OBRA: A TRAVÉS DE MIS OJOS.
AUTORA: M.ª GEMA GONZÁLEZ JARAÍZ
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EDITORIAL: CÍRCULO ROJO, 2022 – WEB
PÁGINAS: 171.
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– SINOPSIS –
Tras un año de lucha contra un virus sin mucho éxito, continuamos por la vida intentando sobrevivir. En un mundo lleno de incertidumbre, caminando día a día con noticias cambiantes, y a pesar de toda la información recibida, parte de ella es contradictoria. Nos movemos en mundos iguales, pero diferentes. Donde las opciones y acciones van cambiando a lo largo del tiempo. Donde los conflictos de unos son las salidas de otros. Donde a veces importa más aquí estoy yo que el fin común. Donde negamos la evidencia, pero, a pesar de ello, todos queremos recuperar algo: nuestra vida.
– AUTORA –
María Gema González Jaraíz. Nacida en Madrid en octubre 1970. Sanitaria de profesión, ha participado en varios proyectos de apoyo psicológico, el principal fue «Cartas a paciente Covid», del que salió su primer libro. Lo que nos trajo el COVID-19 fue el comienzo de su andadura en la escritura. Ha participado en varios concursos de poesía y relato corto, dos de los cuales fueron seleccionados para su publicación: • IV concurso internacional de poesía con el poema Viajero, del que salió la publicación del libro, Libripedia. • IV concurso internacional de microrrelatos, del que salió la publicación del libro. • IV Universo de libros, en el que participo con el microrrelato Amistad. Con este, su segundo libro, da por finalizados sus relatos relacionados con la pandemia, pero este solo ha sido su asentamiento en este arte tan antiguo como lo es la escritura.
– GUSTARÁ
A todos los lectores que estén interesados por los testimonios de primera mano, sin intermediarios mediáticos ni periodísticos, de uno de los momentos más críticos y trágicos de nuestra historia reciente. A través de mis ojos es una obra que entra en los entresijos sanitarios de la pandemia desde la mirada de quienes estuvieron allí y se enfrentaron a un enemigo invisible y desbordante. Una obra que interesará también a todos aquellos que hayan quedado huérfanos de poder compartir o absorber lo que allí vivieron y que con estas líneas podrán comprobar que no están solos, ni en sus vivencias, ni en sus reflexiones.
– NO GUSTARÁ
A los lectores de ficción en cualquiera de sus vertientes. Puede que tampoco sea la lectura predilecta de aquellos que están buscando un ensayo exhaustivo sobre los años de la pandemia. A través de mis ojos es un testimonio en primera persona desde una óptica única y personal que no trata de hacer universal o componer un cuerpo ensayístico académico. Trata más de reflexiones y sensaciones que de una investigación científica o periodística sobre el COVID19. Para los inquietos de estos conocimientos tienen otras obras o espacios para dichas informaciones.
– LA FRASE 
“Todos deseábamos que consiguiera ganar al virus, este bicho que no respeta a nadie y que, en cuanto te descuidas, te la juega. Todo lo que tú eras o pensabas que eras cambia para siempre, hay un antes y un después; todo el que lo ha cogido y ha ingresado, ya sea en planta o en uci, ve las cosas de diferente manera”.
– RESEÑA
Hoy traemos para reseñar: A través de mis ojos, de M.ª Gema González Jaraíz. Una conmovedora narración en primera persona de una sanitaria de profesión que pone negro sobre blanco sus reflexiones, peticiones, vivencias, gritos de auxilio y de esperanza. Todo ello con una mirada natural ante lo que ha sido el mayor enfrentamiento de salud pública de la historia reciente española. A través de los ojos de la autora seremos testigos de los matices que tienen las historias contadas en primera persona, el lugar donde la empatía pone nombres y apellidos para crear un relato universal en sus características básicas, pero personal en sus consecuencias y afecciones. La presente obra trata de acercar el relato de la pandemia a todos aquellos que se quieran interesar por él. Y es que nadie se ha podido escapar a la realidad de dicha tragedia. Como su propio nombre indica, pandemia viene del griego «πάνδημος pándēmos», (aquello que afecta a todo el pueblo). En diferentes medidas, intensidades, casuísticas y consecuencias, la pandemia ha tocado en la puerta de todas las familias. En nuestra sociedad occidental, acomodada y confortable, en la que no estamos acostumbrados a estos reveses que son el pan nuestro de cada día por otras latitudes, el reto ha sido doble: el físico y el psicológico. Preparar a pacientes y sanitarios para algo que parecía desterrado desde los tiempos de la peste o, más recientemente, de las últimas plagas acaecidas a principios del siglo XX.
A través de mis ojos se articula en cuatro partes que son intercambiables: La mirada de la autora, la mirada de los compañeros de profesión, la mirada de los pacientes y un canto poético. Estos cuatro pilares narrativos componen la presente obra. Sus distintos puntos de vista servirán al lector para poder observar la realidad de lo acontecido desde diversas ópticas. Con la voz de muchos, el lector sacará sus propias conclusiones. Las palabras de Gema González sirven como complemento de lo que todos, en mayor o menor medida, de más cerca o de más lejos, hemos vivido. Es precisamente en una sociedad acomodaticia en la que vivimos y en la que se nos vende que los infortunios son cada vez más escasos dados los avances en tecnología, sanidad, alimentación, seguridad… donde el impacto ha sido mayor. El miedo con el que conviven diariamente naciones menos afortunadas económica y socialmente les ha hecho más inmunes que los que nos creemos que todo está bajo control con los estándares de calidad vital occidentales. Así es como los problemas psicológicos se han disparado. Estos, de manera silenciosa, se han ido abriendo paso entre el sector sanitario, pacientes y familiares. Cuando se libra una cruenta y desbordante batalla solo hay tiempo para cribar en el triage lo más urgente, el resto, aunque importante, tiene que esperar. La suma junto con el confinamiento ha erosionado el equilibrio emocional de muchas personas.
La autora utiliza la cercana primera persona para hacernos recordar un tiempo reciente, pero que la memoria, que es flaca, hace que se nos olvide. Un tiempo de distancia social, confinamiento, mascarillas, guantes, falta de EPIs, respiradores, camas, medios humanos, reglamentos y protocolos improvisados, histeria colectiva, colas en los supermercados… Un recordatorio desde la óptica de quien peleó en primera línea de batalla contra un enemigo invisible, esquivo y demoledor. Una carrera contrarreloj para intentar minimizar el impacto de un tsunami que arrasó con todo y con todos. Entre la vocación más motivante, la rabia contenida, las lágrimas secadas a la carrera y la impotencia de todo lo que no funciona a su alrededor. Sin tiempo para descansar, serenarse, tomar perspectiva u organizarse, los sanitarios ven cómo van cayendo compañeros y pacientes en la contienda en un periodo de tiempo muy corto. El virus ataca fuerte, rápido y, en un primer momento, a un número de personas a las que es imposible dar una cobertura sanitaria suficiente. Durante el caos la mayoría resistieron a fuerza de perseverancia, voluntad de hierro y compañerismo, pero siempre hay una factura al final de toda batalla, y unos la pagaron más que otros. En A través de mis ojos escuchamos una multitud de voces corales que conjugan un gran puzle de acciones y sentimientos. De todos ellos, el lector, desde su experiencia vital, extraerá aquellos momentos que más le lleguen, cuestionará otros, sentirá un nudo en el estómago o, simplemente, se podrá informar de un punto de vista único sobre aquellos que estuvieron dentro de los hospitales.
Tras las impresiones profesionales y personales de la autora llega el momento para compañeros y pacientes. Se abre el abanico de voces para que el lector no tenga la sensación de que el discurso y el mensaje es único. Todas las aportaciones tienen matices y personalidad propia. Diferentes experiencias conllevan distintas conclusiones y reflexiones. Pero todas tienen algo en común. Cuando se ven las orejas al lobo, nada vuelve a ser lo mismo. Algo cambia para siempre. La perspectiva de la indestructibilidad se quiebra y se alumbra la fragilidad que habita en todo ser humano… Y llega el momento de liberar el verso de la prosa que encorseta el discurso. En la parte final de la obra descubrimos una sucesión de sensaciones que solo se pueden compartir desde la subjetividad y la sensibilidad que dan la métrica y la pintura de los estados de ánimo. Una conclusión poética que quiere llamar a la esperanza, al despertar de un nuevo día, al camino recorrido y al que se interna en el horizonte futuro, a la poderosa fuerza de los lazos de la camaradería y a la resistencia ante los vientos huracanados que tratan de arrojarte a los vertederos de la derrota y el desánimo.