el archiconocido hilo de Manuel Bartual).
En lo que hoy nos ocupa nos encontramos a Zack Lenders intentando dar una vuelta de tuerca al asunto con una miscelánea que bebe de fuentes tan diversas como el ya mencionado found footage, los expedientes X, la deep web, los Backrooms, el fenómeno creepypasta, las leyendas urbanas, los reportajes de Cuarto Milenio o los falsos materiales que han intentado dar soporte documental veraz al monstruo del lago Ness, al Yeti, a Slenderman o al incidente de Roswell. Toda esta amalgama del ¿y si fuera verdad?, lo trata el autor de una manera cercana, cotidiana y vecinal, pero que, llegado a un punto de fractura, se expande hacia lugares que no deben recorrerse… Y es, a partir de aquí, donde deberíamos comenzar a hablar de la relación de la presente obra con el Maestro de Providence. H. P. Lovecraft, pilar esencial de la literatura de terror, recorre esta obra con guiños, trazas y homenajes que serán muy del interés del lector. Algo de todas sus etapas se desliza por aquí: desde sus inicios góticos, al ciclo onírico, al mundialmente conocido horror cósmico de los Mitos de Cthulhu y su círculo. Largo sería abordar la inabarcable obra y filosofía literaria de Lovecraft, uno de los autores a los que los especialistas han dedicado más estudios dada su complejidad, alcance y trascendencia en la literatura y cinematografía posterior. Entre grimorios e invocaciones con el Necronomicón como clave de bóveda, ciertos personajes se acercan demasiado al abismo y a la estrecha membrana entre dos mundos, percepciones o estratos de la realidad. Cabe comentar que, a día de hoy, el Necronomicón es uno de los libros más buscados en las bibliotecas públicas de todo el mundo. Ahora que estamos hablando de los delgados límites entre la ficción y la realidad, si algo hizo bien Lovecraft fue acuñar una obra que ha conseguido, en ciertos aspectos, hacerse real por el empuje de sus lectores.
Zack Lenders ha llevado la cotidianidad de los sucesos expuestos al estilo lovecraftiano como en los relatos de Las ratas en las paredes, El color que cayó del cielo o La sombra sobre Innsmouth. Partiendo de un escenario tangible y reconocible, se hunde en las pesadillas en el momento menos pensado. Los archivos crípticos de Mimetia hablan en un tono neutro, en ocasiones casi periodístico, que concuerda con el propio sentido de la obra que quiere darle el autor. El lenguaje es sencillo y fácilmente asimilable por todo tipo de públicos, ya que no emplea una narrativa de ficción novelada donde impera el lenguaje literario complejo. Una estructura en cortos capítulos con forma de ficheros de información dota al total de la obra de un aura de compilación reservada, secreta o confidencial de un contenido que no debería salir a la luz en la mayoría de las ocasiones por el impacto que podría generar en la opinión pública.
Desde la ufología hasta la superposición dimensional, todo es posible en estos X files de acceso restringido para lectores inquietos a los que de verdad les gustaría que existiese una serie de acontecimientos que les sacaran de la rutina de los telediarios. Cuando lo sobrenatural se cierne sobre uno… Ya se sabe que en el espacio nadie puede oír tus gritos.
Respecto a Zack Lenders, no sabemos mucho de él, aunque al introducir la palabra «Pazuzu» en Google podrán advertir el parecido de cierto demonio con la foto del supuesto autor. A lo mejor la propia obra está maldita, a lo mejor es un apéndice del De Vermis Mysteriis… Juéguensela y ábranlo. Total, ¿qué es lo peor que puede pasar?
ⒻⓄⓇⓄⓁⒾⒷⓇⓄ 
12 abril, 2024 en 3:17 pm
Deseando leerlo, me encanta esta temática
Me gustaMe gusta