LA ÚLTIMA PALABRA – JUANFRAN G. MOLINA – AVANT EDITORIAL, 2023.

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TÍTULO: LA ÚLTIMA PALABRA (TRAVESÍA HACIA LO DESCONOCIDO).

AUTOR: JUANFRAN G. MOLINA – INSTAGRAMX TIKTOKLINKEDINFACEBOOK

EDITORIAL: AVANT EDITORIAL, 2023 – WEB

PÁGINAS: 208.

¿DÓNDE COMPRARLO?: AQUÍ


– SINOPSIS –

En una era donde la Tierra se tambalea al borde del colapso climático y la desesperación por los recursos, surge Eva, una comandante decidida. Enfrentando desafíos inimaginables, se erige como un faro de coraje para la humanidad, al mando de una misión sin precedentes hacia mundos desconocidos. Con la fuerza de la tecnología antimateria como su escudo e impulsada por la sed de lo inexplorable, Eva nos invita a ser testigos del alba de una nueva era. Síguenos en una odisea interestelar que podría redefinir nuestro lugar en el universo. ¿Estás listo para ser parte del viaje que abrirá nuevos horizontes a la humanidad?

– AUTOR –

Inquebrantable amante de la lectura desde sus primeros años, combina su formación en ingeniería y su recorrido profesional en el campo de la consultoría y la aviación, con su fascinación por la literatura, abrazando con fervor la ciencia ficción sin desdeñar otros géneros como la filosofía. Ahora, da rienda suelta a su creatividad con su novela La Última Palabra: Travesía hacia lo desconocido, cautivándonos con una historia que nos transporta y deja una huella indeleble en nuestras mentes.

– GUSTARÁarrow-145786__340

Ideal para los lectores del género de ciencia ficción en cualquiera de sus vertientes. La última palabra es una lectura ideal para todos aquellos que se plantean las preguntas eternas y clásicas de la humanidad y quieren ver cómo sigue habiendo autores que se implican en intentar darles forma de reflexión. La presente novela, por su extensión y contenido, se amoldará perfectamente también a los lectores casuales del género que suelen huir del mismo por sus planteamientos, en ocasiones, complejos, enrevesados y eminentemente filosóficos. Los que no casan con correrías aceleradas y sinsentidos varios en los que vale todo, también hallarán aquí un buen vehículo a degustar.

– NO GUSTARÁarrow-145782__340.png

A los que el género de ciencia ficción no les dice mucho y prefieren embarcarse en mundos más tangibles y reales. A aquellos que viven con devoción los viajes espaciales de los más grandes autores encumbrados del género notarán aquí que la densidad, complejidad y cientificismo académico detallista de aquellos se queda lejos de las pretensiones de la presente obra. Aunque con la presente narración no habría especial problema para llevarla a una trilogía y, por lo tanto, revestirla de mayor profundidad, sus apenas 200 páginas, muy bien entretejidas, llegan hasta donde llegan. De la premisa a su conclusión queda todo dicho. Las comparaciones con los grandes, creemos que serían injustas. 

– LA FRASEvintage-1751222__340.png

«Le recuerda algo que en su momento ya había estudiado. Dentro de la filosofía de tradición greco-romana, Plotino en el siglo III, describía un concepto compatible con el de Advaita, que él llamaba «Lo Uno», describiéndolo como la unidad, lo más grande. Hasta tal punto que a veces Plotino lo denominaba como Dios, único, infinito, como principio y última realidad».

– RESEÑAletter-576242__340.png

Hoy traemos para reseñar La última palabra (Travesía hacia lo desconocido). Una Space Ópera en la que Eva (con nombre de la primera mujer bíblica) se enfrenta al mayor desafío de la humanidad: su propia supervivencia como especie. Aunque lo hemos visto en numerosas ocasiones, tanto en el cine como en la literatura, nunca es mal momento para enfrentarnos a nuestra finitud y pequeñez en un vasto universo plagado de incógnitas de un lado, y de posibilidades de otro. Desde la perspectiva más científica, hasta la imaginación más distópica, el género de anticipación o ciencia ficción recorre nuestros propios miedos, anhelos y naturaleza efímera.
La última palabra se une a una larga tradición literaria para salvar la Tierra o bien, para adentrarnos en el profundo conocimiento del Cosmos. Obras tales como 2001: una odisea espacial de Arthur C. Clarke, Fundación, de Isaac Asimov (En concreto Los límites de Fundación con el concepto de Gaia), Marte rojo, de Kim Stanley Robinson, La tierra fragmentada, de N.K. Jemisin, La tierra errante, de Liu Cixin, Proyecto Hail Mary, de Andy Weir… Sin olvidar la mayor oda a la ciencia ficción medioambiental de Dune (Frank Herbert). En el plano cinematográfico también tenemos grandes ejemplos de una partida hacia algo mejor en: IO (Jonathan Helpert, 2019), Interestelar (Christopher Nolan, 2014), Passengers (Morten Tyldum, 2016), WallE (Andrew Stanton, 2008), Oblivion (Joseph Kosinski, 2013) o Elysium (Neill Blomkamp, 2013) entre otras muchas. Este éxodo, esta búsqueda por la supervivencia en un mundo que hemos saqueado, diezmado y rapiñado en todos los frentes y tipos de recursos, es la premisa principal de la acción y la reflexión de la presente obra. Un mundo que estaría mejor sin nosotros es, en ocasiones, la única conclusión posible ante tal desidia personal y gubernamental por nuestro hogar. La terraformación parece un horizonte cada vez más cercano.
A partir de esta premisa, cada autor tiende a proponer situaciones distintas, bien de acción, o bien más reflexivas/filosóficas, incluso los más científicos buscan ahondar en asuntos más tecnológicos y procedimentales. Para todos ellos hay lectores. Están los que entienden la ciencia ficción desde la óptica reposaba y reflexiva y gozan con los últimos quince minutos lisérgicos de 2001, mientras que otros prefieren que la teniente Ripley recorra los entresijos de la Nostromo huyendo de un Xenomorfo. ¿Qué tenemos entonces aquí entre manos?, ¿cuál es el tono y la fórmula de la presente obra? En toda novela de ciencia ficción espacial, al menos, lo que pide el lector es una premisa clara y un desarrollo en consonancia. Puede que haya más o menos aparataje descriptivo y justificativo acerca del desarrollo de los hechos, pero, en cualquier caso, todo debe ser comprensible. Que esté más o menos pegado a la realidad entraría en un segundo plano, siempre que el armazón de la narrativa tenga un sentido ficcional, rotundo y estructurado. Ante la presencia del diluvio universal, Eva, nuestra protagonista, no tendrá más remedio que partir en su futurista Arca, como una de las últimas esperanzas de la humanidad. JuanFran G. Molina da consistencia a la narración con los apuntes descriptivos que son la base de la estructura de la obra. El lector podrá sentir el viaje en solitario de la protagonista con profusa entremezcla de datos, mediciones, jerga técnica y aparataje científico para que se pueda poner en posición y entrar de lleno en una singladura sideral con aroma a Julio Verne. El autor, en este aspecto, hace mucho más énfasis en dotar al relato de una carga sensitiva, introspectiva y solitaria, en lugar de abrir el abanico de la conversación, el calor del grupo y los momentos de mayor asueto. Esta soledad recuerda a la de Matt Damon en The Martian (Ridley Scott, 2015), que no deja de ser la actualización del mito de Robinson Crusoe de Daniel Defoe.
Y, como todo relato que se precie, llegará el cambio de tercio, el toque de atención, el momento del contacto en el que Eva se replanteará todo su esfuerzo, toda su disciplina y todo el sentido de su responsabilidad para con los que confiaron en ella para tender un cordón umbilical con el futuro de la humanidad. Llegados a este momento, la sombra de Carl Sagan será alargada…, pero aquí hay que dejarlo para no adelantar acontecimientos al atento lector. Sí podemos decir que es una secuencia en la que la cultura popular se pone en primer plano. Es muy interesante atravesar obras y piezas fundamentales de la cultura humana justo cuando su paralelismo real sale reforzado en la propia narración. Todo lo que ha estado callado y, en un segundo plano, pasa al primero. El lector no se quedará huérfano de explicaciones, reflexiones, comparaciones culturales y exposiciones éticas del porvenir, la complejidad de la toma de decisiones y la determinación de querer progresar pese a los límites técnicos y humanos.
La última palabra (que tal vez pudiera ser la primera) es una obra que se suma al ya nutrido plantel del viaje definitivo de la humanidad. El viaje hacia las estrellas. La vastedad interestelar nos empequeñece y nos hace replantearnos todo nuestro sistema de creencias. No es una simple exploración, es la exigencia humana de intentar saber para qué sufrimos y para qué soñamos. En definitiva, ¿para qué nos levantamos cada mañana? La arquitectura de nuestros anhelos siempre mira a la frontera oscura de encima de nuestras cabezas. Muchos han sido los exploradores que en el pasado han cartografiado hasta el último punto del globo terráqueo; ahora es momento de tomar nuevas rutas de expansión. Sea con Rama, con Dios, o con la decepción de la soledad, el ser humano siempre querrá saber qué hay detrás de la siguiente colina, aunque le cueste la vida la ascensión. Ante tal grandeza, el autor nos entrega su personal propuesta de viaje sin retorno. Trabajado y documentado, pero sin la carga más compleja y técnica que caracteriza a otros autores, La última palabra sigue los pasos de la mirada en el espejo de la primera mujer que se carga la mochila del futuro de la humanidad. De su conformismo o de su valentía dependerá dar un pequeño paso en su vida, pero cruzar un abismo de desconocimiento para la humanidad.

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